Perdieron los niños de Aguascalientes a un excelente docente, no les enseñaba matemáticas o alguna otra materia del calendario escolar, pero les dejaba una tarea de tal importancia que les beneficiaria durante toda su vida, impartía Educación Vial.
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Su cátedra era muy peculiar y no necesitaba castigar o llamar la atención de sus eventuales alumnos y tampoco llegaba formalmente vestido, eso sí, sus clases eran muy divertidas. Sus horas fuera de las aulas las pasaba en los salones de fiestas y sobre todo si los festejados eran niños, aunque también los adultos disfrutaban de su presencia.
Era el payaso Tokito, quien, entre otras actividades, en las calles se encargaba de hacerles ver a los conductores de vehículos automotores la comisión de alguna infracción al reglamento de Tránsito, tema que manejaba muy bien pues durante 24 años trabajó en la Secretaría de Seguridad Pública Municipal en donde se destacó como Comandante de Vialidad.
Pero el comandante Aristeo Pérez Ramírez (QEPD), no únicamente era agente de Tránsito, además de payaso tenía como oficio la reparación de zapatos, tres actividades que lo convirtieron en un importante personaje de la sociedad aguascalentense, de la que se despidió a consecuencia de una neumonía crónica en el Hospital General del IMSS número uno.
Como payaso animó en una gran cantidad de fiestas a donde llegó a repartir alegría entre niños, jóvenes y adultos, personas que seguramente le habrán de extrañar.
Se despidió de este mundo cuando las fiestas están prohibidas y en el momento en el que los niños no pueden asistir a la escuela para evitar ser contagiados por Covid-19 y la gente no debe de andar en las calles. No dejó, por tanto, pendiente ningún compromiso, por el contrario, lo hizo después de cumplir con una importante función social, educativa y de seguridad pública, de manera alegre y divertida.
Dejó por tanto una herencia muy importante a sus cuatro hijos (Tuvo cinco, pero uno de ellos ya falleció), 16 nietos, cinco bisnietos y seguramente buenos recuerdos a su esposa María del Refugio y a sus nueve hermanos. Pero en especial, será recordado por su hijo, el más pequeño de todos, Víctor Francisco de 14 años de edad, quien lo acompañó en varias de sus presentaciones.
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Nació en la CdMx, pero en Aguascalientes vivió durante 40 años, nació un siete de marzo de 1959 y al momento de su fallecimiento contaba con 62 años de edad.
Entre nosotros, recordó su esposa, “era muy alegre, pero también muy responsable, para él lo primero fue su familia”.
PECULIARIDAD
Llevó alegría y educación a las escuelas, abrillantó varias fiestas familiares y fue un destacado Agente de Transito
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