La tasa de desempleo de las personas con discapacidad es alarmantemente elevada, dado que actualmente pocas personas tienen la posibilidad de ingresar a un trabajo y quienes lo logran, lo hacen en puestos de bajo nivel donde no se les paga adecuadamente por las actividades que realizan, señala el investigador Jorge Emilio Zamora Valdivia.
Además, no se toman en cuenta los gastos cotidianos que pueden implicar el transporte, los apoyos personales o técnicos que quizá se requieren de manera cotidiana y que el resto de la población no tiene.
Al abordar uno de los problemas que enfrentan las personas con capacidades diferentes, explica que uno de los mayores obstáculos es precisamente no poder ejercer su derecho al trabajo por la existencia de prejuicios y estereotipos que no les permiten demostrar sus potencialidades al ser segregados por las creencias que erróneamente se tienen sobre ellas.
Zamora Valdivia añade que tales actitudes se reflejan tanto en el sector público como en el privado y, por lo mismo, se les contrata en trabajos estereotipados y con pocas posibilidades de crecer, perdiendo de vista que el trabajo es un derecho inherente a todas las personas y no una dádiva con la que las empresas o instituciones pretendan ser reconocidas.
El académico apunta que corresponde a todas las instancias del gobierno diseñar las estrategias y ajustes de política pública para hacer efectivo el derecho al trabajo de las personas con discapacidad; sin embargo, deberá verificarse cuidadosamente que en su diseño, creación, implementación, seguimiento y evaluación participen activamente las personas con discapacidad para que sus necesidades sean abordadas y atendidas.
Asimismo, deberá verificarse que todo lo anterior se realice bajo el modelo social y el enfoque de derechos humanos que contempla la ley, pues las políticas públicas existentes siguen teniendo fuertes rasgos del enfoque médico, con lo que contrario a lo pretendido se obstaculiza la inclusión.
Resulta indispensable generar mecanismos para hacer realidad el derecho al trabajo entre las personas con discapacidad, pues no se advierten de forma clara las actividades que se han hecho para lograr su cumplimiento.
Por todo lo anterior, se requiere una verdadera coordinación entre las autoridades y una transversalización de la discapacidad en toda la política pública laboral, lo que permitirá dejar de percibir como una cuestión aislada.
Cambiar nuestra percepción de la discapacidad del modelo médico al modelo social, permitirá entender que el entorno laboral es el que debe adaptarse a las personas, lo que en ningún momento tiene por qué implicar una desventaja para la empresa o la institución, ya que la diversidad en el entorno laboral puede generar diferentes visiones, que contribuirán a conseguir ventajas competitivas.
Por último, debe dejarse en claro que es responsabilidad de todos, tanto del sector público como del privado deshacerse de los prejuicios y estereotipos que desde antaño se tienen respecto de las personas con discapacidad, para con ello eliminar un serio obstáculo.
EL DATO:
Resulta indispensable generar mecanismos para hacer realidad el derecho al trabajo entre las personas con discapacidad