La Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA), mantiene una política de cero tolerancia ante casos de acoso sexual, los cuales son causa de rescisión de contrato en el caso de maestros y catedráticos y expulsión cuando proviene de alumnos, independientemente de las acciones legales que emprendan las víctimas.
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Hasta el momento no se han registrado manifestaciones de inconformidad al interior de esta casa de estudios por esta causa, sin embargo, la Defensoría de los Derechos Universitarios de la UAA recibió, sólo en el transcurso de 2019, un total de 122 quejas por acoso, la mayor parte de las cuales fue resuelta en conciliación, al determinarse la existencia de malos entendidos.
De estas 122 denuncias, la mayor parte fue interpuesta por estudiantes en contra de docentes y personal administrativo. En nueve de los casos, se determinó la existencia de responsabilidad, explica María Teresa Isabel Martínez Mercado, defensora de los Derechos Universitarios.
Tuvimos muchos asuntos que solo requerían orientación o algunas se resolvieron con mediación formal. Hubo la necesidad de separar, durante el año 2019 a nueve personas, entre docentes y alumnos, precisamente por situaciones de acoso y hostigamiento sexual
Al interior de esta casa de estudios existen los cauces legales para que cualquier persona que se ve afectada en sus derechos, sobre todo en situaciones graves como lo son el acoso y el hostigamiento, cuenten con la garantía de la estricta aplicación de la legislación y el estatuto universitario.
Existe un Protocolo de Actuación ante situaciones de acoso, discriminación y violencia, vigente desde diciembre de 2017 en esta casa de estudios, al cual se le da difusión incluso de salón en salón y a través de los medios de comunicación electrónicos operados por esta casa de estudios.
Los casos plenamente comprobados, derivan en la expulsión inmediata de los alumnos involucrados y la recisión del contrato tratándose de profesores, además de las consecuencias penales derivadas de los procesos abiertos por los afectados ante la autoridad correspondiente.
“Hay al interior de la UAA una política de cero tolerancia hacia cualquier forma de violencia y aplicamos en forma estricta lo que dice nuestra legislación. Hubo una época donde se pensaba que las defensorías solo estaban para hacer conciliación, pero con situaciones de esta naturaleza no queda otro camino que aplicar de manera estricta la ley y la única manera de terminar con este tipo de situaciones es alentar la denuncia y aplicar las consecuencias legales”, explica.
A pesar de todo ello, se realizan acciones para detectar casos no denunciados, ya sea por miedo o vulnerabilidad, a cuyas víctimas se les otorga además el apoyo sicológico necesario y se activan medidas de protección para evitar la revictimización y represalias.
Al igual que ocurrió en diferentes partes del mundo, con al surgir el movimiento #MeToo, existieron, a través del mismo, denuncias contra integrantes de la comunidad universitaria, a las cuales lamentablemente no se les pudo dar seguimiento por su carácter anónimo.
En todos los casos en que ha habido una denuncia formal, hemos procedido. Cuando la denuncia es anónima, por cualquier medio, no hay siquiera certeza de que la pretendida víctima quiera que se proceda
María Teresa Isabel Martínez Mercado, defensora de los Derechos Universitarios.