/ lunes 18 de julio de 2022

Privación ilegal de la libertad y lo que resulte

7 de marzo de 1985. Dice el expediente que en el paraje denominado “La Angostura”, perteneciente al municipio de Vista Hermosa, Michoacán, habían sido localizados dos cadáveres en avanzado estado de descomposición, que serían trasladados de Zamora, Michoacán, donde ya se encontraban, a la ciudad de Guadalajara, Jalisco. Que se pensó que uno de estos cadáveres podría ser el de Enrique Camarena, ciudadano norteamericano que estaba adscrito al Consulado Norteamericano en esta ciudad de Guadalajara, en el grupo del Departamento de Administración de Control contra las Drogas, y el cual había desaparecido desde el pasado día siete de febrero de 1985.

Por ese motivo se trasladó a esta ciudad el compareciente y el día de ayer, tuvo a la vista en el anfiteatro del servicio médico forense anexo al Hospital Civil de esta ciudad el cuerpo de un cadáver en descomposición en estado avanzado y el cual se identificó en este expediente inicialmente con el número dos, individuo del sexo masculino y que el día de hoy se logró hacer la identificación de este cuerpo por los peritos de la Procuraduría General de la República, mediante el sistema de confrontación odontológica, con la ficha odontológica que proporcionó el doctor cirujano dentista Luis Rodolfo Gallo Ortega, quien atendía al señor de sus problemas dentales, no quedando ninguna duda de que este cadáver es del que en vida llevó el nombre de Enrique S. Camarena, quien fue originario de Mexicali, Baja California, México, quien nació el 26 de julio de 1947. Era casado, ciudadano norteamericano por naturalización. Empleado federal de los Estados Unidos de América.

En este acto se solicita a esta autoridad se autorice que el cadáver de Enrique Camarena sea entregado al compareciente para efectos de trasladarlo a San Diego, California, Estados Unidos de América, donde será sepultado después de que su cuerpo será cremado. Solicitando que para el efecto se le proporcione la documentación necesaria, que es todo lo que tiene que declarar, lo que previa lectura y ratificación, que de esta acta hace, la forma al margen y al calce para debida constancia, damos fe.

Otro documento cuenta que un hombre halló dos cadáveres en la carretera Zamora-Briseñas. Andaba en bicicleta y al intentar pasar por una cerca de alambres sintió un mal olor, dirigiéndose a buscar qué era, y entre el matorral al descubierto se percató de unos bultos de papel plástico blanco como si fuera basura, y al aproximarse como a dos metros, se fijó que se trataba de un cadáver desfigurado tapado con papel y una bolsa. Había otro bulto en otra bolsa blanca. Halló dos cuerpos y de inmediato, declaró, fue a avisarle al Encargado del Orden del pueblo.

Ese fue tal vez el último capítulo de la historia de Kiki Camarena en México, pero con la recaptura de Caro Quintero se abren los archivos nuevamente y probablemente muchos secretos dejen de serlo. El asesinato, al menos en Estados Unidos, nunca se sepultó.

7 de marzo de 1985. Dice el expediente que en el paraje denominado “La Angostura”, perteneciente al municipio de Vista Hermosa, Michoacán, habían sido localizados dos cadáveres en avanzado estado de descomposición, que serían trasladados de Zamora, Michoacán, donde ya se encontraban, a la ciudad de Guadalajara, Jalisco. Que se pensó que uno de estos cadáveres podría ser el de Enrique Camarena, ciudadano norteamericano que estaba adscrito al Consulado Norteamericano en esta ciudad de Guadalajara, en el grupo del Departamento de Administración de Control contra las Drogas, y el cual había desaparecido desde el pasado día siete de febrero de 1985.

Por ese motivo se trasladó a esta ciudad el compareciente y el día de ayer, tuvo a la vista en el anfiteatro del servicio médico forense anexo al Hospital Civil de esta ciudad el cuerpo de un cadáver en descomposición en estado avanzado y el cual se identificó en este expediente inicialmente con el número dos, individuo del sexo masculino y que el día de hoy se logró hacer la identificación de este cuerpo por los peritos de la Procuraduría General de la República, mediante el sistema de confrontación odontológica, con la ficha odontológica que proporcionó el doctor cirujano dentista Luis Rodolfo Gallo Ortega, quien atendía al señor de sus problemas dentales, no quedando ninguna duda de que este cadáver es del que en vida llevó el nombre de Enrique S. Camarena, quien fue originario de Mexicali, Baja California, México, quien nació el 26 de julio de 1947. Era casado, ciudadano norteamericano por naturalización. Empleado federal de los Estados Unidos de América.

En este acto se solicita a esta autoridad se autorice que el cadáver de Enrique Camarena sea entregado al compareciente para efectos de trasladarlo a San Diego, California, Estados Unidos de América, donde será sepultado después de que su cuerpo será cremado. Solicitando que para el efecto se le proporcione la documentación necesaria, que es todo lo que tiene que declarar, lo que previa lectura y ratificación, que de esta acta hace, la forma al margen y al calce para debida constancia, damos fe.

Otro documento cuenta que un hombre halló dos cadáveres en la carretera Zamora-Briseñas. Andaba en bicicleta y al intentar pasar por una cerca de alambres sintió un mal olor, dirigiéndose a buscar qué era, y entre el matorral al descubierto se percató de unos bultos de papel plástico blanco como si fuera basura, y al aproximarse como a dos metros, se fijó que se trataba de un cadáver desfigurado tapado con papel y una bolsa. Había otro bulto en otra bolsa blanca. Halló dos cuerpos y de inmediato, declaró, fue a avisarle al Encargado del Orden del pueblo.

Ese fue tal vez el último capítulo de la historia de Kiki Camarena en México, pero con la recaptura de Caro Quintero se abren los archivos nuevamente y probablemente muchos secretos dejen de serlo. El asesinato, al menos en Estados Unidos, nunca se sepultó.