De acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera 2018, solo el 47% de la población tiene al menos un producto de ahorro formal, de los cuales 51% son mujeres y 49% hombres. Respecto al tema de inversión, sólo el 1% de las personas cuentan con algún fondo de inversión, de este porcentaje, 72% son hombres y 28% mujeres.
Así lo dio a conocer la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) al hacer un llamado a la población para que evite participar en mecanismos informales, algunos de ellos en Internet, de ahorro e inversión como tandas, guardar dinero en casa o ser parte de “pirámides”, ya que de esta forma se ponen en riesgo los ahorros.
Advirtió la Comisión que los esquemas Ponzi y las pirámides financieras son estafas.
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Se trata de mecanismos en los cuales las ganancias que obtienen los primeros inversionistas provienen de los recursos que son aportados por nuevos participantes
"Por lo tanto, para que un sistema de esa naturaleza se sostenga es necesario captar flujos constantes de dinero, dinámica insostenible."
Refirió la Condusef que "la historia comenzó con Charles Ponzi quien en 1920 estafó a más de 10 mil residentes de Nueva Inglaterra, E.U., al ofrecerles invertir en un negocio con rendimientos considerables. Los rendimientos prometidos rondaban alrededor del 50% en tan sólo 90 días; para la época, el tipo de interés anual de las cuentas bancarias rondaba el 5%. Sin embargo, al ahorrar en este tipo de esquemas o invertir en las llamadas “pirámides” se corre el riesgo de perder la inversión”.
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Explicó la Condusef que “el esquema ‘piramidal’ es un mecanismo que promueve que cada participante invite a un grupo de al menos dos conocidos a invertir en este sistema y cada uno de ellos a su vez involucre a otras dos personas y así sucesivamente, dinámica que por lo general pierde impulso y termina en un gran fraude en el que se prometen elevados rendimientos a los participantes y, al final, los promotores de la pirámide, los que inician el negocio, son los únicos que sí reciben los recursos de las personas que participaron después”.
Lo recomendable es hacer uso del ahorro formal en instituciones financieras como Bancos, Cajas de Ahorro y Sofipos o cualquier otro instrumento autorizado y supervisado, con la ventaja de que se tiene accesibilidad a servicios financieros como créditos y seguros, además de que se pueden ganar intereses, pero, sobre todo, en estos lugares el dinero está protegido.
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