La pesadilla no ha terminado, está iniciando una segunda ola, en este caso de salud mental, consecuencia de la pandemia que obligó a muchos jóvenes a suspender la convivencia social, a la violencia intrafamiliar que se intensifico en estos últimos meses y al incremento en el consumo de drogas, especialmente de cristal.
Así se estableció durante la presentación del grupo de psicólogos que han llevado a cabo un tamizaje que incluyo a aproximadamente a 16 mil jóvenes de los subsistemas de bachillerato Conalep, Cecytea y Telebachilleratos, proyecto iniciado por el director general de ese primer grupo de preparatorias, Manuel Appendini Carrera y que está por implementarse en el resto del país.
Este grupo surgió, mencionó Edith Hermosillo de la Torre, especializada en temas de suicidio, “desde un frente de la sociedad civil organizada para mejorar las condiciones de salud, especialmente en el tema emocional de los adolescentes y lo que nos encontramos en esta población evaluada es que aproximadamente un 21% presenta algún riesgo de suicidio”.
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Asociada a esta situación “se encuentran otros factores de riesgo psicosocial que necesitan ser atendidos para que el problema no evolucione, uno de los principales son los síntomas de ansiedad que suponemos están fuertemente relacionados con los eventos que han ocurrido durante la pandemia como las situaciones que han vivido las familias, pero también hemos localizado sintomatología depresiva y el consumo de drogas”.
Algunos otros elementos encontrados y “que han añadido más riesgo, es la falta de asistencia a la escuela que le ha impedido a los jóvenes convivir con sus pares y de no poder llevar a cabo sus clases en compañía de profesores y de toda la red social que siempre es un factor de protección psicosocial”.
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Con relación a la pandemia en salud mental, señaló que “los impactos aún no se han calculado, lo que se sabe es que la cantidad de recursos que se han desplegado para combatir al Covid-19, provocaron el descuido para tender el tema del suicidio y la diferencia es vergonzosa por el número de muertes que por este segundo tema se han presentado”.
De tal forma que “la ola de problemas es muy grande, por el confinamiento en casa, el aislamiento, principalmente de niños y adolescentes quienes se han visto afectados en su desarrollo psicosocial. En el tamizaje realizado encontramos que es muy preocupante el índice de ansiedad la cual es una respuesta al estrés, la semilla que va a provocar el crecimiento de muchos problemas”.
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