Al grito de “traemos cinco mil, devuélvanos a Jaqueline”, en alusión al pago exigido a la familia de una joven veinteañera que presuntamente falleció al negársele, hasta en tres ocasiones, la atención médica, unos doscientos manifestantes tomaron, por algunos minutos, las instalaciones del Hospital General de Calvillo.
Los indignados ciudadanos de Calvillo, entre quienes se encontraban los familiares e inclusive el taxista que trasladó a la moribunda hasta el nosocomio, exigieron de manera infructuosa que el director, administrador o alguno de los encargados del sitio salieran a darles la cara y una explicación del porque la criminal actitud que terminó con la vida de la joven que tenia toda una vida por delante.
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Al ser ignorados, a lo largo de los minutos los ánimos se fueron caldeando y en determinado momento decidieron introducirse al edificio por el área de urgencias, encontrando poca resistencia en una endeble reja que los guardias de seguridad cerraron a toda prisa.
Ya adentro, demandaron la presencia del cajero que, la noche del pasado miércoles, exigiera el pago de cinco mil pesos a manera de depósito para ingresar a la joven, quien sufría un cuadro grave, derivado de la insuficiencia renal que presentaba.
Ni siquiera en el interior del hospital hubo alguna persona que les pudiera dar la cara, ante lo cual una trabajadora social que ahí se encontraba, se encargó de tratar de dialogar con ellos y explicarles que ninguno de los directivos se encontraba en el sitio.
Al mismo tiempo, un nutrido grupo cerró la circulación, en ambos sentidos, del boulevard Rodolfo Landeros Gallegos, avenida principal de la cabecera municipal y que comunica con la carretera federal 70 poniente, que conduce a Aguascalientes.
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Debido al creciente enojo por los hechos y la falta de respuesta de la autoridad médica del sitio, los manifestantes comenzaron a quemar con gasolina las lonas publicitarias colocadas en la parte frontal del Hospital General de Calvillo, así como algunas mantas que utilizaron para la protesta.
Como se dio a conocer en su oportunidad, la noche del pasado martes 1 de septiembre, la joven Jaqueline, quien padecía hace tiempo insuficiencia renal crónica, demandó en este sitio atención médica de urgencia, la cual le fue negada en tres ocasiones, primer bajo el argumento que ella pertenecía al IMSS, por ser estudiante de preparatoria y debía depositar cinco mil pesos en garantía para ser ingresada. Tras un largo peregrinar, Jaqueline finalmente murió a causa del envenenamiento de la sangre provocado por la falla grave de sus riñones.
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