Es considerado uno de los violinistas más virtuosos de todo los tiempos. Niccolo Paganini nació en Génova, Italia, y falleció en Francia hace exactamente 180 años.
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Su acercamiento con la música lo hizo de la mano de su padre, quien lo inició en la mandolina a los 5 años de edad. Dos años después comenzaría a tocar el violín, instrumento con el que sería reconocido en todo el mundo, y le valdría un lugar insustituible en la historia de la música universal.
La técnica que Paganini desarrolló asombró a sus profesores, quienes llegaron a creer que “no tenían nada más que enseñarle”, pues era capaz de crear y producir sonidos en los cuales parecía que había varios violines sonando a la vez. Además, era capaz de tocar alrededor de 12 notas por segundo. Se dice, incluso, que por la velocidad e ímpetu de sus interpretaciones, varias cuerdas de su instrumento se rompían, pero aún con una sola cuerda, lograba notas increíbles.
Las supersticiones propias de la época, hicieron creer a varios de sus colegas, maestros, y el público que presenciaba sus excitantes recitales, que Paganini había hecho un pacto con el diablo, pues era la única forma de explicarse la inigualable destreza que éste con el violín. Por si fuera poco, este pensamiento se animaba con el apasionamiento del músico al tocar, dados sus desproporcionados, dramáticos y violentos movimientos corporales.
La fama y los mitos alrededor del también compositor italiano se convirtieron en inspiración para varias películas, como “Kinski Paganini”, dirigida por Klaus Kinski, en 19889; “Paganini Horror”, también de 1989, pero bajo la dirección de Luigi Cozzi; y “El Violinista del Diablo”, protagonizada por el violinista David Garret, en 2013.
Niccolo Paganini falleció el 27 de mayo de 1840.
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