/ domingo 12 de mayo de 2019

¡Que vivan los maestros!

Finalmente, con una mayoría determinante, la “mal llamada” Reforma Educativa fue abrogada por la Cámara de Diputados federal, lográndose lo que el pueblo ha anhelado y lo que el magisterio nacional ha demandado.

Se acabó con las EVALUACIONES PUNITIVAS que tanto dañaron a los maestros de todo el país, aunque sí habrá evaluaciones continuas que sirvan para encontrar fallas en los planes y programas y que den claridad en dónde hay que enfocar las baterías para lograr avances en cuanto a la preparación continua del magisterio nacional.

Pero las terquedades de los enemigos del magisterio en las personas de senadores que nada tienen que ver o saber en cuanto a la educación pública, porque tienen a sus hijos estudiando en colegios caros, se volvieron a hacer sentir y se opusieron a aprobar la Reforma Educativa que propone el Ejecutivo federal, la que toma en cuenta todas las propuestas que el pueblo y el magisterio están pidiendo. Pero sé que podrá más la insistencia popular que las terquedades.

Y ya no habrá más evaluaciones que provoquen el cese laboral del magisterio ni le estresen tanto a los maestros, ya que hubo hasta fallecimientos generados por la nerviosidad a la que se les sometía, ni tampoco generarán “motivos” para mover a los maestros de su lugar de trabajo, “por necesidad del servicio”, y ya no habrá profesionistas fracasos (porque en su profesión no han podido) que ingresan como maestros, dejando sin espacios laborables a quienes terminaron estudios en alguna de las escuela normales (formadoras de docentes) que existen a lo largo y ancho de la patria.

Se acabará finalmente con la permanente campaña de desprestigio al magisterio nacional, acusado por los medios de comunicación (periódicos, televisoras, revistas, etc.) de ser el causante de la “mala calidad educativa” que sufre el país. Pero ¿cómo puede un maestro obtener resultados óptimos cuando tiene que atender a 40 o más alumnos?, cuando la escuela no cuenta con los servicios de sanitario, agua potable, espacio para música, teatro, comedor, patios adecuados para desarrollar deportes, etc., o cuando los libros de texto gratuitos no alcanzan a llegar a la serranía, o cuando los caminos para llegar a la escuela en ocasiones son de más de ocho kilómetros entre cerros verdes y lo azul del cielo, sin carreteras o sin medios de transporte.

Exigir es muy bueno, pero primero se deberá dotar con todos los elementos y anexos que se requieren para que los alumnos alcancen niveles de excelencia. Maestros dando clases sin ningún edificio escolar, sin pizarrones, sin bancas para que los alumnos se sienten, sin otra cosa que la imaginación del docente (que ya es mucho), y sin el crédito natural que los docentes merecen por su trabajo realizado. Si queremos resultados de calidad, proveamos a las escuelas y a los docentes y alumnos, con los insumos necesarios para

¡Que viva México!

Finalmente, con una mayoría determinante, la “mal llamada” Reforma Educativa fue abrogada por la Cámara de Diputados federal, lográndose lo que el pueblo ha anhelado y lo que el magisterio nacional ha demandado.

Se acabó con las EVALUACIONES PUNITIVAS que tanto dañaron a los maestros de todo el país, aunque sí habrá evaluaciones continuas que sirvan para encontrar fallas en los planes y programas y que den claridad en dónde hay que enfocar las baterías para lograr avances en cuanto a la preparación continua del magisterio nacional.

Pero las terquedades de los enemigos del magisterio en las personas de senadores que nada tienen que ver o saber en cuanto a la educación pública, porque tienen a sus hijos estudiando en colegios caros, se volvieron a hacer sentir y se opusieron a aprobar la Reforma Educativa que propone el Ejecutivo federal, la que toma en cuenta todas las propuestas que el pueblo y el magisterio están pidiendo. Pero sé que podrá más la insistencia popular que las terquedades.

Y ya no habrá más evaluaciones que provoquen el cese laboral del magisterio ni le estresen tanto a los maestros, ya que hubo hasta fallecimientos generados por la nerviosidad a la que se les sometía, ni tampoco generarán “motivos” para mover a los maestros de su lugar de trabajo, “por necesidad del servicio”, y ya no habrá profesionistas fracasos (porque en su profesión no han podido) que ingresan como maestros, dejando sin espacios laborables a quienes terminaron estudios en alguna de las escuela normales (formadoras de docentes) que existen a lo largo y ancho de la patria.

Se acabará finalmente con la permanente campaña de desprestigio al magisterio nacional, acusado por los medios de comunicación (periódicos, televisoras, revistas, etc.) de ser el causante de la “mala calidad educativa” que sufre el país. Pero ¿cómo puede un maestro obtener resultados óptimos cuando tiene que atender a 40 o más alumnos?, cuando la escuela no cuenta con los servicios de sanitario, agua potable, espacio para música, teatro, comedor, patios adecuados para desarrollar deportes, etc., o cuando los libros de texto gratuitos no alcanzan a llegar a la serranía, o cuando los caminos para llegar a la escuela en ocasiones son de más de ocho kilómetros entre cerros verdes y lo azul del cielo, sin carreteras o sin medios de transporte.

Exigir es muy bueno, pero primero se deberá dotar con todos los elementos y anexos que se requieren para que los alumnos alcancen niveles de excelencia. Maestros dando clases sin ningún edificio escolar, sin pizarrones, sin bancas para que los alumnos se sienten, sin otra cosa que la imaginación del docente (que ya es mucho), y sin el crédito natural que los docentes merecen por su trabajo realizado. Si queremos resultados de calidad, proveamos a las escuelas y a los docentes y alumnos, con los insumos necesarios para

¡Que viva México!

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