Al correr de los primeros días del mes de octubre, imágenes de la famosa “Catrina”, comienzan a llenar las calles en aparadores, museos y espacios públicos de la ciudad, como un anuncio de los festejos que se aproximan.
Este personaje se ha convertido en un referente, no sólo de Aguascalientes, sino de todo México ante el mundo. Pese a su fama y reconocimiento, por pocos es conocido el origen verdadero de la elegante calavera.
Y es que, como muchos lo suponen, la estilizada figura de la “La Catrina” sí está inspirada en el ingenio del ilustre grabador mexicano José Guadalupe Posada, mas no es su obra. La que surgió de la extraordinaria mente el artista nacido en Aguascalientes, fue “La Garbancera”, que se trataba de una imagen que satirizaba a las empleadas domésticas y vendedoras de garbanzos, de finales del siglo XIX y principios del XX, quienes para intentar igualar a sus distinguidas patronas, quienes eran damas de la aristocracia, usaban sus vestidos a escondidas y se maquillaban con polvo de ladrillo y de garbanzo. En ella, se mostraba el busto de una calavera, que portaba un llamativo y enorme sombrero, decorado con plumas, semejando a los que usaban las “damas de sociedad”.
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A través de su creación, Posada ridiculizaba la condición de aquellos que caminaban con aires de grandeza, fundamentando su estima y valor personal en la posición que la sociedad les brindaba.
Años después, el pintor y muralista Diego Rivera, tomaría a “La Calavera Garbancera”, como su inspiración para crear al personaje central de “Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central”, que parece pasear plácidamente junto a otros destacados personajes de la política, el arte y la sociedad mexicana, entre los que se encontraba, por supuesto, Frida Kahlo. El aire de distinción y sofisticación que le otorgó Rivera, le mereció ser conocida como “La Catrina”.
Desde entonces y hasta la fecha, esta figura, producto de la inspiración y la clarividencia de dos de los más importantes exponentes del arte en México, se he proyectado ante el mundo como un distintivo de las tradiciones mexicanas que se llevan a cabo en torno al Día de Muertos.
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Particularmente, en Aguascalientes, “La Catrina” cobró cierta relevancia a partir del año 1994, cuando por primera vez se celebro el Festival de Calaveras. Sin embargo, su imagen fue más que difundida a partir de 2013, en el marco de la conmemoración del Centenario Luctuoso de José Guadalupe Posada.
Actualmente, este ícono ha sufrido diferentes modificaciones y adaptaciones, pues mientras hay quienes la pintan con un toque de sobriedad y luto, otros lo hacen con vivos colores, como parte de la alegoría y tradición mexicanas.
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