El gran reto de las Pymes es la sobrevivencia, pues sus ingresos se estancan rápidamente y dejan de crecer, por lo que el 80% de las nuevas desaparece antes de los dos años, ante lo cual se presenta el desafío de la escalabilidad, es decir, la posibilidad de expandirse y consolidarse, señala el consultor José Luis Hernández Lara.
En efecto, las pequeñas y medianas empresas generan en México el 78% de los empleos existentes. Sin embargo, enfrentan de forma permanente dos grandes retos: el primero es la sobrevivencia, pues en la mayoría de los casos sus ingresos se estancan rápidamente y dejan de crecer, pero el dato preocupante es que más del 80% de las de nueva creación desaparecen antes de los dos años de existencia, con el consecuente daño a sus familias y la economía del país. El otro gran desafío lo constituye su escalabilidad, es decir, la posibilidad de crecer y consolidarse, con lo que su permanencia y aporte a la economía se volverían más sólidos.
Existen distintos factores que han impedido a las empresas nacionales su escalamiento y que es el momento oportuno de atender, para que muchas pequeñas y medianas empresas puedan “dar el brinco” y convertirse en grandes empresas, con todos los beneficios que ello conlleva para los trabajadores de las mismas y para la economía del país. Para nadie es un secreto que las grandes empresas ofrecen mejores condiciones de remuneración, seguridad social y productividad.
El reto es enorme, pero esa es la gran oportunidad que tenemos para promover un mayor crecimiento de la economía del país, y con ello generar una mayor riqueza por parte de las empresas nacionales, lo que redundará en mejores condiciones de vida para los mexicanos. Actualmente, el aporte de las PyMEs nacionales a las exportaciones no supera el 1%, y tampoco están presentes de forma significativa en la cadena de proveeduría del sector público, a pesar de que su aporte al PIB es del 52%.
Las Pymes no solamente requieren mejores condiciones de crédito y financiamiento, también necesitan atraer capitales, invertir en tecnología y talento, desarrollar un modelo de negocios innovador, contar con una visión estratégica de mediano y largo plazo, mejorar sus prácticas de gestión empresarial, pues la operación del día a día consume casi el 99% de su tiempo y esfuerzos, el apoyo de las grandes empresas, incluyéndolas en sus cadenas de proveeduría, así como la legislación de políticas públicas que impulsen su capacidad exportadora, su participación en licitaciones del Sector Público y su conexión con los mercados de consumo para darle un cauce seguro a su producción.
El gran reto con las Pymes es entonces promover un nuevo paradigma, el de su crecimiento exponencial, que las lleve a convertirse en grandes empresas, dejando de lado el que ponía como fin en sí mismo la creación y sobrevivencia de estas pequeñas unidades de negocio.
EL DATO:
Existen en el país un 5% de pequeñas y medianas empresas que participan activamente en la economía de México, esperando las condiciones propicias para dar el gran salto