/ lunes 18 de octubre de 2021

Mujeres de Avanzada

A un año de haber atestiguado la toma de protesta de la Asociación Civil Mujeres de Avanzada, he tenido la oportunidad de reencontrarme con sus integrantes y de conocer información precisa sobre los retos y desafíos que estamos enfrentando como género.

Hoy en día, el 51% de los habitantes de Aguascalientes somos mujeres; 1 de cada 3 hogares de nuestro estado es encabezado por una mujer. Además, el 42% de la población económicamente ocupada es femenina, y el 51.5% de las personas con escolaridad mayor a la básica son mujeres.

Pero independientemente del rol que estemos desempeñando, como estudiantes, amas de casa, profesionistas, trabajadoras o empresarias, tenemos un papel muy importante en la sociedad y estamos viviendo un momento crucial en la defensa de nuestros derechos; muchos de los temas que nos preocupan en materia de salud, de seguridad, de empleo y equidad de género, están sobre la mesa.

Hemos avanzado, pero aún hay grandes desafíos que debemos enfrentar para abatir la desigualdad de género: por ejemplo, de acuerdo al CONEVAL, el 27% de las mujeres del estado se encuentran en situación de pobreza y de los poco más de 336 mil empleos formales registrados por el IMSS al mes de agosto, sólo el 38% corresponde a mujeres.

En contraparte, el mayor número de los empleos informales son femeninos ya que por cada 100 hombres ocupados en un empleo informal, hay 110 mujeres en la informalidad en nuestro estado. En ese mismo sentido se encuentra la disparidad en cuanto al nivel de los puestos de trabajo, puesto que, de acuerdo al último Censo de Población, solamente el 40% de los puestos de funcionarios, directores y jefes son ocupados por mujeres.

A este panorama de inequidad, hay que agregar que la violencia de género sigue prevaleciendo en nuestro estado. De acuerdo al INEGI, el 73% de las aguascalentenses han sufrido al menos un incidente de violencia a lo largo de su vida. De hecho, durante el periodo enero-agosto de este año, nuestro estado se ubicó como la tercera entidad con mayor número de llamadas de emergencia por violencia de pareja, sólo por debajo de Baja California y Quintana Roo.

Si analizamos las cifras y la historia nos damos cuenta de que tuvieron que pasar 67 años entre la primera vez que las mujeres pudimos votar en México hasta ahora, cuando por primera vez tenemos legislaturas paritarias y siete gobernadoras simultáneamente en funciones. Es claro que el siglo XXI es el siglo de nosotras las mujeres, y Aguascalientes no puede quedarse atrás.

Por eso, durante los próximos años, debemos construir los cimientos de una nueva economía con rostro humano y de mujer; orientada al futuro y más justa para todas y todos, en la que el trabajo de las mujeres sea retribuido equitativamente.

Debemos también impulsar una nueva forma de gobernar, en la que el Estado tenga un papel más activo ofreciendo más y mejores prestaciones para las mujeres, como las estancias infantiles, el acceso a créditos para emprendimiento, y el desarrollo de capacidades para emplearse productivamente. De la mano de asociaciones como “Mujeres de Avanzada”, debemos asegurar que el gobierno actúe eficazmente para hacer cumplir la legislación que combate la violencia de género. Estoy convencida de que equidad entre hombres y mujeres es un fin en sí mismo y una condición para alcanzar un Aguascalientes más justo y próspero.

A un año de haber atestiguado la toma de protesta de la Asociación Civil Mujeres de Avanzada, he tenido la oportunidad de reencontrarme con sus integrantes y de conocer información precisa sobre los retos y desafíos que estamos enfrentando como género.

Hoy en día, el 51% de los habitantes de Aguascalientes somos mujeres; 1 de cada 3 hogares de nuestro estado es encabezado por una mujer. Además, el 42% de la población económicamente ocupada es femenina, y el 51.5% de las personas con escolaridad mayor a la básica son mujeres.

Pero independientemente del rol que estemos desempeñando, como estudiantes, amas de casa, profesionistas, trabajadoras o empresarias, tenemos un papel muy importante en la sociedad y estamos viviendo un momento crucial en la defensa de nuestros derechos; muchos de los temas que nos preocupan en materia de salud, de seguridad, de empleo y equidad de género, están sobre la mesa.

Hemos avanzado, pero aún hay grandes desafíos que debemos enfrentar para abatir la desigualdad de género: por ejemplo, de acuerdo al CONEVAL, el 27% de las mujeres del estado se encuentran en situación de pobreza y de los poco más de 336 mil empleos formales registrados por el IMSS al mes de agosto, sólo el 38% corresponde a mujeres.

En contraparte, el mayor número de los empleos informales son femeninos ya que por cada 100 hombres ocupados en un empleo informal, hay 110 mujeres en la informalidad en nuestro estado. En ese mismo sentido se encuentra la disparidad en cuanto al nivel de los puestos de trabajo, puesto que, de acuerdo al último Censo de Población, solamente el 40% de los puestos de funcionarios, directores y jefes son ocupados por mujeres.

A este panorama de inequidad, hay que agregar que la violencia de género sigue prevaleciendo en nuestro estado. De acuerdo al INEGI, el 73% de las aguascalentenses han sufrido al menos un incidente de violencia a lo largo de su vida. De hecho, durante el periodo enero-agosto de este año, nuestro estado se ubicó como la tercera entidad con mayor número de llamadas de emergencia por violencia de pareja, sólo por debajo de Baja California y Quintana Roo.

Si analizamos las cifras y la historia nos damos cuenta de que tuvieron que pasar 67 años entre la primera vez que las mujeres pudimos votar en México hasta ahora, cuando por primera vez tenemos legislaturas paritarias y siete gobernadoras simultáneamente en funciones. Es claro que el siglo XXI es el siglo de nosotras las mujeres, y Aguascalientes no puede quedarse atrás.

Por eso, durante los próximos años, debemos construir los cimientos de una nueva economía con rostro humano y de mujer; orientada al futuro y más justa para todas y todos, en la que el trabajo de las mujeres sea retribuido equitativamente.

Debemos también impulsar una nueva forma de gobernar, en la que el Estado tenga un papel más activo ofreciendo más y mejores prestaciones para las mujeres, como las estancias infantiles, el acceso a créditos para emprendimiento, y el desarrollo de capacidades para emplearse productivamente. De la mano de asociaciones como “Mujeres de Avanzada”, debemos asegurar que el gobierno actúe eficazmente para hacer cumplir la legislación que combate la violencia de género. Estoy convencida de que equidad entre hombres y mujeres es un fin en sí mismo y una condición para alcanzar un Aguascalientes más justo y próspero.

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