Dicen que recordar es volver a vivir y también revivir a través de los recuerdos a nuestros seres queridos que se nos adelantaron en el viaje que no tiene boleto de regreso.
En este espacio recordamos ahora a un joven periodista que las actuales generaciones de comunicadores ni siquiera conocieron debido a que prematuramente partió de este mundo con destino a la eternidad.
Nos referimos a Luis Gerardo Avendaño Azpeitia, quien brilló con luz propia en el gremio periodístico, en el deporte y también como locutor de radio. Luis Gerardo era un hombre corpulento, bonachón, bromista, amigo de sus amigos y excelente compañero de labores.
Uno de sus grandes amigos fue el también periodista Jaime Arteaga Novoa, quien nos detalla algunos momentos de su vida de estudiantes. Ambos cursaron la carrera de periodismo y ciencias de la comunicación en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), después de haber terminado la preparatoria o enseñanza media en Aguascalientes.
Jaime nos comenta que Luis Gerardo, hijo y sobrino de trabajadores ferrocarrileros, cursó en primera instancia la carera de contador público, pero al cabo de breve tiempo entendió que no era su vocación y fue cuando decidió abrazar la carrera de ciencias de la comunicación en la UNAM.
Luis Gerardo, por su capacidad y habilidad, decidió probar suerte en las reservas profesionales de los Pumas de la UNAM en el futbol mexicano profesional, donde logró posicionarse como titular indiscutible del equipo. Llegó incluso a jugar en el Estadio Azteca, como reserva profesional de ese conjunto estudiantil, en un encuentro con sus similares del equipo América, previo al partido principal entre los conjuntos titulares.
Luis Gerardo platicaba con legítimo orgullo de ese partido, ante un estadio pletórico de aficionados, señala nuestro colega Jaime Arteaga Novoa.
Sin embargo, cuando estaba a punto de formar parte del plantel titular de la UNAM se vio en la imperiosa necesidad de truncar su carera de futbolista, debido a que tenía que practicar, estudiar y trabajar. Tres actividades al mismo tiempo, por lo que le resultaba complicado darse tiempo para todo. Y es que tenía que trabajar para costear sus estudios y su estancia en la Ciudad de México, antes Distrito Federal.
Con el dolor de su corazón abandonó su carrera de futbolista, sin embargo, la vida lo compensó pues en su terruño llegó al recordado equipo las Cebras de Aguascalientes que participó en la tercera división profesional del futbol nacional. Cabe señalar que las Cebras estuvieron siempre en el ánimo de los aficionados, prueba de ello es que la cancha del Deportivo Ferrocarrilero se llenaba hasta los topes en cada partido de este equipo como local.
Posteriormente, Luis Gerardo se alejó de las canchas y comenzó a desempeñar su profesión como periodista. Fue reportero de los diarios Momento -ya desaparecido-, EL SOL DEL CENTRO y del diario opinión, también extinguido, en distintas etapas de su vida productiva.
Luis Gerardo amaba los medios de comunicación y decidió convertirse también en locutor, labor que combinó con su trabajo de reportero. Prestó sus servicios en la estación XERO, de Radio Grupo, cuyos estudios y oficinas estaban en la tercera cuadra de avenida Madero, frente a Muebles Colonial, casi esquina con la calle de Hidalgo.
Se caracterizó por su trato jovial y amigable con el público radioescucha, pues tenía un programa de complacencias. Además, varias veces sorprendía al auditorio pues se ponía a cantar a dúo con el intérprete, lo que provocaba que sus jefes le llamaran la atención, aunque sin pasar a mayores.
Luis Gerardo falleció allá por el año de 1986, apenas contaba con 36 años de edad, con una vida por delante, ante el dolor y pensar de sus familiares, compañeros y amigos. Ha pasado el tiempo, pero los buenos amigos, nunca se olvidan.
Hubo también dos personas que incursionaron brevemente, unos cuantos años, en el quehacer periodístico. Ellos son Fernando Palacios y Gerardo Rioja Garrido, ambos socorristas voluntarios de Cruz Roja Mexicana en Aguascalientes.
Fernando fue reportero policiaco en el ahora desaparecido diario Momento y Gerardo también en la nota roja del diario Opinión, también fuera de circulación. Su trabajo como reporteros fue por breve, pues después cada quien decidió emprender otros caminos.
Fernando es ahora médico especialista y Gerardo un próspero hombre de empresa y generador de centenares de empleos. Un abrazo a los dos.
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