Desde fotografías con extraños mensajes, gallinas sin cabeza, muñecos vudú con alfileres y candados, hasta tablas ouija y sus implementos, son encontrados continuamente en camposantos de Aguascalientes.
Los sitios más socorridos por los amantes del ocultismo son los panteones de La Cruz y Los Ángeles, cuya edificación data de los últimos años del siglo XIX. Ambos se ubican en la zona centro de la ciudad.
El hecho más grave que se ha presentado, según relata José Palomino Romo, director del área, en el Ayuntamiento de la capital, ocurrió hace algunos meses en el panteón de la Salud, donde un grupo de jóvenes llevó una ouija y durante algún tiempo se escucharon fuertes ruidos por dentro de las tumbas.
Fue un hecho que obligó a quienes hicieron estas cosas a volver para llevar a cabo un rito que contrarrestara lo que habían hecho anteriormente y que regresaran los espíritus a sus tumbas.
José Palomino Romo
Vigilantes del sitio, generalmente empleados municipales de la tercera edad, dicen no percatarse de la presencia de gente que pretende realizar magia negra, “amarres” para evitar la ausencia del ser amado o “trabajos” para atraer el mal sobre una persona o familia.
No faltan, y son los casos más recurrentes, envoltorios con monedas colocados junto a fotografías, presuntamente para atraer la prosperidad.
Quienes realizan esta clase de acciones aprovechan la oscuridad de la noche para introducirse a los panteones, despojados de todo temor y aprovechándose del fácil acceso y la poca vigilancia existente en estos sitios.
Contrario a lo ocurrido en otros estados de la República Mexicana, hasta el momento no se tiene aquí registro de tumbas profanadas, ni de robo de cadáveres o partes de los mismos, que pudieran ser utilizados en este tipo de ritos.
El director de Panteones municipal adjudicó este tipo de situaciones al hecho de que en esos lugares se tiene un contacto cercano y a diario con la muerte, situación que llama la atención de aquellos que se sienten atraídos por el ocultismo o se dedican a realizar “trabajos” de ese tipo a cambio de una compensación monetaria.
Un problema que también se presenta es el robo de floreros, daño y pandillerismo en tumbas y mausoleos, que son difíciles de castigar, pues los propietarios en rara ocasión presentan una denuncia ante la autoridad correspondiente.
