La Iglesia católica no se hace a un lado de los cambios sociales que se viven y de la condición de muchas parejas que se han divorciado o separado, causa por la que se sienten señalados socialmente y se alejan de la religión.
El padre José Guadalupe González, nuevo coordinador Diocesano de Pastoral de la Familia, expresó que muchas familias están reconstituidas y parejas reconformadas, mismas que tienen la necesidad de conservar su fe y mantenerse en la religión, pero en muchos casos al sentirse observados, criticados y señalados, se autoexcluyen.
Los tiempos actuales necesitan también una nueva visión de inclusión y comunión en la religión, en el acercamiento a Dios, lo cual ha sido atendido por el Santo Padre –el Papa Francisco-, que ha llamado a la Iglesia a mantener cerca a quienes se han divorciado y vuelto a casar.
Estas parejas que se han vuelto a casar o viven en unión libre luego de haberse divorciado pueden obtener la gracia de Dios a través de la conversión en la penitencia y la caridad, pero definitivamente no pueden confesarse ni comulgar.
Comentó que es entendible que “hay muchos matrimonios que se dieron al vapor, ya sea que fueron engañados o no soportaron la relación con su primera pareja”, ante esto “no los vamos a juzgar, tampoco los premiamos, pero las puertas de la Iglesia católica siempre estarán abiertas.
Están aquellos que después de un fracaso, han logrado encontrar a una persona con quien sí se entienda, tienen el apoyo pero que por haber contraído el sacramento del matrimonio con anterioridad no pueden comulgar, pues “el matrimonio es un vínculo para toda la vida, aunque sí pueden participar a través de otras obras de misericordia”.
FRASE
“Hay muchos matrimonios que se dieron al vapor, ya sea que fueron engañados o no soportaron la relación con su primera pareja, ante esto no los vamos a juzgar”.
José Guadalupe González
Coordinador Diocesano de Pastoral de la Familia