México no escapa a la desigualdad salarial que predomina en el mundo, aunque lo que acontece en México asume rasgos de desigualdad laboral y social extrema, señala el reporte “Trabajo y Salarios”, elaborado por el Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (CESOP), de la Cámara de Diputados.
El 41% de la población nacional no puede adquirir la canasta básica alimentaria, pese a utilizar la totalidad de su salario y el poder adquisitivo de los hogares mexicanos disminuyó 13.42% durante el actual sexenio.
Y, si bien, la proporción de la población ocupada respecto a la población económica activa es cercana a 90%, lo cierto es que la estructura de la ocupación, el empleo y los salarios está dando paso a una precarización laboral cada vez más marcada con una alta proporción de la población ocupada posicionada en la economía informal.
La existencia de un salario mínimo es una práctica internacional muy extendida, tanto en el mundo desarrollado como en los países en desarrollo.
Este mecanismo busca acercar a quienes devengan un ingreso bajo a un mínimo legal establecido que permita adquirir cierto nivel de calidad de vida. A este mínimo salarial se adhieren un alto porcentaje de la población joven (primer empleo), la población rural que trabaja en la agricultura y las mujeres que realizan labores domésticas.
Abundando más acerca de las trayectorias discrepantes existentes entre la productividad laboral y el costo unitario de la mano de obra, es de señalar que a pesar de ser uno de los postulados pregonados desde el Poder Ejecutivo federal, el compromiso permanecerá incumplido.
Esto le convierte en tema fundamental en la agenda pública del gobierno entrante en 2018. El país necesita hacer mucho más que sólo mostrar voluntad política para generar empleos. Esto poco abona al desarrollo nacional. El empleo precario está muy extendido, comprende todas las regiones y sectores productivos y guarda una estrecha correlación con la pobreza al ser una de sus principales causas.
El tabulado anterior revela que, en 2014, año más reciente con información disponible, 67.1% de la población ocupada percibió entre cero hasta tres salarios mínimos, dicha cifra es mayor a la registrada en 2005 año en el que el 64.7% de los trabajadores remunerados percibía ingresos bajos.
Destaca también, el rezago del país en materia salarial pues persisten aún las prácticas de incumplimiento por parte de los empleadores de las disposiciones relativas al pago del salario mínimo legal (8.1% de ocupados subordinados no recibe ingresos a cambio de su trabajo).
LA CIFRA:
El 41% de la población nacional no puede adquirir la canasta básica alimentaria y el poder adquisitivo de los hogares mexicanos disminuyó 13.42% durante el actual sexenio.