Guadalupe Esparza Villalobos (QEPD), sin duda alguna el elemento más emblemático de los cuerpos de seguridad pública de esta capital, lamentablemente dejó de existir, se despidió de esta vida la madrugada de este martes.
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Llegó al mundo un ocho de diciembre de 1938, ferviente guardián del orden y también de su religión, estuvo al cuidado de la sociedad y fue un fiel católico, tal vez no dominaba el inglés, pero podía conversar en latín, según lo refirió la menor de sus siete hermanos, Margarita.
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Su escolaridad no sobrepasó los estudios de primaria, pero su nivel de educación y de respeto a las leyes era muy alto, muchos lo recuerdan como agente de tránsito, especialmente donde inicia la avenida Francisco I. Madero, en la que los infractores, además de recibir la respectiva boleta de multa, tenían que soportar su regaño.
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Su inició como elemento policiaco en la Inspección de Policía Municipal,
primero bajo las órdenes de Antonio Mendoza, después del capitán Ramón Martínez; fue agente judicial, luego se fue a la CdMx como bombero, entró al cuerpo de granaderos en 1968. Estuvo en Tijuana, B.C., como sacristán del arzobispo Emilio Berlie. Su último trabajo fue en la Dirección de Tránsito y Vialidad Municipal
Pero siempre fue una buena persona
aunque muy despegado de la familia, viajó por todas partes, Oaxaca, San Luis Potosí, Acapulco, Veracruz, se desaparecía uno o seis meses y ya andaba trabajando en un lado luego en otro, y pues mi hermano fue muy inestable pero sus últimos años los pasó en la casa de la calle de Francisco G. Hornedo donde todos nacimos
Como
guardián del orden siempre cumplió con lo que se le ordenó, él manejaba una patrulla a la que se le denominaba como julia y en una ocasión su jefe Antonio Mendoza, lo mandó a ver que encontraba en las colonias, un borrachito o un busca pleitos, porque las celdas estaban solas, aunque sólo sean perros, y en efecto, luego de varias horas llegó con la julia llena de perros.
Margarita, Hermana del comandante "Lupillo"
Lo cierto es que aparte de su carácter duro, era muy bromista, en una ocasión se acercó a un grupo de personas que se encontraban platicando afuera de Palacio Municipal para expresar con toda claridad que
lo confieso, yo y el resto de los agentes de tránsito, recibimos dinero… cada quincena cobramos nuestro salario.
Comandante "Lupillo"
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