/ sábado 4 de agosto de 2018

Preocupante que se propicien conductas anarquistas

No acaba de sorprendernos por preocupantes las medidas que se vienen anunciando por parte del señor López Obrador, su equipo de transición y de los mismos presuntos titulares de Secretarías de Direcciones de la próxima administración federal.

Ahora el turno fue para la Comisión Federal de Electricidad, CFE, uno de los principales pilares del sector energético; primero por el polemizado anuncio del nombramiento de su virtual director, el señor Manuel Bartlett Diaz, y después por la confirmación de que sí habrá borrón y cuenta nueva para quienes le deben una millonada a la CFE.

Dicha medida anunciada hace apenas unos cuantos días generó una serie de reacciones de muchos mexicanos, individual y colectivamente, que la consideran totalmente injusta, inoportuna y descabelladamente populista, y que afectará gravemente las finanzas de dicha paraestatal.

Pero lo más grave todavía, desde nuestra perspectiva, es lo que implica esta medida. Pues, por un lado, se está validando las actitudes anarquistas de amplios núcleos sociales que han confundido convenencieramente a las luchas sociales con el desprecio absoluto a las reglas establecidas.

Porque eso es violentar el Estado de derecho al que estamos todos obligados a respetar y a defender. Pero más aún, por quienes tienen responsabilidades de liderazgo social, como es el caso del señor López Obrador.

Pues fue él quien, en 1995, tras perder las elecciones en su natal Tabasco, donde quiso ser gobernador, e inconforme con los resultados, como siempre cuando le fueron adversos, incitó a sus seguidores a una mal llamada Resistencia Civil, y les aconsejó, entre otras medidas de presión, que no pagaran el consumo de energía eléctrica.

Y por esa tibieza, que también hemos criticado cuando lo hemos padecido, los gobiernos estatales y federales de entonces y de ahora toleraron esa situación anárquica en grave perjuicio de esa empresa que se jacta de ser de clase mundial, pero que sufre de enormes fugas y robos.

Pero ahora, en aras de un populismo rampante, se estará oficializando esa otra forma de saqueo para esta empresa, con el pretendido borrón y cuenta nueva. Esta decisión unipersonal afectará más a una empresa que se supone es de todos los mexicanos.

Esto es lo verdaderamente grave. Porque además de los efectos nocivos para las finanzas de esta empresa estratégica del Estado mexicano; el hecho sienta un precedente que nos debería preocupar a todos. Pues pudiéramos estar corriendo el riesgo de que la anarquía adquiera aquí con nosotros, cartas de naturalización.

¿Qué les parece?.

No acaba de sorprendernos por preocupantes las medidas que se vienen anunciando por parte del señor López Obrador, su equipo de transición y de los mismos presuntos titulares de Secretarías de Direcciones de la próxima administración federal.

Ahora el turno fue para la Comisión Federal de Electricidad, CFE, uno de los principales pilares del sector energético; primero por el polemizado anuncio del nombramiento de su virtual director, el señor Manuel Bartlett Diaz, y después por la confirmación de que sí habrá borrón y cuenta nueva para quienes le deben una millonada a la CFE.

Dicha medida anunciada hace apenas unos cuantos días generó una serie de reacciones de muchos mexicanos, individual y colectivamente, que la consideran totalmente injusta, inoportuna y descabelladamente populista, y que afectará gravemente las finanzas de dicha paraestatal.

Pero lo más grave todavía, desde nuestra perspectiva, es lo que implica esta medida. Pues, por un lado, se está validando las actitudes anarquistas de amplios núcleos sociales que han confundido convenencieramente a las luchas sociales con el desprecio absoluto a las reglas establecidas.

Porque eso es violentar el Estado de derecho al que estamos todos obligados a respetar y a defender. Pero más aún, por quienes tienen responsabilidades de liderazgo social, como es el caso del señor López Obrador.

Pues fue él quien, en 1995, tras perder las elecciones en su natal Tabasco, donde quiso ser gobernador, e inconforme con los resultados, como siempre cuando le fueron adversos, incitó a sus seguidores a una mal llamada Resistencia Civil, y les aconsejó, entre otras medidas de presión, que no pagaran el consumo de energía eléctrica.

Y por esa tibieza, que también hemos criticado cuando lo hemos padecido, los gobiernos estatales y federales de entonces y de ahora toleraron esa situación anárquica en grave perjuicio de esa empresa que se jacta de ser de clase mundial, pero que sufre de enormes fugas y robos.

Pero ahora, en aras de un populismo rampante, se estará oficializando esa otra forma de saqueo para esta empresa, con el pretendido borrón y cuenta nueva. Esta decisión unipersonal afectará más a una empresa que se supone es de todos los mexicanos.

Esto es lo verdaderamente grave. Porque además de los efectos nocivos para las finanzas de esta empresa estratégica del Estado mexicano; el hecho sienta un precedente que nos debería preocupar a todos. Pues pudiéramos estar corriendo el riesgo de que la anarquía adquiera aquí con nosotros, cartas de naturalización.

¿Qué les parece?.