Caos vehicular en las inmediaciones, filas interminables de personas, sensaciones de desesperación y esperanza, dudas y preguntas que no recibían respuesta, una clara ausencia de servidores públicos o voluntarios que auxiliaran a la muchedumbre. Así fue la que había sido anunciada por las autoridades como la última jornada de la vacunación anticovid para la aplicación de la primera dosis en Aguascalientes.
En un recorrido realizado por EL SOL DEL CENTRO, una pareja de personas de la tercera edad –el señor con bastón, claramente disminuido de sus capacidades físicas– descansaban bajo un árbol en las inmediaciones del puesto de vacunación ubicado en el Taller de Locomotoras; la señora reconoció que por desidia dejaron hasta el último su inoculación, a pesar de pertenecer al grupo poblacional más vulnerable, reconoció que hicieron las cosas “a la mexicana”.
Metros más adelante, dos hermanas y su madre –también una persona de la tercera edad– se quejaban de la desorganización, la fila se había convertido en una serpentina y era difícil encontrar un orden entre el caos; en redes sociales hubo personas que reportaron que desistieron, porque ni siquiera encontraron el final de la fila.
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En aquel pandemónium, ni las personas de la tercera edad gozaron de privilegios, en las jornadas anteriores a quienes tenían alguna incapacidad les daban acceso preferencial; personas que estaban en la fila comentaron que elementos de la policía montaba les informaron que iban a preguntar si las personas con alguna discapacidad motriz tendrían acceso preferencia, pero nunca volvieron.
En el Taller de Locomotoras la fila llegaba hasta la colonia Ferronales; en la Isla San Marcos más allá de la zona de antros de la feria; en la Universidad Autónoma de Aguascalientes llegaba hasta Segundo Anillo, la gente bordeaba la famosa “curva de la UAA”; reportes de la Isla San Marcos decían que los vehículos eran kilométricas.
Los asistentes reflejaban porqué 200 mil aguascalentenses mayores de 18 años no se han vacunado hasta la fecha, una mujer que estaba formada reconoció que no confiaba en la vacuna, pero que viendo el avance de la pandemia y procurando cuidar a su familia, había accedido a vacunarse.
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La falta de información también salió a relucir, varias personas estaban pidiendo información sobre los documentos que tenían que presentar en el puesto de vacunación, una papelería ubicada cerca de las escuelas ubicadas en la colonia Ferronales estaba atiborrada de personas que buscaban sacar una copia del expediente de vacunación.
Después del recorrido, fue imposible localizar a la pareja de la tercera edad que estaba bajo un árbol, quizá se reincorporaron a la fila y siguieron su largo peregrinar hasta el puesto de vacunación, tal vez vieron los complicado de la encomienda y desistieron, regresándose a su hogar para seguir lidiando sin inocularse con una pandemia que amenaza con una tercera ola, pudieran tener suerte si llegan a enterarse de que este jueves habrá una nueva jornada para los rezagados.
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