Como cada 15 de enero, México celebra este día sus grandes compositores, cuyas obras han encantado a intérpretes y audiencias de todo el mundo.
Como muestra, “Bésame mucho”, de Consuelo Velázquez, “Cielito Lindo”, de Quirino Mendoza y “Si nos dejan”, de José Alfredo Jiménez, por mencionar unos cuantos.
No obstante, durante la década de los años treinta, Aguascalientes vio nacer a un músico, compositor y cantante, cuyo nombre y legado no han sido justamente reconocidos y celebrados.
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Se trata de Federico Méndez Tejeda, nacido en esta ciudad, en la calle Valentín Gómez Farías, en el Barrio de Guadalupe.
Como muchas otras familias de la época, la de Federico era humilde, por lo que desde pequeño tuvo que trabajar para abonar al sustento de su casa. Sin embargo, Federico se hacía las jornadas más llevaderas cantando, lo que ya daba muestras de su inclinación por la música.
La oportunidad de mostrar su talento vocal, por primera vez, llegaría en un escenario digno de una estrella que estaba por nacer: el Teatro Morelos, donde participó en un concurso de canto, celebrado en el Día de las Madres.
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La interpretación de Federico, que apenas contaba con ocho años de edad, impresionó al público y a los jueces, quienes no dudaron en otorgarle el primer lugar.
Pocos años después, su familia se trasladó a la Ciudad de México, con se abrieron las puertas al éxito. Su andar entre las instalaciones de la XEW y la Plaza Garibaldi, le brindó la oportunidad de conocer a las grandes estrellas de la época, quienes notaron su habilidad interpretativa, entre ellos Pedro Infante, Javier Solís, José Alfredo Jiménez y Álvaro Carrillo.
Además de su voz, Méndez Tejeda daría muestras, también, se extraordinario talento como compositor, cuando escribió su primer tema, “A punto de gritar”, que sería grabado por el Heriberto Molina, y que después también cantarían Lisa López y las Hermanitas Huerta.
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Se estima que las canciones compuestas por Federico Méndez, alcanzarían cuatro centenas, y entre ellas se encuentran grandes éxitos de la música regional mexicana, como “Yo quiero ser”, “Aprendiste a volar”, “Marioneta”, “Si quisieras”, María, María”, Mi bolero más triste”, “Hoy platiqué con mi gallo” y las que, quizá sean las más conocidas, “De qué manera te olvido” y “Por tu maldito amor”, que se convirtieron en leyenda en la voz de Vicente Fernández, quien además era uno de sus amigos más cercanos.
Federico Méndez alcanzó el éxito, que le permitió también convertirse en promotor discográfico. No obstante, moriría el 16 de noviembre de 1988, en la Ciudad de México. Si bien, su fallecimiento se vio envuelto en la controversia, vale más la pena honrar su vida, que estuvo siempre motivada por el amor a la música.
En Aguascalientes, el Palenque de la Feria Nacional de San Marcos lleva su nombre, como un reconocimiento a su trayectoria y su aportación a la música mexicana.
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