/ viernes 3 de septiembre de 2021

Solares de Letras | Licenciatura en Letras Hispánicas XXXV años

La licenciatura en Letras Hispánicas en la Universidad Autónoma de Aguascalientes se fundó en 1986, con la idea de ofrecer una necesaria preparación en el conocimiento y manejo de la Lengua y la Literatura a una comunidad interesada en el tema. Sus fundadores: Mtros Felipe San José, Jorge Ávila Storer, Abel Alemán Mora. Su primer Jefe de Departamento: Amador Gutiérrez Gallo. Después estarían los maestros invitados que venían de otras ciudades a impartir asignaturas: Agustín Cortés Gaviño, de la ciudad de León, Jorge Iñiguez, dominico, versado en Lingüística, materia que también impartió Kalman Verebelyi, maestro húngaro, quien se quedó algunos años en esta ciudad. De la primera generación egresó Alicia Giacinti Comte, de gran trayectoria como maestra y Jefa de Dpto. en el BACHUAA y como investigadora de autores locales.

Después de los años iniciales -en cierto modo difíciles, pero fructíferos- la carrera ha tenido años de consolidación y desarrollo. Cuando Jorge Ávila Storer fue Jefe de Dpto. se ofrecieron varios posgrados interesantes, como el Diplomado en Lingüística y la Maestría en Literatura Mexicana, en coordinación con el Instituto de Investigaciones de la UNAM, que solo se sostuvo para el egreso de dos generaciones, pero que asumió como resultado la formación de varios investigadores de la literatura local y regional, quienes han publicado sus investigaciones en varios libros, entre los que destacan “Horizontes literarios de Aguascalientes” y otros que se están presentado en estos momentos, como el dedicado a Antonio Acevedo Escobedo y el Índice de la revista “El Fandango” de Jesús F. López.

Años de Desarrollo. Correspondió a los periodos en que fueron jefes de Departamento María Guadalupe Montoya Soto, Ana Luisa Topete Ceballos, Ricardo Orozco Castellanos y actualmente Adriana Álvarez, el que la carrera lanzara a la Comunidad Universitaria la propuesta de los certámenes literarios: de poesía bajo el nombre de Desiderio Macías Silva, el de narrativa retomó a Elena Poniatowska, y el de Crítica Literaria honra el nombre de la investigadora aguascalentense Mtra. Elvira López Aparicio. Este esfuerzo ha rendido frutos en cuanto a estimular la producción creativa de los alumnos y la comunidad en general.

Revistas

Este año, los organizadores del XXXV aniversario tuvieron a bien realizar un recuento de las revistas que la comunidad de Letreros ha producido. Éstas comenzaron en 1998 con una publicación titulada “Solares de Letras”, que duró hasta 2004, a ésta le siguieron la revista “Migala” y el fanzine de título cervantino: “Rinconete de los trabajos reales de la hojitanilla ejemplar de los perros sin coloquio”, hasta llegar a “Pirocromo” y Marmórea, revistas que actualmente circulan entre los alumnos o se pueden consultar en la red, como esta última. Conclusión: las revistas son un foro importante para futuros escritores, pero sobre todo son un punto de encuentro entre escritores y lectores.

Campo de trabajo:

Varias generaciones de egresados dan cuenta de la eficaz preparación que recibieron en esta Licenciatura, donde si bien se les recalcó que la carrera no formaba escritores, por otra parte se les han impartido talleres de redacción, de metodología de la investigación literaria, de creación de textos y se les ha invitado a participar en diversos certámenes de creación y crítica. Carezco de datos precisos, pero “groso modo” puedo decir que la mayor parte de los egresados está trabajando como maestros, en distintos niveles de enseñanza. Simplemente en el BACHUAA trabajan no menos de quince licenciados en Letras. Varios de los egresados están laborando en el campo de trabajo editorial, algunos como correctores de estilo y otros se han aventurado a montar sus propias empresas, algunas más son editoras de revistas prestigiadas a nivel nacional como “Artes de México”. Hay LLH trabajando en el INEGI, mientras otros dirigen instituciones de cultura, hay personas dedicadas a la dramaturgia, y otros promoviendo talleres de escritura, desde el ámbito de la iniciativa personal.

Trabajo voluntario en favor de la comunidad. Mediadores de salas de lectura.

Muchos egresados están aportando sus conocimientos, empeño y creatividad en el noble trabajo de ser mediadores entre el libro y los lectores. Me propongo hacer una pequeña investigación para saber cuántos estamos ahí, pero desde ahora les digo que formamos una comunidad solidaria entre nosotros y con el medio. Éste es también un fruto de la carrera.

Por último, pero no menos importante: un pensamiento de gratitud para los que ya se fueron:

Kalman Verebelyi, el maestro húngaro que me enseñó las claves de la lengua; Agustín Cortés Gaviño, apasionado de la Literatura Hispanoamericana; Mónica Cravioto, amable compañera, egresada de las primeras generaciones y luego maestra de Fonética; el inolvidable Maestro Felipe San José, en cuyo recuerdo se mezclan mi admiración y discenso en algunos puntos de vista y Francisco Fernández Martínez, compañero de la Maestría y apreciado colega. Que la luz de sus vidas nos siga iluminando.

La licenciatura en Letras Hispánicas en la Universidad Autónoma de Aguascalientes se fundó en 1986, con la idea de ofrecer una necesaria preparación en el conocimiento y manejo de la Lengua y la Literatura a una comunidad interesada en el tema. Sus fundadores: Mtros Felipe San José, Jorge Ávila Storer, Abel Alemán Mora. Su primer Jefe de Departamento: Amador Gutiérrez Gallo. Después estarían los maestros invitados que venían de otras ciudades a impartir asignaturas: Agustín Cortés Gaviño, de la ciudad de León, Jorge Iñiguez, dominico, versado en Lingüística, materia que también impartió Kalman Verebelyi, maestro húngaro, quien se quedó algunos años en esta ciudad. De la primera generación egresó Alicia Giacinti Comte, de gran trayectoria como maestra y Jefa de Dpto. en el BACHUAA y como investigadora de autores locales.

Después de los años iniciales -en cierto modo difíciles, pero fructíferos- la carrera ha tenido años de consolidación y desarrollo. Cuando Jorge Ávila Storer fue Jefe de Dpto. se ofrecieron varios posgrados interesantes, como el Diplomado en Lingüística y la Maestría en Literatura Mexicana, en coordinación con el Instituto de Investigaciones de la UNAM, que solo se sostuvo para el egreso de dos generaciones, pero que asumió como resultado la formación de varios investigadores de la literatura local y regional, quienes han publicado sus investigaciones en varios libros, entre los que destacan “Horizontes literarios de Aguascalientes” y otros que se están presentado en estos momentos, como el dedicado a Antonio Acevedo Escobedo y el Índice de la revista “El Fandango” de Jesús F. López.

Años de Desarrollo. Correspondió a los periodos en que fueron jefes de Departamento María Guadalupe Montoya Soto, Ana Luisa Topete Ceballos, Ricardo Orozco Castellanos y actualmente Adriana Álvarez, el que la carrera lanzara a la Comunidad Universitaria la propuesta de los certámenes literarios: de poesía bajo el nombre de Desiderio Macías Silva, el de narrativa retomó a Elena Poniatowska, y el de Crítica Literaria honra el nombre de la investigadora aguascalentense Mtra. Elvira López Aparicio. Este esfuerzo ha rendido frutos en cuanto a estimular la producción creativa de los alumnos y la comunidad en general.

Revistas

Este año, los organizadores del XXXV aniversario tuvieron a bien realizar un recuento de las revistas que la comunidad de Letreros ha producido. Éstas comenzaron en 1998 con una publicación titulada “Solares de Letras”, que duró hasta 2004, a ésta le siguieron la revista “Migala” y el fanzine de título cervantino: “Rinconete de los trabajos reales de la hojitanilla ejemplar de los perros sin coloquio”, hasta llegar a “Pirocromo” y Marmórea, revistas que actualmente circulan entre los alumnos o se pueden consultar en la red, como esta última. Conclusión: las revistas son un foro importante para futuros escritores, pero sobre todo son un punto de encuentro entre escritores y lectores.

Campo de trabajo:

Varias generaciones de egresados dan cuenta de la eficaz preparación que recibieron en esta Licenciatura, donde si bien se les recalcó que la carrera no formaba escritores, por otra parte se les han impartido talleres de redacción, de metodología de la investigación literaria, de creación de textos y se les ha invitado a participar en diversos certámenes de creación y crítica. Carezco de datos precisos, pero “groso modo” puedo decir que la mayor parte de los egresados está trabajando como maestros, en distintos niveles de enseñanza. Simplemente en el BACHUAA trabajan no menos de quince licenciados en Letras. Varios de los egresados están laborando en el campo de trabajo editorial, algunos como correctores de estilo y otros se han aventurado a montar sus propias empresas, algunas más son editoras de revistas prestigiadas a nivel nacional como “Artes de México”. Hay LLH trabajando en el INEGI, mientras otros dirigen instituciones de cultura, hay personas dedicadas a la dramaturgia, y otros promoviendo talleres de escritura, desde el ámbito de la iniciativa personal.

Trabajo voluntario en favor de la comunidad. Mediadores de salas de lectura.

Muchos egresados están aportando sus conocimientos, empeño y creatividad en el noble trabajo de ser mediadores entre el libro y los lectores. Me propongo hacer una pequeña investigación para saber cuántos estamos ahí, pero desde ahora les digo que formamos una comunidad solidaria entre nosotros y con el medio. Éste es también un fruto de la carrera.

Por último, pero no menos importante: un pensamiento de gratitud para los que ya se fueron:

Kalman Verebelyi, el maestro húngaro que me enseñó las claves de la lengua; Agustín Cortés Gaviño, apasionado de la Literatura Hispanoamericana; Mónica Cravioto, amable compañera, egresada de las primeras generaciones y luego maestra de Fonética; el inolvidable Maestro Felipe San José, en cuyo recuerdo se mezclan mi admiración y discenso en algunos puntos de vista y Francisco Fernández Martínez, compañero de la Maestría y apreciado colega. Que la luz de sus vidas nos siga iluminando.