/ sábado 23 de febrero de 2019

Todos por una ciudadanía cívicamente más responsable

El mejor homenaje para nuestra bandera nacional es generar conciencia sobre nuestros deberes cívicos de buenos mexicanos

En todo tiempo y en todo lugar, es necesario y es oportuno reflexionar sobre nuestras conductas, pero más aún cuando podemos enmarcarlas en alguna fecha como la de hoy, cuando conmemoramos el día dedicado a uno de nuestros símbolos patrios: nuestra gloriosa bandera nacional, emblema de nuestra mexicanidad, dentro y fuera de nuestras fronteras.

Pues bien, esa reflexión a la que me permito convocar es la que se refiere directamente a nuestra conducta en lo cívico. ¿Qué tanta conciencia tenemos respecto de ser un buen mexicano, cívicamente hablando?

¿Estaremos, acaso, como lo percibo yo, urgidos de emprender una cruzada nacional a favor de una concientización real, amplia y profunda sobre nuestros deberes básicos y elementales para considerarnos dignos herederos y beneficiarios de todas esas luchas que otras generaciones de mexicanos llevaron a cabo para entregarnos este país que hoy tenemos y disfrutamos?

Quisiera equivocarme en esta percepción, pero creo que en aras de una modernidad mal entendida, hemos descuidado en mucho la formación cívica que otras generaciones de nuestro país tuvieron. Ese descuido ha tenido graves consecuencias en nuestra vida social y comunitaria.

Escasea, por ejemplo, ese amor patrio, real y honesto que nos permitiría una verdadera unidad nacional para enfrentar juntos todos nuestros problemas. Ese sentimiento patriótico que se vuelve sublime cuando sin mezquindades se está dispuesto a los mayores sacrificios por alcanzar el bienestar general.

Pero qué es lo que tenemos en lugar de esos ideales heroicos y abnegados? Pues tenemos el materialismo convenenciero que todo lo traduce en afanes de enriquecimiento ya sea lícita o ilícitamente. Siendo las más de las veces lo segundo.

Por eso es que resulta indispensable que nos propongamos todos a generar conciencia cívica, ética y moral en todos los segmentos de nuestra población; empecemos en los hogares, después en las escuelas y en cada espacio a donde concurran núcleos sociales. Debe ser este, un tema recurrente en toda reunión de toda clase de agrupaciones.

En los partidos políticos, con mucha mayor razón. Debe ser para ellos una prioridad principalisima. Porque los ciudadanos estamos hartos de la política partidista que se practica hoy en día, por estar carente de civilidad política, de respeto y de ética.

Para estos tiempos electorales que estamos viviendo es una magnífica oportunidad para evaluar tanto a organizaciones políticas como a sus actores políticos sobre esas responsabilidades cívicas que todos debemos de asumir. Porque todos somos corresponsables de nuestro avance democrático.

¿Qué les parece?

El mejor homenaje para nuestra bandera nacional es generar conciencia sobre nuestros deberes cívicos de buenos mexicanos

En todo tiempo y en todo lugar, es necesario y es oportuno reflexionar sobre nuestras conductas, pero más aún cuando podemos enmarcarlas en alguna fecha como la de hoy, cuando conmemoramos el día dedicado a uno de nuestros símbolos patrios: nuestra gloriosa bandera nacional, emblema de nuestra mexicanidad, dentro y fuera de nuestras fronteras.

Pues bien, esa reflexión a la que me permito convocar es la que se refiere directamente a nuestra conducta en lo cívico. ¿Qué tanta conciencia tenemos respecto de ser un buen mexicano, cívicamente hablando?

¿Estaremos, acaso, como lo percibo yo, urgidos de emprender una cruzada nacional a favor de una concientización real, amplia y profunda sobre nuestros deberes básicos y elementales para considerarnos dignos herederos y beneficiarios de todas esas luchas que otras generaciones de mexicanos llevaron a cabo para entregarnos este país que hoy tenemos y disfrutamos?

Quisiera equivocarme en esta percepción, pero creo que en aras de una modernidad mal entendida, hemos descuidado en mucho la formación cívica que otras generaciones de nuestro país tuvieron. Ese descuido ha tenido graves consecuencias en nuestra vida social y comunitaria.

Escasea, por ejemplo, ese amor patrio, real y honesto que nos permitiría una verdadera unidad nacional para enfrentar juntos todos nuestros problemas. Ese sentimiento patriótico que se vuelve sublime cuando sin mezquindades se está dispuesto a los mayores sacrificios por alcanzar el bienestar general.

Pero qué es lo que tenemos en lugar de esos ideales heroicos y abnegados? Pues tenemos el materialismo convenenciero que todo lo traduce en afanes de enriquecimiento ya sea lícita o ilícitamente. Siendo las más de las veces lo segundo.

Por eso es que resulta indispensable que nos propongamos todos a generar conciencia cívica, ética y moral en todos los segmentos de nuestra población; empecemos en los hogares, después en las escuelas y en cada espacio a donde concurran núcleos sociales. Debe ser este, un tema recurrente en toda reunión de toda clase de agrupaciones.

En los partidos políticos, con mucha mayor razón. Debe ser para ellos una prioridad principalisima. Porque los ciudadanos estamos hartos de la política partidista que se practica hoy en día, por estar carente de civilidad política, de respeto y de ética.

Para estos tiempos electorales que estamos viviendo es una magnífica oportunidad para evaluar tanto a organizaciones políticas como a sus actores políticos sobre esas responsabilidades cívicas que todos debemos de asumir. Porque todos somos corresponsables de nuestro avance democrático.

¿Qué les parece?