El mes más corto del año, febrero, no siempre tiene 28 días. Resulta que cada 4 años en los calendarios, febrero tiene 29 días. ¿Por qué sucede esto? Aquí lo explicamos.

Resulta que el calendario actual que se emplea para contabilizar los días en casi en todo el mundo, no es exacto. El día para los humanos dura 24 horas y está relacionado con el movimiento de rotación de la Tierra, es decir, el tiempo que tarda el planeta en dar una vuelta sobre su propio eje.

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Los años se determinaron de acuerdo al lapso que demora el planeta en dar una vuelta al sol, lo que significa 365 días, 5 horas, 48 minutos y 46 segundos.

Pero el calendario solo contempla días, por lo tanto, un año normal tiene 365 y no se toman en cuenta las 5 horas y 48 minutos que restan para que la Tierra pueda completar una vuelta al sol.

Es así que el calendario Gregoriano (promovido por el papa Gregorio XIII), que se usa casi en todo el mundo, junta las 5 horas y 48 minutos de cada 4 años para poder reunir el tiempo necesario de un día completo. Aunque la suma de este tiempo no da como resultado las 24 horas exactas que se necesitan para un día, el calendario lo cuenta como el 29 de febrero.

El papa Gregorio XIII, añadió excepciones a los años bisiestos: no serán años bisiestos los múltiplos de 100, salvo si son divisibles por 400. El año de 1900, no fue bisiesto al no ser divisible entre 400. El año 2000 sí lo fue, pues es múltiplo de 100 y divisible por 400. Con este entendido, los años 2100 y 2200 no serán bisiestos.

Según datos de la UNAM, hay 5 millones de personas en el mundo que nacieron este día.

Daniel Flores Gutiérrez, del Instituto de Astronomía (IA) de la UNAM, afirma que quienes nacen este día (29 de febrero) deberían celebrar su cumpleaños cada 4 años.

Su primera celebración sería cuando acumulen cuatro años de vida, y así sucesivamente; no es arbitrario, es lo que corresponde por el conocimiento de los ciclos astronómicos