/ sábado 29 de septiembre de 2018

LA COMUNICACIÓN SOCIAL

Ahora que se aproximan los informes de Gobierno estatal y municipal, de manera silenciosa pero consistente, han aparecido espectaculares de todos tamaños y formas a lo largo de la ciudad capital, lo mismo que en diversos medios de comunicación, ya sean televisivos, escritos, orales y electrónicos.

Es tiempo de dar a conocer lo que ellos dicen haber hecho en beneficio de la comunidad y sus gobernados y, ello está bien, para eso existe la comunicación social, es obligación del gobernante y derecho del gobernado saber en qué se invierten los recursos públicos y qué beneficios o carencias subsisten en las comunidades.

De no haber un mecanismo de comunicación social, la gente no sabríamos qué es lo que está sucediendo y qué se ha hecho y qué se ha dejado de hacer. Ejemplo de ello, son las obras públicas, cualquiera puede darse cuenta de su construcción. Pero hay acciones de Gobierno que son imperceptibles, como son los programas de beneficio social, educativo, capacitación, salud, etc.

Gracias a esa comunicación social se tiene un mecanismo bastante útil para la protección civil, por este medio se han salvado miles de vidas humanas, se puede prevenir con tiempo a los habitantes de ciertos lugares que serán afectados por diversos fenómenos climatológicos, es un medio para salvar la vida humana.

La comunicación social en caso de alguna epidemia es muy eficaz, pues no solo previene a las personas de la presencia de una enfermedad, sino que es capaz de difundir una eficiente orientación para evitar el contagio y los cuidados necesarios para prevenirla y no propagarla, recordemos la epidemia de influenza que hubo en México hace algunos años.

Es también un medio de educación, especialmente para aquellos lugares distantes y en donde la televisión y radio se usan para esparcir conocimientos y educar a la gente de menores recursos y posibilidades.

Pero cuando la comunicación social se convierte en una herramienta mercadológica y publicitaria, es cuando se tergiversa y, eso es lo que de varías décadas atrás y, a la fecha ha proliferado en nuestro país, ha habido un uso indiscriminado de recursos públicos para promover los intereses personales y políticos de muchos de nuestros gobernantes.

Es indignante la aparición de campañas de publicidad que promueven el turismo a lugares en los que nadie esta a salvo, vaya ni su propia sombra. Recuerdo el caso de Michoacán, cuando aparecieron en las peores épocas de inseguridad de esa región, spots televisivos que se referían a Michoacán como un estado en el que todo era armonía y en donde todo lo bueno sucedía.

Muchas de esas campañas publicitarias son las que desplegó el Presidente saliente, tratando de tapar el sol con un dedo, mandando mensajes inexactos y, en el peor de los casos, claramente manipulados.

Tal parece que piensan que por que así lo dicen y ellos lo dicen, todo lo que dicen es verdad y, a eso se le llama la manipulación de la información. Se pretende crear un escenario en donde hay más éxitos que fracasos, cuando es totalmente lo contrario. Se pretende desviar la atención de la gente a temas sin importancia, como esperando que nadie se dé cuenta de alguna problemática que se quiere ocultar.

Ahora ya no sabemos qué noticia es falsa o cual verdadera y, lo peor, esas noticias nos cuestan demasiado dinero que bien podría destinarse a cosas mejores, esperemos a ver, cómo se manejará la comunicación social en la próxima administración desde luego sin que se falte a la libertad de expresión y, en especial a la transparencia de las cosas que se comunican y, no al ocultamiento y a la manipulación. Faltan pocos meses para darnos cuenta de ello.



Ahora que se aproximan los informes de Gobierno estatal y municipal, de manera silenciosa pero consistente, han aparecido espectaculares de todos tamaños y formas a lo largo de la ciudad capital, lo mismo que en diversos medios de comunicación, ya sean televisivos, escritos, orales y electrónicos.

Es tiempo de dar a conocer lo que ellos dicen haber hecho en beneficio de la comunidad y sus gobernados y, ello está bien, para eso existe la comunicación social, es obligación del gobernante y derecho del gobernado saber en qué se invierten los recursos públicos y qué beneficios o carencias subsisten en las comunidades.

De no haber un mecanismo de comunicación social, la gente no sabríamos qué es lo que está sucediendo y qué se ha hecho y qué se ha dejado de hacer. Ejemplo de ello, son las obras públicas, cualquiera puede darse cuenta de su construcción. Pero hay acciones de Gobierno que son imperceptibles, como son los programas de beneficio social, educativo, capacitación, salud, etc.

Gracias a esa comunicación social se tiene un mecanismo bastante útil para la protección civil, por este medio se han salvado miles de vidas humanas, se puede prevenir con tiempo a los habitantes de ciertos lugares que serán afectados por diversos fenómenos climatológicos, es un medio para salvar la vida humana.

La comunicación social en caso de alguna epidemia es muy eficaz, pues no solo previene a las personas de la presencia de una enfermedad, sino que es capaz de difundir una eficiente orientación para evitar el contagio y los cuidados necesarios para prevenirla y no propagarla, recordemos la epidemia de influenza que hubo en México hace algunos años.

Es también un medio de educación, especialmente para aquellos lugares distantes y en donde la televisión y radio se usan para esparcir conocimientos y educar a la gente de menores recursos y posibilidades.

Pero cuando la comunicación social se convierte en una herramienta mercadológica y publicitaria, es cuando se tergiversa y, eso es lo que de varías décadas atrás y, a la fecha ha proliferado en nuestro país, ha habido un uso indiscriminado de recursos públicos para promover los intereses personales y políticos de muchos de nuestros gobernantes.

Es indignante la aparición de campañas de publicidad que promueven el turismo a lugares en los que nadie esta a salvo, vaya ni su propia sombra. Recuerdo el caso de Michoacán, cuando aparecieron en las peores épocas de inseguridad de esa región, spots televisivos que se referían a Michoacán como un estado en el que todo era armonía y en donde todo lo bueno sucedía.

Muchas de esas campañas publicitarias son las que desplegó el Presidente saliente, tratando de tapar el sol con un dedo, mandando mensajes inexactos y, en el peor de los casos, claramente manipulados.

Tal parece que piensan que por que así lo dicen y ellos lo dicen, todo lo que dicen es verdad y, a eso se le llama la manipulación de la información. Se pretende crear un escenario en donde hay más éxitos que fracasos, cuando es totalmente lo contrario. Se pretende desviar la atención de la gente a temas sin importancia, como esperando que nadie se dé cuenta de alguna problemática que se quiere ocultar.

Ahora ya no sabemos qué noticia es falsa o cual verdadera y, lo peor, esas noticias nos cuestan demasiado dinero que bien podría destinarse a cosas mejores, esperemos a ver, cómo se manejará la comunicación social en la próxima administración desde luego sin que se falte a la libertad de expresión y, en especial a la transparencia de las cosas que se comunican y, no al ocultamiento y a la manipulación. Faltan pocos meses para darnos cuenta de ello.



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