Perros, Firulais, Lomitos, hay un sinfín de adjetivos o nombres para llamar a esos peludos que nos alegran cada día con sus ocurrencias y sus formas de demostrar amor. En un paseo por el parque o durante un momento de diversión en casa, de repente te das cuenta que un cierto olor a doritos o cheetos entra por tu nariz, olor que no proviene de ninguna bolsa de frituras a tu alcance, sino directamente de las patas de tu lomito.
Por más que tratas de entender el motivo de este olor, pensando incluso que tu mascota pudo haber ingerido ciertas frituras a escondidas, no logras encontrar una respuesta al asunto. Aquí te contamos realmente el origen de este olor que se genera en las patas o almohadillas de un perrito.
No hay nada de qué preocuparse, pues según estudios, los motivos de este olor se desencadenan en varios factores que no ponen en peligro la vida del canino. El primero de ellos es una bacteria llamada Proteus, una bacteria que se ubica en las patas del perrito y que se hace aún más presente debido a las glándulas sudoríparas, ya que éstos tienen particularidades en sus procesos bioquímicos, muy diferentes al de los humanos, en el que su organismo regula su temperatura corporal al grado en que las almohadillas en sus patas se convierten en un mecanismo principal para esta acción. Tal bacteria es natural y completamente inofensiva.
Otro de los motivos para explicar este curioso olor a frituras son infecciones en la piel, ya que otras bacterias pueden proliferar en áreas donde la piel está rota o irritada, por lo que es recomendable tener al can bajo ciertos cuidados o bien llevarlo al veterinario para tratar este problema.
Además, problemas en las glándulas anales no quedan descartados, pues si esta zona está infectada, inflamada o no se vacía adecuadamente, pueden emitir un fuerte y desagradable olor, que aunque el olor es diferente al de las frituras, muchas personas llegan a confundirlo.
Parte de las recomendaciones que los especialistas dan sobre el tema es que se tengan a las mascotas en constante higiene, utilizando champús especiales que eliminen estas moléculas que provocan el típico olor en la piel canina. También, se debe cepillar su pelo frecuentemente ya que esto ayuda a evitar la acumulación de pelo muerto, suciedad y enredos; así como además la nutrición se refleja en la calidad del pelaje de tu perro, por lo que debe ser sometido a una dieta equilibrada y de calidad para que esté sano.
Ahora que ya sabes el por qué tu perro en algún momento del día llega a generar este olor (sobre todo cuando están dormidos, ya que suelen enroscarse para generar calor principalmente en época de invierno.) no dudes en tomar en cuenta las recomendaciones de tu veterinario, llevándolo a alguna clínica en caso de que alguna anomalía en sus almohadillas se presente, u otro síntoma que se aleje del todo de un simple olor a frituras.
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