La situación económica generada por la pandemia de coronavirus constituye una seria amenaza a la supervivencia de las empresas, considera el consultor empresarial Rodolfo Sánchez Calderón.
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Explica que luego de varios meses de inquietud por reportes de desaceleración económica global, la pandemia de coronavirus desató una crisis que vaticina meses muy complejos para economías como México.
Dentro de este escenario, las Pymes enfrentan una amenaza grande para su crecimiento y subsistencia en el mercado, por lo que la liquidez, finanzas sanas y el acceso a financiamiento son prioridades, advierte.
Especialistas financieros han mencionado que la crisis por el coronavirus ha generado un fenómeno de restricción del crédito, que podría poner en marcha una serie de bancarrotas corporativas y una crisis financiera global, similar a la de 2008.
El mercado de crédito se mueve rápido hacia un punto de no retorno, en el cual las fuentes de financiamiento se acaban, los emisores enfrentan restricción de liquidez, incrementan las pérdidas de crédito y los inversionistas se apresuran a tomar la salida más cercana.
Rodolfo Sánchez Calderón, Consultor empresarial
Esta situación es especialmente crítica para empresas con poco efectivo, mucha concentración en pocos clientes y altos niveles de deuda, pues pueden incumplir con sus pagos, bajar la capacidad para sostener sus operaciones e, incluso, ir a la bancarrota.
Muchos expertos aseguran que el escenario de una recesión global es altamente probable para 2020, hace hincapié.
Lo cierto es que muchas empresas se encuentran en riesgo de supervivencia, pues habrá las que cierren definitivamente al declarare en bancarrota debido a las nulas ventas.
Por otro lado, el Indicador IMEF Manufacturero disminuyó en marzo 3.0 puntos para ubicarse en 45.0 unidades. Así, este Indicador permaneció en zona de contracción (<50) por onceavo mes consecutivo. Su serie tendencia-ciclo cayó 0.6 puntos para cerrar en 46.0 unidades y continuar en zona de contracción por diez meses consecutivos. Por su parte, el Indicador ajustado por tamaño de empresa disminuyó 2.6 puntos, ubicándose en 47.1 unidades y manteniéndose en zona de contracción por ocho meses seguidos.
EL DATO
Esta situación es especialmente crítica para empresas con poco efectivo, mucha concentración en pocos clientes y altos niveles de deuda.