Hace poco más de un mes que se volvió a elevar la demanda de atención médica por infección del SARS-CoV-2, en el Centenario Hospital Miguel Hidalgo, saturación que se observa, sobre todo, en el área de terapias.
Así lo dio a conocer el dirigente del Sindicato de trabajadores de este nosocomio Francisco Javier Araiza Méndez, quien agregó que “lo que pasa es que hay pocas camas con respirador, lo que es terapia y piso Covid-19 desde hace algunas semanas se ha presentado una saturación”.
En urgencias:
Es un espacio muy volátil ya que un día pueden entrar 10 pero ocho salen y lo que pasa es que en ocasiones llega gente que no está tan grave y rápido se va, pero realmente el problema se ha estacionado, una situación que inició en junio y así se ha mantenido.
En terapias “se encuentran alrededor de 12 camas ocupadas dedicadas a personas con Covid-19, en el piso dedicado a estos pacientes, hay 24 camas de atención ocupadas y en urgencias hay entre seis y 14 pacientes”.
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El problema es el espacio:
Ya que sí hubiera más camas de cualquier forma no hay equipo ni personal suficiente; por fortuna, el problema se estacionó, no hay aumento ni una disminución notable de pacientes en estos dos últimos meses.
Mencionó “que en lo referente a prestaciones para el personal, afortunadamente hemos logrado una paz laboral para todos y equipos de protección también suficientes para el personal y al parecer la gente está conforme, sin embargo ya la gente está agotada y es que ya llevan prácticamente dos años y han comenzado a surgir casos de ansiedad y de depresión”.
Al iniciar la pandemia había muchos estímulos y reconocimiento, pero ahora ya se acabaron los aplausos, lo que no, es el trabajo agotador.
Francisco Javier Araiza Méndez, Dirigente del Sindicato de trabajadores del Centenario Hospital Miguel Hidalgo
En este contexto, “como Sindicato arrancamos con un censo entre el personal porque estamos en la búsqueda, ante la federación para entrar al tema de la profesionalización, un beneficio que el Hospital no lo tiene, a diferencia de otros nosocomios, incluso en el ISSEA”.
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Bajo este concepto, “cuando algún trabajador incrementa su grado académico, por ejemplo un enfermero que ingresó como auxiliar, y con el tiempo terminó alguna licenciatura o alguna especialidad, puede concursar para que su código cambie de adscripción y reciba un mayor salario en un mejor puesto”.
Lo malo es que esta oportunidad en el Hidalgo no existe, de tal forma que aunque algún empleado logre una o más especialidades, la única forma para poder cambiar de código es porque alguien se jubile, renuncie o fallezca.
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