Aguascalientes se encamina a tener su año más seco en una década y uno de los periodos con menos lluvias en 80 años; han transcurrido cerca de 200 días del 2022 y el Servicio Meteorológico Nacional informa que la precipitación pluvial acumulada representa apenas 14.8% del promedio histórico.
Aunque los ciclos pluviales suelen ser irregulares en Aguascalientes, los registros históricos que datan de la década de los 40 del siglo pasado permitieron a la Comisión Nacional del Agua (Conagua) establecer una media histórica de 520 mililitros de lámina de agua, la mayoría de los años el rango se ubica entre los 400 y 610 mililitros de precipitación pluvial acumulada; este 2022 el registro al 12 de julio es de apenas 76.8 milímetros.
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En el estado la temporada de lluvias abarca de junio a septiembre, más de 420 milímetros de lámina de agua se acumulan en promedio en estos cuatro meses a causa de las lluvias, sin embargo, el presente año las precipitaciones pluviales en junio y julio han sido escasas, en consecuencia, la Conagua ubica a la mitad del territorio estatal en sequía moderada y resto de las regiones se catalogan como anormalmente secas.
En 2011 se registró la última gran sequía en Aguascalientes, la lámina de agua alcanzó apenas los 252 milímetros, los agricultores reportaron una devastación en diversos sembradíos, particularmente de maíz forrajero; para los ganaderos la ausencia de lluvias repercutió una menor tasa de reemplazo en los animales, borregos, cerdos y vacas no se cargaron por el estrés hídrico, lo cual trajo como consecuencia una caída en hato ganadero.
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Este 2022 el panorama no es tan fatídico porque los dos años anteriores se registró un buen temporal, en consecuencia, presas y bordos llegaron con buenos niveles de almacenamiento de agua, pero se han ido abatiendo y en algunos potreros ya comienzan a reportar un agotamiento de las reservas hídricas; autoridades y productores del campo señalan que el pronóstico es de un temporal retrasado, y se esperan lluvias para agosto y septiembre, pero algunos advierten que podría ser un periodo de fuertes pérdidas económicas en materia agropecuario, y que la falta de lluvias contribuirá a abatir más los mantos acuíferos del estado.
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