/ viernes 1 de abril de 2022

Taza de Soles | Lolita, niña de Aguascalientes, poeta universal 

Algún día, cuando se escriba la historia de la literatura de Aguascalientes, ésta tendrá un capítulo central dedicado a la figura y la obra de Dolores Castro Varela. Hoy, 31 de marzo de 2022, abro el ejemplar editado por la UAA que contiene su obra reunida hasta 2009.Releo con emoción la dedicatoria manuscrita “Para Martha Lilia (hermosa sonrisa), un recuerdo de Dolores Castro, con mucha simpatía”. Aguascalientes, 4 de noviembre de 2009. Su letra tiene rasgos particularmente enérgicos, y sus palabras -como usualmente ocurría con ella- la revelan de cuerpo entero. De seguro, la poeta volteó a verme antes de escribir, seguramente hizo contacto con mi más íntimo ser. Aun ahora lo siento. En la página siguiente hay un breve texto donde Lolita hace constar sus agradecimientos por la edición del libro y donde esboza esta breve biografía: “Nací en la ciudad de Aguascalientes el 12 de abril de 1923, en la segunda calle de Primo Verdad, número 26. Mi papá estaba comisionado en otro estado de la República, y hace poco encontré la carta-sorpresa en donde mi mamá le comunicaba que yo había nacido. Mi mamá agregaba en la carta: '…tu nueva hija es muy morenita, pero tiene los ojos muy vivos'. Mis ojos se abrieron a la luz de Aguascalientes por primera vez, y desde entonces no han dejado de abrirse para saber un poco más sobre las preguntas fundamentales que todos nos formulamos: quiénes somos, qué hacemos aquí y adónde vamos. Yo no la he resuelto aún, pero he atesorado en mi memoria lo que vi, lo que reconocí y amé, y amo”. Su brevísima nota biográfica, se completa con un parrafito de agradecimiento: “Aguascalientes, su Universidad, el agua buena, la gente buena que habita en Aguascalientes, me han dado las alegrías más intensas en estos últimos años de mi vida”.

Breve esbozo biográfico dónde ella se sitúa en una especialidad y una temporalidad concretas, pero lo suficientemente amplío como para reconocerse en el destino del ser humano de todos los tiempos y lugares. Siendo originaria de Aguascalientes, es también una poeta universal, porque indaga en las cuestiones que nos atañen a todos. He ahí su grandeza, que lo mismo la lleva a escribir poemas al padre, al abuelo y al huizache, que a su corazón transfigurado. Les comparto algunos de sus poemas: “Padre y abuelo”// Mariposa sin alas/ o con alas del tamaño del cielo/ amigo y enemigo de los días/ abuelo/ padre viento:/ déjame acariciar tu madriguera/ con el envés del alma/ déjame en el olvido de la tierra/ méceme, en cambio / elévame/ en el sueño/ cuando me lanzo a volar// .

“El huizache” Nada sabe decir/pero le llega un golpe de frescura/ y en un gozo aromado/ hasta las ramas/ sube su flor,/ dorada como el sol que le quema./ Erizado de espinas se levanta/en la mitad del llano.//Su fronda//es una copa/de polvo./ /Cuando la roza el aire/es una tórtola/triste de sed.//Ay, pero en el verano/el huizache recibe/la humedad de la tierra//Su débil tronco olvida,/reverdece las hojas/ablanda las espinas./ Ay, pero en el verano/en una sola flor/amarilla, pequeña,/ canta toda la tierra.

En este último poema podemos ver la representación de nuestra pequeña tierra alejada del mar, y su aire marítimo y refrescante. Somos habitantes del centro, esos que poco sabemos decir, sobre todo las mujeres, acostumbradas a siglos de silencio. Ay, pero llegará un verano, poético y lleno de humedades nostálgicas. Y entonces, las mujeres y todas las voces olvidadas comenzamos a hablar. Y tomamos como ejemplo a una mujer que vivió casi cien años, que fue esposa, madre, abuela, maestra y sobre todo, poeta. Es decir, creadora de piezas verbales verdaderas, en su honda ficción. Entonces, comenzaremos por leerte a conciencia, Lolita, niña de Aguascalientes, que luego viviste algunos años en Zacatecas y de esa estancia tomaste la inspiración para escribir tu poética novela “La ciudad y el viento”. Estamos convocados (as) a leer todos tus libros de poesía: El corazón transfigurado (1949), Siete poemas (1952), La tierra está sonando (1959), Cantares de vela (1960), Soles (1977), Qué es lo vivido (1980), Las palabras (1990), Poemas inéditos (1990), Tornasol (1997), Fugitivo paisaje (1998), Íntimos huéspedes (2004). Tu novela La ciudad y el viento, publicada en 1962 y tus Ensayos, que en esta edición suman treinta. Por estos ensayos nos percatamos de algunos de tus poetas preferidos: José María Espinasa, autor del Prólogo a esta edición, identifica los ecos de la poesía de Juan Ramón Jiménez y tu cercanía con escritores como Efrén Hernández. Algún día, hay que estudiar todo este legado, porque en toda tu poesía hay un intenso llamado a dialogar: “Habla, háblame/ soy sólo una ensordecida criatura/ en medio de ensordecedora /multitud/ y estoy a tu merced/. Háblame, háblame”. “Amnésica”, del libro Íntimos huéspedes, 2004.

Algún día, cuando se escriba la historia de la literatura de Aguascalientes, ésta tendrá un capítulo central dedicado a la figura y la obra de Dolores Castro Varela. Hoy, 31 de marzo de 2022, abro el ejemplar editado por la UAA que contiene su obra reunida hasta 2009.Releo con emoción la dedicatoria manuscrita “Para Martha Lilia (hermosa sonrisa), un recuerdo de Dolores Castro, con mucha simpatía”. Aguascalientes, 4 de noviembre de 2009. Su letra tiene rasgos particularmente enérgicos, y sus palabras -como usualmente ocurría con ella- la revelan de cuerpo entero. De seguro, la poeta volteó a verme antes de escribir, seguramente hizo contacto con mi más íntimo ser. Aun ahora lo siento. En la página siguiente hay un breve texto donde Lolita hace constar sus agradecimientos por la edición del libro y donde esboza esta breve biografía: “Nací en la ciudad de Aguascalientes el 12 de abril de 1923, en la segunda calle de Primo Verdad, número 26. Mi papá estaba comisionado en otro estado de la República, y hace poco encontré la carta-sorpresa en donde mi mamá le comunicaba que yo había nacido. Mi mamá agregaba en la carta: '…tu nueva hija es muy morenita, pero tiene los ojos muy vivos'. Mis ojos se abrieron a la luz de Aguascalientes por primera vez, y desde entonces no han dejado de abrirse para saber un poco más sobre las preguntas fundamentales que todos nos formulamos: quiénes somos, qué hacemos aquí y adónde vamos. Yo no la he resuelto aún, pero he atesorado en mi memoria lo que vi, lo que reconocí y amé, y amo”. Su brevísima nota biográfica, se completa con un parrafito de agradecimiento: “Aguascalientes, su Universidad, el agua buena, la gente buena que habita en Aguascalientes, me han dado las alegrías más intensas en estos últimos años de mi vida”.

Breve esbozo biográfico dónde ella se sitúa en una especialidad y una temporalidad concretas, pero lo suficientemente amplío como para reconocerse en el destino del ser humano de todos los tiempos y lugares. Siendo originaria de Aguascalientes, es también una poeta universal, porque indaga en las cuestiones que nos atañen a todos. He ahí su grandeza, que lo mismo la lleva a escribir poemas al padre, al abuelo y al huizache, que a su corazón transfigurado. Les comparto algunos de sus poemas: “Padre y abuelo”// Mariposa sin alas/ o con alas del tamaño del cielo/ amigo y enemigo de los días/ abuelo/ padre viento:/ déjame acariciar tu madriguera/ con el envés del alma/ déjame en el olvido de la tierra/ méceme, en cambio / elévame/ en el sueño/ cuando me lanzo a volar// .

“El huizache” Nada sabe decir/pero le llega un golpe de frescura/ y en un gozo aromado/ hasta las ramas/ sube su flor,/ dorada como el sol que le quema./ Erizado de espinas se levanta/en la mitad del llano.//Su fronda//es una copa/de polvo./ /Cuando la roza el aire/es una tórtola/triste de sed.//Ay, pero en el verano/el huizache recibe/la humedad de la tierra//Su débil tronco olvida,/reverdece las hojas/ablanda las espinas./ Ay, pero en el verano/en una sola flor/amarilla, pequeña,/ canta toda la tierra.

En este último poema podemos ver la representación de nuestra pequeña tierra alejada del mar, y su aire marítimo y refrescante. Somos habitantes del centro, esos que poco sabemos decir, sobre todo las mujeres, acostumbradas a siglos de silencio. Ay, pero llegará un verano, poético y lleno de humedades nostálgicas. Y entonces, las mujeres y todas las voces olvidadas comenzamos a hablar. Y tomamos como ejemplo a una mujer que vivió casi cien años, que fue esposa, madre, abuela, maestra y sobre todo, poeta. Es decir, creadora de piezas verbales verdaderas, en su honda ficción. Entonces, comenzaremos por leerte a conciencia, Lolita, niña de Aguascalientes, que luego viviste algunos años en Zacatecas y de esa estancia tomaste la inspiración para escribir tu poética novela “La ciudad y el viento”. Estamos convocados (as) a leer todos tus libros de poesía: El corazón transfigurado (1949), Siete poemas (1952), La tierra está sonando (1959), Cantares de vela (1960), Soles (1977), Qué es lo vivido (1980), Las palabras (1990), Poemas inéditos (1990), Tornasol (1997), Fugitivo paisaje (1998), Íntimos huéspedes (2004). Tu novela La ciudad y el viento, publicada en 1962 y tus Ensayos, que en esta edición suman treinta. Por estos ensayos nos percatamos de algunos de tus poetas preferidos: José María Espinasa, autor del Prólogo a esta edición, identifica los ecos de la poesía de Juan Ramón Jiménez y tu cercanía con escritores como Efrén Hernández. Algún día, hay que estudiar todo este legado, porque en toda tu poesía hay un intenso llamado a dialogar: “Habla, háblame/ soy sólo una ensordecida criatura/ en medio de ensordecedora /multitud/ y estoy a tu merced/. Háblame, háblame”. “Amnésica”, del libro Íntimos huéspedes, 2004.