A la fecha las personas que padecen alguna discapacidad, ya sea motora, auditiva o visual, aún carecen de una política integral que les permita elevar su bienestar y calidad de vida, así como acceder a una completa formación educativa, indicó ayer el especialista Manuel del Valle Castañeda.
Es necesario apostar por un esquema de inclusión social en todos los niveles, incluyendo el educativo, para que estas personas puedan desarrollarse plenamente, sin exclusiones de ningún tipo.
Según el diagnóstico del Programa Nacional para el Desarrollo y la Inclusión de las Personas con Discapacidad 2014-2018, en México de cada 100 adultos mayores 31 reportan discapacidad, seis de cada 100 adultos también, al igual que dos de cada 100 jóvenes y niños.
Asimismo, en el país las mujeres tienen un porcentaje de población con discapacidad que supera ligeramente al de los hombres (52.3 por ciento frente a 47.7 por ciento, respectivamente), aunque ello varía según el grupo de edad, ya que en los niños y jóvenes la presencia de discapacidad es más alta en los varones, mientras que en los adultos y adultos mayores lo es en las mujeres.
Lo cierto es que es inaplazable generar mayores oportunidades para este sector, y con ello mejorar su situación socioeconómica al integrarlas en mayor medida al ámbito laboral, educativo y sanitario, garantizar sus derechos, accesibilidad e incluso su participación política, entre otros muchos aspectos.
El diagnóstico refiere que en el mundo casi mil millones viven con algún tipo de discapacidad, es decir cerca de 15 por ciento de la población global. Asimismo, casi 200 millones experimentan dificultades considerables en su funcionamiento y se prevé que la cantidad de personas con discapacidad aumente en los próximos años, debido a que la población está envejeciendo y el riesgo de discapacidad es superior entre las personas adultas mayores y también al aumento mundial de enfermedades crónicas que pueden derivar en discapacidad, tales como diabetes, cáncer, trastornos de salud mental y enfermedades cardiovasculares.
De acuerdo con la Encuesta Mundial de Salud, del total estimado de personas con discapacidad, 110 millones (2.2 por ciento) tienen dificultades muy significativas de funcionamiento, mientras que la carga mundial de morbilidad establece en 190 millones (3.8 por ciento) las personas con una discapacidad asociada a afecciones tales como la tetraplejia, depresión grave o ceguera, identificadas como discapacidad grave.
De igual forma la Carga Mundial de Morbilidad mide las discapacidades infantiles en sujetos de hasta 14 años, estimando que 95 millones de niñas y niños (5.1 por ciento) viven con discapacidad, de los cuales 13 millones viven con discapacidad grave, mencionó Del Valle Castañeda.
El análisis refiere que las niñas y mujeres con discapacidad sufren de una "doble discapacidad" no sólo por los prejuicios y las desigualdades de que son víctimas, sino también por las limitaciones y las funciones asignadas tradicionalmente a cada género. "Las niñas con discapacidad tienen menos probabilidades de asistir a la escuela, recibir formación profesional y encontrar empleo que los niños con discapacidad".
EL DATO:
Inaplazable generar mayores oportunidades a este sector de la población