/ miércoles 14 de diciembre de 2022

La Virgen Morena

El pasado lunes 12 de diciembre se celebraron 491 años de la presencia de la Virgen de Guadalupe en México, que a pesar de tiempo y la distancia sigue siendo la patrona espiritual de los mexicanos que son católicos.

Según la tradición, entre el 9 y el 12 de diciembre de 1531, a una década de la llegada de los españoles a tierras mexicanas, se apareció en cuatro ocasiones a un indio pobre, llamado Juan Diego, en el cerro del Tepeyac, también conocido como de Guadalupe, situado a poca distancia de lo que es ahora la Ciudad de México.

La imagen de la Virgen Morena ha estado presente en los sucesos más relevantes en la historia nacional, como lo es la Independencia de México. Su presencia espiritual acompaña en el diario vivir de millones de compatriotas y de personas a lo largo y ancho del orbe. Por eso mismo fue nombrada Emperatriz de las Américas.

En su oportunidad, el Papa Juan Pablo II nos enseñó que, ante la actual cultura de la muerte, encontramos esperanza en la Virgen de Guadalupe, la gran abogada y defensora de la vida humana. Por eso la Iglesia pide hoy día su intercesión para defender la vida contra el genocidio del aborto y otras amenazas contra los inocentes.

El culto a la Virgen de Guadalupe sigue siendo un símbolo de expresión dominante en la religiosidad mexicana. En la vida de los fieles va más allá de la fe misma, es un acto de identidad nacional, sobre todo el 12 de diciembre de cada año, fecha en la que millones de creyentes profesan su culto con mayor devoción acudiendo al cerro del Tepeyac a pedir ayuda o a dar gracias por favores recibidos.

Sin lugar a dudas, la “patrona de México” es el símbolo de expresión religiosa dominante en gran parte de los mexicanos, culturalmente constituye un emblema, un elemento identitario, un eje alrededor del cual se congregan creyentes y no creyentes. Si bien no todo México es guadalupano, es un país profundamente religioso donde existe diversidad de creencia.

De acuerdo con especialistas en el tema, la tradición de la Virgen de Guadalupe es un suceso religioso que se conmemora en el país y un acontecimiento que se observa como fenómeno social, el cual ocupa un papel cultural e histórico fundamental en el desarrollo de vínculos y componentes relacionados con el mestizaje lo indígena e hispano.

En tanto, Hugo José Suárez, del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS), puntualiza que una de las experiencias más fundamentales de la vida religiosa ha sido, sin duda, la devoción hacia ella, una imagen que tiene gran fortaleza en la historia del país.

Se trata del único símbolo a través del cual se pueden ver reflejadas distintas expresiones culturales del país. Su presencia ha sido capaz de viabilizar en su mito, imagen e historia, la complejidad de la conformación sociocultural mexicana.

El investigador acota que en la actualidad esa devoción sigue presente, pero se ha transformado, no se puede decir que ha crecido o disminuido, sino que está asumiendo nuevas formas.

Para los mexicanos la fiesta de la Virgen de Guadalupe es la más importante a nivel nacional. Millones y millones de personas desde distintos puntos del territorio nacional e incluso del extranjero acuden en peregrinación hasta el Santuario de la Virgen del Tepeyac, para lo cual utilizan diferentes medios de transporte, que van desde el ir en automóvil, autobús, bicicleta o simplemente a pie, lo hacen con la finalidad de dar gracias por los favores recibidos, para solicitarle ayuda o simplemente por tradición.

La Virgen de Guadalupe es por excelencia el símbolo clave del sentimiento nacional mexicano, como lo señala Miguel León Portilla en el número 125 de la revista Artes de México. Su veneración constituye todo un emblema de unidad nacional que está por encima de cualquier interés ideológico o político.

En la actualidad, la Virgen de Guadalupe, además de ser guardiana de creencias ancestrales y símbolo de sincretismo nacional, es continuamente reformulada mediante intervenciones estilísticas que le dan nuevos significados. Al ser un icono de nacionalismo independentista, ha sido también apropiado por la insurgencia indígena de los indios chiapanecos del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) surgido en Chiapas en 1994. Se le cubrió la boca con un pasamontañas (imagen distintiva del EZLN), incluso fue usada como estandarte de una guerra contra el gobierno.

En suma, la Guadalupana está ligada para siempre al destino de México.

LA REFLEXIÓN

La Virgen de Guadalupe trasciende más allá del tiempo.

El pasado lunes 12 de diciembre se celebraron 491 años de la presencia de la Virgen de Guadalupe en México, que a pesar de tiempo y la distancia sigue siendo la patrona espiritual de los mexicanos que son católicos.

Según la tradición, entre el 9 y el 12 de diciembre de 1531, a una década de la llegada de los españoles a tierras mexicanas, se apareció en cuatro ocasiones a un indio pobre, llamado Juan Diego, en el cerro del Tepeyac, también conocido como de Guadalupe, situado a poca distancia de lo que es ahora la Ciudad de México.

La imagen de la Virgen Morena ha estado presente en los sucesos más relevantes en la historia nacional, como lo es la Independencia de México. Su presencia espiritual acompaña en el diario vivir de millones de compatriotas y de personas a lo largo y ancho del orbe. Por eso mismo fue nombrada Emperatriz de las Américas.

En su oportunidad, el Papa Juan Pablo II nos enseñó que, ante la actual cultura de la muerte, encontramos esperanza en la Virgen de Guadalupe, la gran abogada y defensora de la vida humana. Por eso la Iglesia pide hoy día su intercesión para defender la vida contra el genocidio del aborto y otras amenazas contra los inocentes.

El culto a la Virgen de Guadalupe sigue siendo un símbolo de expresión dominante en la religiosidad mexicana. En la vida de los fieles va más allá de la fe misma, es un acto de identidad nacional, sobre todo el 12 de diciembre de cada año, fecha en la que millones de creyentes profesan su culto con mayor devoción acudiendo al cerro del Tepeyac a pedir ayuda o a dar gracias por favores recibidos.

Sin lugar a dudas, la “patrona de México” es el símbolo de expresión religiosa dominante en gran parte de los mexicanos, culturalmente constituye un emblema, un elemento identitario, un eje alrededor del cual se congregan creyentes y no creyentes. Si bien no todo México es guadalupano, es un país profundamente religioso donde existe diversidad de creencia.

De acuerdo con especialistas en el tema, la tradición de la Virgen de Guadalupe es un suceso religioso que se conmemora en el país y un acontecimiento que se observa como fenómeno social, el cual ocupa un papel cultural e histórico fundamental en el desarrollo de vínculos y componentes relacionados con el mestizaje lo indígena e hispano.

En tanto, Hugo José Suárez, del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS), puntualiza que una de las experiencias más fundamentales de la vida religiosa ha sido, sin duda, la devoción hacia ella, una imagen que tiene gran fortaleza en la historia del país.

Se trata del único símbolo a través del cual se pueden ver reflejadas distintas expresiones culturales del país. Su presencia ha sido capaz de viabilizar en su mito, imagen e historia, la complejidad de la conformación sociocultural mexicana.

El investigador acota que en la actualidad esa devoción sigue presente, pero se ha transformado, no se puede decir que ha crecido o disminuido, sino que está asumiendo nuevas formas.

Para los mexicanos la fiesta de la Virgen de Guadalupe es la más importante a nivel nacional. Millones y millones de personas desde distintos puntos del territorio nacional e incluso del extranjero acuden en peregrinación hasta el Santuario de la Virgen del Tepeyac, para lo cual utilizan diferentes medios de transporte, que van desde el ir en automóvil, autobús, bicicleta o simplemente a pie, lo hacen con la finalidad de dar gracias por los favores recibidos, para solicitarle ayuda o simplemente por tradición.

La Virgen de Guadalupe es por excelencia el símbolo clave del sentimiento nacional mexicano, como lo señala Miguel León Portilla en el número 125 de la revista Artes de México. Su veneración constituye todo un emblema de unidad nacional que está por encima de cualquier interés ideológico o político.

En la actualidad, la Virgen de Guadalupe, además de ser guardiana de creencias ancestrales y símbolo de sincretismo nacional, es continuamente reformulada mediante intervenciones estilísticas que le dan nuevos significados. Al ser un icono de nacionalismo independentista, ha sido también apropiado por la insurgencia indígena de los indios chiapanecos del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) surgido en Chiapas en 1994. Se le cubrió la boca con un pasamontañas (imagen distintiva del EZLN), incluso fue usada como estandarte de una guerra contra el gobierno.

En suma, la Guadalupana está ligada para siempre al destino de México.

LA REFLEXIÓN

La Virgen de Guadalupe trasciende más allá del tiempo.