El dueto compuesto por Junior Javier Castro Figueroa y Aranza Yortyette Barron Valadez son los pilares de una familia que desde hace diez años, ahora junto con sus dos hijos, se dedican a cantar en las calles de varias ciudades, pero que en esta ocasión toca percibir su música en Aguascalientes donde deleitan a todos interpretando un aproximado de dos mil canciones de distintos autores, boleros, bandas, diversos géneros al ritmo de los tambores muy al estilo Honduras.
Los intérpretes se hacen acompañar por su hija e hijo, a cada lugar donde asisten para ganarse el pan de cada día.
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Junior Javier salió de su país hace aproximadamente 16 años a causa del peligro que se vive en tierras hondureñas, llegó a México con el sueño de superarse y salir adelante, aún con la discriminación que ha sufrido por parte de personas que los confundieron como parte de la caravana de migrantes.
Fue hace aproximadamente cuatro años que llegaron a Aguascalientes por primera vez, donde a simple vista apreciaron el calor afectivo que caracteriza a los habitantes de esta entidad, trabajando en los tianguis, mercados y varias calles del estado donde nos comentan que seleccionaron “la tierra de la gente buena” para trabajar, ya que a diferencia de otros lugares aquí perciben un gobierno que deja trabajar, la gente es más afectiva, más humanitaria y más noble.
Lamentablemente Junior Javier se ha tenido que enfrentar el abuso laboral en otros estados, a pesar de tener conocimiento de otros oficios como albañilería, carpintería, pintura, etcétera, se ha encontrado con personas que actúan con alevosía y ventaja, una vez dando conclusión al trabajo, al final le han realizado el pago de sus servicios en menor cantidad de lo pactado, por tal motivo decidió salir a las calles acompañado de su instrumento para dar alegría a sus espectadores.
El abuso no ha sido solo en los trabajos formales sino también por parte del sector salud, ya que hace tres años, nos comenta Aranza Yortyette, que al acudir al hospital para dar a luz a su pequeña hija recibió palabras discriminatorias y agresiones verbales así como amenazas de parte del personal medico de San Luis Potosí, llegando al punto de expresarle que pidiera a Dios que no le tocara en el turno de aquella doctora, ya que consideró que de ser así del quirófano no saldría.
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La familia busca la oportunidad para radicar en Aguascalientes pero al parecer se han topado con pequeños inconvenientes como lo es al momento de querer rentar una casita, lo impide el “tener niños” porque en el momento que el rentero se da cuenta de que los hay, inmediatamente expresa que no se admiten familia con hijos. Sin embargo, la familia se mantiene unida y han decidido luchar día a día por permanecer así y mejorar su condiciones de vida.
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