Es lamentable que el presidente Andrés Manuel López Obrador confunda la moral con un árbol de moras, sin percatarse de la diferencia entre los pensamientos y creencias privadas y la conducta pública, condena el vocero del Comité Ejecutivo Nacional (CEN), del Partido Acción Nacional, Fernando Herrera Ávila.
Nadie eligió un gobierno, abunda, cuya función sea meterse en la vida privada de la gente, sino que por el contrario, se le otorgó la responsabilidad para cumplir y respetar la ética necesaria para el servicio público.
La ética del servicio público implica no mentir, y eso es lo que debería hacer el gobierno, no mentir. Cuando desmienten la realidad y dicen que tienen otros datos están incurriendo en una falta de ética pública. La moral es una cuestión privada y el gobierno no tiene derecho a decirnos qué debemos pensar en materia religiosa o a quién debemos amar
Ayer se dio a conocer el acuerdo entre el presidente López Obrador y la Confraternidad Nacional de Iglesias Evangélicas, para crear un ejército que lleve casa por casa el mensaje de la Cartilla Moral emitida en meses pasados por el Gobierno de la República.
Como particular, como creyente y como evangélico, advierte el Vocero panista, Andrés Manuel López Obrador está en su derecho de profesar la fe que quiera, pero como presidente no puede obligarnos a ser todos evangélicos.
Obviamente se apoya en las iglesias evangélicas porque están más cercanas a su corazón, pero como en muchos otros frentes, la realidad le demostrará que la mayoría de los mexicanos son católicos.Fernando Herrera Ávila
La Constitución Moral que promete, dijo finalmente, es uno más de sus múltiples caprichos, pues erróneamente piensa que con eso va a obtener un lugar en la historia.
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El Gobierno de la República difundirá ampliamente su Cartilla Moral