A pesar de que en México se tienen registradas alrededor de 50 mil zonas arqueológicas y de que se cuenta con sólo 400 arqueólogos varios de ellos de edad avanzada y por tanto sin la capacidad física para hacer trabajo de campo, el Gobierno Federal pretende recortar el 75% del presupuesto destinado al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
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Instituto que hace investigación científica aplicada y que genera muchos beneficios económicos al país por los ingresos que se reciben de las zonas arqueológicas abiertas al público y de sus museos, sitios que además han colocado a México entre los países con mayor prestigio y de un interés turístico que significa millones de visitantes al año.
Así lo informó en conferencia virtual, Gustavo Alberto Ramírez Castilla, Secretario General del Sindicato Nacional de Profesores de Investigación Científica y Docencia del Instituto Nacional de Antropología e Historia.
Destacó que la base de investigadores de la Institución es de 870 divididos entre antropólogos, historiadores, etnólogos, arqueólogos y otras especialidades, sin embargo, el 60% está concentrado en la CdMx, lo que significa que en los distintos estados del país hacen falta este tipo de especialistas.
Hay entidades, “que no cuentan ni siquiera con uno sólo arqueólogo como es el caso de Durango o de Coahuila donde hay muchísimos vestigios de arte rupestre que necesitan ser preservados, sin embargo, constantemente esos sitios son saqueados; en Aguascalientes sólo se cuenta con una arqueóloga y sin el personal necesario para investigar, al menos, tres de los sitios detectados”.
Pero el daño a esta fuente de historia y de beneficio turístico no es nuevo:
A mediados de los 80s había mil 500 plazas, a la fecha han desaparecido 630 y a pesar de ello, se cuenta con 194 sitios abiertos al públic.Gustavo Ramírez Castilla, secretario General del Sindicato Nacional de Profesores de Investigación INAH
Es por eso que “se debe considerar lo grave que sería que el INAH sufriera cualquier recorte presupuestal pues ya vivimos una situación muy precaria, casi al borde de la parálisis por la falta de apoyo para los proyectos de investigación lo que limita las capacidades del Instituto”.
Es necesario considerar, subrayó, “que los proyectos arqueológicos de investigación son caros, pues un sólo trabajo dura años, requiere de mucho personal de vigilancia y para poder escarbar; analizar los vestigios para luego poder dar a conocer la historia de un sitio, pero la falta de recursos económicos impide incluso iniciar cualquier tipo de exploración en detrimento de la historia del país”.
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