/ martes 6 de agosto de 2019

MEMORIA: HECHOS Y PRESENCIA | ¿Verde por fuera, rojo por dentro, con semillas de sandía?¡Elemental!, afirmó el maestro López Velarde

Otoño de 1954: tengo el privilegio de iniciar estudios en el ICA (Instituto de Ciencias Autónomo), conocido como “La Prepa”, donde coincido con muchos adolescentes de diferentes niveles y formación. La mayoría son mayores que yo e inconscientes, me generan respeto más que temor, y se distinguen por ser extrovertidos. De manera especial Jesús Aguilar, conocido como “el Oaxaca”, Fernando Topete, Jorge Medina, y otros más.

El primer día transcurre en principio lleno de emoción, pero unos tipos mayores en edad y peso me embarran una grasienta pasta maloliente, y además me rapan. ¡Nunca! se me olvidará semejante humillación. Igual experiencia padecieron otros más. Ya en los baños donde intentamos asearnos alguien en vos alta dice: =Hijos de su puta madre= y otros agregan =Ya nos la pagarán=.

Conforme pasaron los días, meses y dos que tres años, tuve el privilegio de conocer y escuchar a extraordinarios maestros, a quienes les aprendí valores que me complementaron para enfrentar un mundo con un entorno lleno de oportunidades y no pocos obstáculos. De manera especial recuerdo a Eutimio Serna (“el profesor Ceritos”), quien NUNCA externó palabra vulgar u ofensiva.

En mi mente quedó la figura recta y valores firmes de un profesor con formación militar, rico en humanidad, que le permitió ser respetado, y además estimado. Me refiero al (me pongo de pie al nombrarlo) general Álvaro de León Botello. Persona que años después traté como amigo y compañero de cacería, recorriendo las sierras del norte de Coahuila en busca de los venados. Oportunidad que me permitió conocerlo como persona culta y extraordinariamente humano.

Viajando en plena madrugada por la carretera 54 Zacatecas-Saltillo, ya en el lugar conocido como “La Angostura”, le escuché sobre el conflicto militar con Estados Unidos, batalla que el ejército mexicano al mando de Santa Anna, mal armado con “mosquetes” de chispa y bayonetas Browc Bess, venció al poderoso ejército norteamericano comandado en ese momento por el general Taylor.

Ya en la sierra y después de haber caminado por horas rastreando venados entre barrancas y laderas boscosas de cedros y encinos, en la noche bajo un cielo salpicado de estrellas y sentados a la orilla de la fogata, le seguí escuchando momentos épicos en la vida del México policultural y heterogéneo.

Días después, viajando de regreso en la camioneta Pick up con caseta del compadre Héctor Manuel Meza, manejando él y yo a su lado, continuó sus relatos, quejándose que uno de los problemas de los mexicanos es el síndrome de “los cangrejos”. Recuerdo que decía y repetía: =Luisito, tiempo llegará en que México se abra al mundo, e inevitable tendremos educación y formación digna para los futuros mexicanos, que tendrán que ser ¡contestatarios! y responsables para ejercer plena libertad de expresión, pero respetuosos de quienes piensen distinto=.

Verano del 2019: gracias a las remesas multimillonarias en dólares que los mexicanos radicados en EUA envían cada mes a sus familiares, más las divisas en dólares que se generan por las exportaciones del ramo automotriz, más productos agropecuarios, el peso aún no se devalúa a los márgenes superiores por causa de las políticas públicas erróneas del presidente López Obrador.

Factor también son las enormes reservas en dólares que el Banco de México acumuló durante los cuatro últimos sexenios (Ernesto Cedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto), resultado de políticas publicas promotoras de inversión extranjera, que si bien se debieron a un costo laboral inferior a otros países emergentes, generaron millones de empleos formales que cotizan en el IMSS e INFONAVIT.

Un conspicuo amigo me preguntó: = ¿Cómo es posible que el presidente López Obrador no entienda que sus decisiones están siendo causa de estancamiento económico y motivo para la pérdida de millones de empleos?= ¡Elemental!, afirmó el profesor López Velarde. El presidente López Obrador ¡bien! sabe lo que está haciendo. No es “daltónico”. El proyecto al que se aferra (afirman doctos en políticas públicas) se inicia ¡DESTRUYENDO! lo que él considera obstáculo o muro para colocar a México en un entorno político social igual a Cuba y Venezuela. ¿Entendido?

Otoño de 1954: tengo el privilegio de iniciar estudios en el ICA (Instituto de Ciencias Autónomo), conocido como “La Prepa”, donde coincido con muchos adolescentes de diferentes niveles y formación. La mayoría son mayores que yo e inconscientes, me generan respeto más que temor, y se distinguen por ser extrovertidos. De manera especial Jesús Aguilar, conocido como “el Oaxaca”, Fernando Topete, Jorge Medina, y otros más.

El primer día transcurre en principio lleno de emoción, pero unos tipos mayores en edad y peso me embarran una grasienta pasta maloliente, y además me rapan. ¡Nunca! se me olvidará semejante humillación. Igual experiencia padecieron otros más. Ya en los baños donde intentamos asearnos alguien en vos alta dice: =Hijos de su puta madre= y otros agregan =Ya nos la pagarán=.

Conforme pasaron los días, meses y dos que tres años, tuve el privilegio de conocer y escuchar a extraordinarios maestros, a quienes les aprendí valores que me complementaron para enfrentar un mundo con un entorno lleno de oportunidades y no pocos obstáculos. De manera especial recuerdo a Eutimio Serna (“el profesor Ceritos”), quien NUNCA externó palabra vulgar u ofensiva.

En mi mente quedó la figura recta y valores firmes de un profesor con formación militar, rico en humanidad, que le permitió ser respetado, y además estimado. Me refiero al (me pongo de pie al nombrarlo) general Álvaro de León Botello. Persona que años después traté como amigo y compañero de cacería, recorriendo las sierras del norte de Coahuila en busca de los venados. Oportunidad que me permitió conocerlo como persona culta y extraordinariamente humano.

Viajando en plena madrugada por la carretera 54 Zacatecas-Saltillo, ya en el lugar conocido como “La Angostura”, le escuché sobre el conflicto militar con Estados Unidos, batalla que el ejército mexicano al mando de Santa Anna, mal armado con “mosquetes” de chispa y bayonetas Browc Bess, venció al poderoso ejército norteamericano comandado en ese momento por el general Taylor.

Ya en la sierra y después de haber caminado por horas rastreando venados entre barrancas y laderas boscosas de cedros y encinos, en la noche bajo un cielo salpicado de estrellas y sentados a la orilla de la fogata, le seguí escuchando momentos épicos en la vida del México policultural y heterogéneo.

Días después, viajando de regreso en la camioneta Pick up con caseta del compadre Héctor Manuel Meza, manejando él y yo a su lado, continuó sus relatos, quejándose que uno de los problemas de los mexicanos es el síndrome de “los cangrejos”. Recuerdo que decía y repetía: =Luisito, tiempo llegará en que México se abra al mundo, e inevitable tendremos educación y formación digna para los futuros mexicanos, que tendrán que ser ¡contestatarios! y responsables para ejercer plena libertad de expresión, pero respetuosos de quienes piensen distinto=.

Verano del 2019: gracias a las remesas multimillonarias en dólares que los mexicanos radicados en EUA envían cada mes a sus familiares, más las divisas en dólares que se generan por las exportaciones del ramo automotriz, más productos agropecuarios, el peso aún no se devalúa a los márgenes superiores por causa de las políticas públicas erróneas del presidente López Obrador.

Factor también son las enormes reservas en dólares que el Banco de México acumuló durante los cuatro últimos sexenios (Ernesto Cedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto), resultado de políticas publicas promotoras de inversión extranjera, que si bien se debieron a un costo laboral inferior a otros países emergentes, generaron millones de empleos formales que cotizan en el IMSS e INFONAVIT.

Un conspicuo amigo me preguntó: = ¿Cómo es posible que el presidente López Obrador no entienda que sus decisiones están siendo causa de estancamiento económico y motivo para la pérdida de millones de empleos?= ¡Elemental!, afirmó el profesor López Velarde. El presidente López Obrador ¡bien! sabe lo que está haciendo. No es “daltónico”. El proyecto al que se aferra (afirman doctos en políticas públicas) se inicia ¡DESTRUYENDO! lo que él considera obstáculo o muro para colocar a México en un entorno político social igual a Cuba y Venezuela. ¿Entendido?