Que si fresitas, manzanitas, zanahorias, limones, naranjas y guayabas; los dulces de azúcar que son una tradición en los festejos del Día de Muertos, representan una de las costumbres más deliciosas y más entrañables de esta celebración.
Y es que, así como los niños de ahora se sorprenden con sus sabores y formas, los adultos que visitan el famoso Tianguis de los Muertitos, aún las buscan como un recuerdo de sus años de niños.
Este dulce, aunque sea tan representativo de una tradición mexicana, llegó a México desde España. En ese país se prepara una pasta a base de miel, para aliviar malestares de la garganta. Posteriormente, ya como dulce, se elaboró con mazapán. Al llegar a México, luego que los españoles los introdujera, los mexicanos añadieron su toque particular, fusionándolo con sus propias costumbres prehispánicas, agregando otros ingredientes como cítricos, cacao y caña, por mencionar algunos.
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Actualmente, estos dulces, también conocidos como alfeñiques, se elaboran a base de azúcar. Para las calaveritas, que tienen una consistencia más sólida, se usa azúcar, jugo de limón o naranja y clara de huevo. Según la decoración de la calavera, se añaden colorantes vegetales.
Por otro lado, los que tienen forma de frutitas, con una textura mucho más suave, se elaboran con algunas variantes. Por ejemplo, hay quienes aún usan la base de mazapán, lo que les brinda un sabor más dulce y menos ácido. En otros, se prepara una masa de azúcar glas, con esencia de limón, a la que también agregan otros sabores y colores vegetales.
El ingenio de los productores permite a los consumidores, encontrar una gran variedad de formas, pues además de las frutas, también se elaboran pequeños ataúdes, calaveras, platillos de enchiladas o de mole con pollo, taquitos o bolillos, coronas de flores y hasta pan de muerto.
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