/ martes 28 de septiembre de 2021

Legitimidad

El diccionario de política de Norberto Bobbio y Nicola Matteucci, indica dos significados de legitimidad: un genérico, casi sinónimo de justicia o de razonabilidad, se refiere a la legitimidad, como la legalidad de una decisión, de una actitud; el otro, específico, entendido como el atributo del estado refiriendo que “todo poder trata de ganarse el consenso para que se le reconozca como legítimo, transformando la obediencia en adhesión”.

La adhesión, consiste en que los gobernantes y su política son aceptados en cuánto están legitimados, “El que legitima el poder debe aceptar también el gobierno que se forme y actúe en conformidad con las normas y con los valores del régimen, a pesar de que no lo apruebe o hasta se oponga al mismo y a su política”.

Siguiendo las sugerencias de dicho catálogo de conceptos, en los regímenes como el nuestro, el poder se personifica eminentemente legal, es decir, el poder legal “es la legalidad de las normas del régimen, estatuidas ex profeso y de modo racional”. Etimológicamente, la palabra legitimidad significa “conforme al derecho”.

En la semana recién concluida, comunicadores y periodistas de algunos medios de comunicación, nos planteaban sus inquietudes, ante el registro de dos aspirantes a coordinar el grupo parlamentario de Morena en la recién instalada LXV legislatura de Aguascalientes. Nuestra postura para responder, fue y seguirá siendo contundente e institucional, en el sentido de respaldar a quien cuente con la legitimidad y legalidad respectiva. Baste referenciar, el actual plan nacional de desarrollo 2019-2024 que prevé el principio rector de “al margen de la ley, nada; por encima de la ley, nadie”, entre otros. La legitimidad, se conquista, no se arrebata, se convence no se intenta imponer, bien dicen en la literatura algunos clásicos, de la teoría política como el propio Bobbio, Gaetano Mosca e incluso José Woldenberg en sus aportaciones, la legitimidad se logra por consenso, por aceptación de quienes se encuentran legalmente facultados para decidir mediante prácticas democráticas.

Actuar con responsabilidad, no debe entenderse como una concesión, se trata de un deber, aun mas, cuando actuamos como representantes populares por voluntad de electores o como resultado del conjunto de votos acumulados en una elección (de mayoría relativa o representación proporcional), se debe actuar conforme al derecho, conforme a la legitimación, con atribuciones institucionalizadas, con civilidad y madurez. Una decisión política consensada y ratificada por los actores principales (diputadas y diputados), se debe honrar y respetar en el ánimo de armonizar la actividad legislativa en puerta por realizar. Asumir una responsabilidad de esa naturaleza (legislador), no debería confundir con protagonismos o medidas mediáticas.

Para el caso, la Ley Orgánica del Poder Legislativo del Estado de Aguascalientes, define a los grupos parlamentarios como la forma de organización que adoptaran los diputados; es entonces que idealmente la legitimidad, se debe obtener de los propios diputados, para definir quien debiera coordinar el grupo parlamentario.

En complemento a la legitimidad y legalidad del acto, la citada ley que regula la organización y funcionamiento del poder legislativo, específica, que corresponde a ese órgano colegiado de legisladores a través de la presidencia de la mesa directiva legitimar la intencionalidad del grupo compuesto, examinar, en su caso, hacer la declaratoria para la constitución de grupos parlamentarios.

La organización política de Morena se rige por principios éticos y valores humanos, convencidos de que solo la unidad de todos, hará posible una transformación. El inicio de una legislatura, significa una esperanza para la ciudadanía y población en general, en las aspiraciones de un auténtico estado de derecho; pero también, representa la oportunidad de quienes asumen una responsabilidad de legislar en favor de los intereses colectivos de Aguascalientes.

Estamos ciertos de que nuestros representantes populares (diputadas y diputados), impulsarán legislación para transformar las instituciones en beneficio de los aguascalentenses.

P.D. En otro orden de ideas. En mi opinión de la recién pasada colaboración de este importante medio de información, comenté el tema, “De la tolerancia”. Uno de mis alumnos, estudiante universitario, que me leyó, preguntó, ¿hasta dónde podemos, ser tolerantes con los intolerantes? ¡Extraordinaria interrogante! Desde mi perspectiva, depende de nuestro carácter y temple. Independientemente de la dimensión del acto intolerante exteriorizado por nuestro oponente, lo ideal es que… seamos tolerantes. Bien lo propaga Adela Cortina: “es más inteligente cooperar, que generar conflictos”.

El diccionario de política de Norberto Bobbio y Nicola Matteucci, indica dos significados de legitimidad: un genérico, casi sinónimo de justicia o de razonabilidad, se refiere a la legitimidad, como la legalidad de una decisión, de una actitud; el otro, específico, entendido como el atributo del estado refiriendo que “todo poder trata de ganarse el consenso para que se le reconozca como legítimo, transformando la obediencia en adhesión”.

La adhesión, consiste en que los gobernantes y su política son aceptados en cuánto están legitimados, “El que legitima el poder debe aceptar también el gobierno que se forme y actúe en conformidad con las normas y con los valores del régimen, a pesar de que no lo apruebe o hasta se oponga al mismo y a su política”.

Siguiendo las sugerencias de dicho catálogo de conceptos, en los regímenes como el nuestro, el poder se personifica eminentemente legal, es decir, el poder legal “es la legalidad de las normas del régimen, estatuidas ex profeso y de modo racional”. Etimológicamente, la palabra legitimidad significa “conforme al derecho”.

En la semana recién concluida, comunicadores y periodistas de algunos medios de comunicación, nos planteaban sus inquietudes, ante el registro de dos aspirantes a coordinar el grupo parlamentario de Morena en la recién instalada LXV legislatura de Aguascalientes. Nuestra postura para responder, fue y seguirá siendo contundente e institucional, en el sentido de respaldar a quien cuente con la legitimidad y legalidad respectiva. Baste referenciar, el actual plan nacional de desarrollo 2019-2024 que prevé el principio rector de “al margen de la ley, nada; por encima de la ley, nadie”, entre otros. La legitimidad, se conquista, no se arrebata, se convence no se intenta imponer, bien dicen en la literatura algunos clásicos, de la teoría política como el propio Bobbio, Gaetano Mosca e incluso José Woldenberg en sus aportaciones, la legitimidad se logra por consenso, por aceptación de quienes se encuentran legalmente facultados para decidir mediante prácticas democráticas.

Actuar con responsabilidad, no debe entenderse como una concesión, se trata de un deber, aun mas, cuando actuamos como representantes populares por voluntad de electores o como resultado del conjunto de votos acumulados en una elección (de mayoría relativa o representación proporcional), se debe actuar conforme al derecho, conforme a la legitimación, con atribuciones institucionalizadas, con civilidad y madurez. Una decisión política consensada y ratificada por los actores principales (diputadas y diputados), se debe honrar y respetar en el ánimo de armonizar la actividad legislativa en puerta por realizar. Asumir una responsabilidad de esa naturaleza (legislador), no debería confundir con protagonismos o medidas mediáticas.

Para el caso, la Ley Orgánica del Poder Legislativo del Estado de Aguascalientes, define a los grupos parlamentarios como la forma de organización que adoptaran los diputados; es entonces que idealmente la legitimidad, se debe obtener de los propios diputados, para definir quien debiera coordinar el grupo parlamentario.

En complemento a la legitimidad y legalidad del acto, la citada ley que regula la organización y funcionamiento del poder legislativo, específica, que corresponde a ese órgano colegiado de legisladores a través de la presidencia de la mesa directiva legitimar la intencionalidad del grupo compuesto, examinar, en su caso, hacer la declaratoria para la constitución de grupos parlamentarios.

La organización política de Morena se rige por principios éticos y valores humanos, convencidos de que solo la unidad de todos, hará posible una transformación. El inicio de una legislatura, significa una esperanza para la ciudadanía y población en general, en las aspiraciones de un auténtico estado de derecho; pero también, representa la oportunidad de quienes asumen una responsabilidad de legislar en favor de los intereses colectivos de Aguascalientes.

Estamos ciertos de que nuestros representantes populares (diputadas y diputados), impulsarán legislación para transformar las instituciones en beneficio de los aguascalentenses.

P.D. En otro orden de ideas. En mi opinión de la recién pasada colaboración de este importante medio de información, comenté el tema, “De la tolerancia”. Uno de mis alumnos, estudiante universitario, que me leyó, preguntó, ¿hasta dónde podemos, ser tolerantes con los intolerantes? ¡Extraordinaria interrogante! Desde mi perspectiva, depende de nuestro carácter y temple. Independientemente de la dimensión del acto intolerante exteriorizado por nuestro oponente, lo ideal es que… seamos tolerantes. Bien lo propaga Adela Cortina: “es más inteligente cooperar, que generar conflictos”.