Si bien Aguascalientes no ha perdido todavía sus cualidades de ser una ciudad tranquila y apacible, la realidad es que cada vez se va transformando en una capital más violenta en todos los sentidos, debido a las repercusiones y vicisitudes socioculturales, expresó el psiquiatra y psicoanalista Sergio Contreras Cano, quien apuntó que las actitudes agresivas de las personas constituyen la principal causa de que se dañe la armonía social y la convivencia humana.
El tema de la violencia es muy amplio y complejo, pues está relacionado con lo biológico, lo social, lo cultural, lo antropológico y lo psicológico, además es un punto de gran actualidad dada nuestra época cada vez más violenta. Son muchas las fuentes de la violencia
Dicho de otra forma, la violencia y la agresión son “dos caras de una misma moneda”, fenómenos que se pueden apreciar en la vía pública, en los centros de trabajo y en los propios hogares, precisó en entrevista.
Se ha definido a la violencia como la imposición intencional de daño corporal en otra persona. Desde luego, la definición debe incluir la verbal y otras formas simbólicas, así como la descarga de ésta sobre animales u objetos inanimados. También es necesario incorporar determinados actos de violencia inconsciente, entre las que se incluyen acciones aparentemente accidentales con consecuencias dañinas más serias.
Asimismo existen notables diferencias psicológicas entre el ataque actual o simbólico y la violencia dirigida hacia objetos u otros seres no humanos, explicó Contreras Cano a este Diario.
La naturaleza fundamental de la violencia ha sido conceptualizada en primer lugar por la biología. Fisiólogos han demostrado que el cuerpo tiene un patrón elaborado de reacción que lo prepara “para la lucha o para la huida” en presencia de “peligro”. Este patrón de reacción involucra diversos cambios corporales, por ejemplo, aumento del ritmo cardiaco, liberación de carbohidratos del hígado, mayor flujo de sangre hacia la periferia del cuerpo, desaparición de las manifestaciones corporales de fatiga, etcétera.
Tanto la ansiedad como la agresión inconsciente o espontánea son factores de violencia cotidiana. Con suma frecuencia, una explosión de violencia surge ante cualquier percance o contratiempo, “como las manifestaciones de cólera de dos conductores ante un accidente automovilístico insignificante”. Pensar en una situación tal permite apreciar con claridad el funcionamiento de la respuesta ataque-huida y cuán cercano está lo fisiológico de lo psicológico.
Cano Contreras se refirió también a los orígenes del resentimiento y del odio, que muchas de las veces conducen directamente a la agresión y por tanto a la ejecución de acciones violentas en contra de seres queridos y personas ajenas a su entorno. “La destructividad es inherente a la naturaleza humana y el resentimiento persiste en la edad adulta debido a diversas causas
En suma, las fuentes de la violencia afectan en lo individual y también a la misma colectividad, agudizándose en tiempos de amenazas y de crisis económica, tal y como se está viviendo en esta convulsionada época, finalizó.
EL DATO:
Son muchas las fuentes de la violencia que afectan en lo individual y también a la misma colectividad
