Por lo menos cuatro de cada 10 familias mexicanas son víctimas de la violencia, a través de distintas formas y métodos, señaló ayer el académico Luis Manuel Santoyo de Anda, quien reflexionó acerca del núcleo familiar mexicano contemporáneo.
Sostuvo que la violencia social se ha desbordado, además del creciente número de suicidios, también se presenta violencia en los centros escolares.
Este último hecho es atribuible a la brecha que se abre en la comunicación dentro de la familia y que obliga a los jóvenes a la búsqueda de identidades como una forma de llamar la atención de la sociedad o bien como un reclamo de los espacios que sienten que les están siendo negados.El especialista señaló que muchos de los contenidos de los medios de comunicación llevan una fuerte carga de agresión o contenidos erótico – sensuales, que compiten con muy pocos programas encaminados al fortalecimiento de los valores, la comunicación asertiva o el fomento de la autoestima.
En algunas cifras, nada agradables, los decesos por violencia se han colocado entre las primeras 10 causas de muerte de la población, donde se estima que cuatro de cada diez familias presentan alguna modalidad de violencia intrafamiliar: ya sea física, retiro de privilegios, daños a la propiedad, maltrato psicológico, violencia íntima o en los peores casos, el binomio suicidio-homicidio.Santoyo de Anda señaló que se presenta un incremento en el uso de sustancia psicoactivas como el alcohol o las drogas que representan una alternativa a la búsqueda de proyectos. “En lugar de tener proyectos de vida se crean una serie de conductas encaminadas a crear proyectos de muerte, ya que adoptan actitudes parasuicidas”, consideró enseguida.
“Ante el contenido de los medios de comunicación la familia tiene la posibilidad de develar todos esos factores de riesgo creando una distancia crítica entre la oferta mediática y la realidad”, aseveró.
El académico se refirió además a las redes sociales que existen en Internet y sobre la exaltación de la violencia que “propician los videos que son subidos a sitios como Youtube, donde lejos de sensibilizar a la población sobre la violencia, la generan”.
Dijo que es difícil mantener a los niños y jóvenes alejados de estas alternativas de comunicación e información, es por eso que se debe reflexionar en las consecuencias que puede generar el acceso ilimitado al mundo virtual y se debe crear una conciencia crítica, así como fomentar iniciativas públicas en pro del fortalecimiento de la familia.
La adicción a los videojuegos o la Internet puede resultar peligrosa cuando los jóvenes ocupan en estos de 12 a 15 horas teniendo una alimentación no adecuada, un sueño no reparador que repercute en diferentes áreas de vida. El uso de las nuevas tecnologías pero de manera racional e incorporando contenidos educativosEl investigador atribuyó a la falta de satisfactores adecuados en la vida cotidiana el hecho de que los jóvenes prefieran pasar más tiempo en una red social que con su propia familia.
Luego resaltó que pese al panorama desesperanzador, existen en México muchas familias misioneras que transmiten a los jóvenes sus deberes morales, pese a que los hogares se han convertido en hotelesPues las familias llegan tarde en la noche y salen temprano en la madrugada a buscar el pan de cada día.Finalmente destacó que
Parece que es un sentir de algunas instituciones y puede ser muy benéfico para todas las familias independientemente del credo religioso, el que sean reconocidas jurídicamente, eso implicaría que políticamente se puedan hacer acciones a favor de la familia.
EL DATO:
Muchos hogares se han convertido en hoteles, pues las familias llegan tarde en la noche y salen temprano al día siguiente
