Los 35 sitios declarados como Patrimonio Cultural de la Humanidad en México, lejos de ser un premio, son un compromiso para la gestión sostenible de los espacios, en el que democráticamente deben participar los ciudadanos.
Así lo comentó en entrevista Frédéric Vacheron, representante de la Oficina de la Unesco en México, un organismo de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, y quien además refirió a la migración como una oportunidad de enriquecimiento para los pueblos.
En el primer tema precisó que no se tratará
de conservar los edificios, los monumentos o los parques naturales sino, si hablamos de una ciudad, verla como un paisaje y evitar su densificación pues ello ocasiona aumento del costo de la vida y por consiguiente sus habitantes originales abandonan su espacio
Sin embargo señaló que se deben establecer vínculos de desarrollo sostenible en un marco de prioridades locales y nacionales, y una de las estrategias es el turismo.
De la factibilidad de los proyectos planteados y factibles de desarrollo depende la declaratoria de Patrimonio Cultural de la Humanidad de algún sitio, de los cuales hay un número enorme en espera de ser considerados, según la lista indicativa del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), órgano coordinador de este tema.
Reveló que en esta lista se encuentra la ciudad de Durango que consolida sus espacios porque
la declaratoria no es la única vía para manejar el patrimonio y ocurre lo mismo con los geoparques, que ganan su clasificación no por un concurso de belleza, sino por algo mucho más profundo que exige un manejo vinculado al desarrollo local, por eso los procesos de decisión son lentos, pero seguros
En el otro tema aseguró que
las migraciones son nuevas oportunidades para quienes las integran y para los pueblos que las reciben, aunque en este proceso hay confusión de conflictos pero también de enriquecimiento cultural, por tanto los migrantes más que un problema, pueden ser una oportunidad para el país.
Frédéric Vacheron