Al mes de septiembre se le ha denominado el mes patrio, porque festejamos el aniversario de nuestra independencia y con ello recordamos a los héroes que lucharon para que hoy gocemos de una nación libre.
En este mes las calles se pintan de verde, blanco y rojo, los colores de nuestra enseña patria, es común ver en los comercios, las oficinas públicas o en los mismos hogares la bandera de México, incluso en automóviles privados, en taxis o autobuses, nuestro lábaro patrio se lleva con orgullo.
Septiembre es un mes que nos da oportunidad de apreciar el folklor por todos lados, para muchas personas este mes les inspira a vestir con ropa artesanal hecha por manos mexicanas, tejida, bordada o deshilada, de colores intensos y vivos.
Para otras será ocasión para organizar fiestas temáticas con amigos o familiares, y se podrá como condición el que todos y todas asistan con ropa alusiva a este mes, trajes de charro, vestidos de Adelita, sombreros mexicanos, faldas bordadas con vuelo, blusas de holanes o trajes típicos de cualquiera de las entidades de la República Mexicana, trenzas, bigotes postizos, etcétera.
Es agradable el ambiente festivo, de algarabía que se percibe el día que se conmemora un aniversario más de nuestra independencia; los gritos de “Viva México”, el tequila, los antojitos mexicanos, en fin, son muchas las formas de expresión cultural que nos representan como mexicanos y que delatan nuestro orgullo de serlo.
El México que hoy tenemos, fruto de las luchas de nuestros antecesores, necesita del compromiso de todas y todos los mexicanos, más allá de un mes o de un día de festejos, el país requiere acciones concretas que sean de todos los días, como respeto a la dignidad del ser humano, tolerancia y solidaridad hacia nuestros semejantes; necesita que respetemos su diversidad natural y cultural, que dejemos de afectar a la madre naturaleza con nuestros hábitos de consumo; requiere de respeto a las ideas, a las libertades.
México también requiere del compromiso del Estado por proteger y garantizar nuestros derechos individuales y sociales; que el poder político tenga como prioridad garantizar la paz y la justicia, mejores condiciones de vida para todas y todos, no sólo favorecer a unos cuantos.
Nuestro país está necesitado de personas dispuestas a seguir luchando por las condiciones necesarias para que podamos desarrollar de manera libre nuestra personalidad, sin ser discriminados por una condición de edad, de sexo, género, religión o discapacidad.
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