El chantaje y la impunidad es el binomio que integra la forma de actuación de los maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), lo digo porque desde el 14 de enero pasado, lo han demostrado al obstruir las vías del tren en el estado de Michoacán.
Esa obstrucción se origina por las demandas económicas que no les han sido otorgadas por el Gobierno federal y estatal. Unos y otros se culpan y, nadie asume su responsabilidad, al contrario, es lo que ha hecho crecer el conflicto.
Los maestros aprovechan esta laguna que han formado el Gobierno federal y el Gobierno del estado de Michoacán. Es una disputa de asignación presupuestal y de ámbito de competencias. Ambos se deslindan y a la vez ambos han tomado la decisión de aportar lo que a cada quien corresponde pagar al magisterio.
No se sabe si los recursos ya llegaron a los maestros y, se puede suponer que no se han pagado en su totalidad, porque a pesar de que su cúpula acordó liberar las vías de tren, algunas de sus secciones no han honrado el acuerdo y continúan los bloqueos.
Ello denota división al interior de la CNTE por las elecciones que pronto tendrán que celebrar. También es claro que su lucha es por conservar las enormes prerrogativas económicas a las que se les acostumbró desde hace muchos años. Lo que menos les interesa es participar y formular una verdadera Reforma Educativa en beneficio de todos.
Otro efecto palpable de su comportamiento es que utilizan las mismas técnicas y estrategias que AMLO practicó cuando era oposición. La toma de pozos petroleros (delito federal), el cierre de Paseo de la Reforma y las constantes manifestaciones que comúnmente terminaban de forma violenta, es lo que el ahora Presidente enseñó a la oposición.
Ahora que AMLO es gobierno, se niega a ejercer el uso de la fuerza pública contra los maestros infractores de la ley y, no sólo eso, los consciente y apoya de manera velada pero evidente, como es su costumbre.
Es por eso que los maestros no tienen miedo y, por eso actúan de manera irresponsable, violan las leyes y a cambio sólo reciben tímidas recomendaciones para conducirse de la manera correcta, lo que ignora el Presidente es que lo correcto son satisfacer sus intereses gremiales y, nunca lograr la mejora educativa que tanto necesitamos.
Sólo así podemos entender la forma en que los maestros retan al gobierno y a sus instituciones, saben perfectamente que gozan de impunidad porque el Presidente tiene miedo de usar la fuerza pública para hacer lo que es correcto.
El Presidente olvida que la fuerza represora del Estado (en su lenguaje pseudo marxista) no tiene por qué usarse para matar o violentar a los agresores y transgresores de la ley, sino al contrario, para hacer respetarla.
Para AMLO más vale asumir las enormes pérdidas económicas que causan los bloqueos que imponer la ley y, si así va a gobernar, la mal llamada Cuarta Transformación, llevará al país al caos económico, político y social, la pregunta es ¿cuánta paciencia tendremos para actuar y evitar que ocurra un desastre?
