Durante muchos días estuve escuchando a las personas en todas partes decir entre otras muchas cosas: “NO LLUEVE Y LOS CAMPOS ESTÁN SECOS”. Y el martes nos cayó una tromba que causó estragos en muchas personas y propiedades, y la gente comenzó a decir: “POR FAVOR DIOSITO, QUE YA NO NOS LLUEVA”.
Es cosa sólo de entender que nosotros mismos tenemos la culpa de lo que pasó. Se inundaron los alrededores de la avenida Adolfo López Mateos y la Alameda en mi querido Aguascalientes. También los fraccionamientos nuevos del oriente de la ciudad como Villas de Nuestra Señora de la Asunción, Fracc. Rodolfo Landeros, Cumbres y algunos más.
Podemos dar, desde mi punto de vista, una explicación que tal vez no se acepte, pero el pueblo mismo tenemos la culpa por:
1. No entender que la avenida López Mateos era un arroyo, algo caudaloso y que cada vez que llueva fuerte se transformará en eso, en un arroyo. Tal vez hagan falta más caimanes o un drenaje de mayor tamaño.
2. Seamos conscientes y reconozcamos que no somos cuidadosos al tirar la basura, y lo hacemos sin pensar en las consecuencias, y claro, se taparon los drenages (de por sí pequeños).
3. Somos imprudentes y nos metimos al arroyo de la calle “porque queríamos demostrar que no le tenemos miedo al agua”, o “porque llevábamos mucha prisa”.
Y es que la temporada de lluvias comienza en la 2ª quincena de mayo y la 1ª quincena de junio. Si lo entendemos así, la verdad es que ya se habían tardado las aguas. Estamos en plena temporada de ciclones y tornados y eso no lo podemos remediar. Mejor sería que sabedores de esto, hiciéramos la limpieza que nos corresponde a cada ciudadano.
Lo mismo las autoridades que quieren “tapar el pozo después de que se ahogó el niño”. ¿Por qué no desazolvaron los conductos del drenaje cuando era todavía prevenible? Y luego lo aprovechan políticamente para decir que están “ayudando” a los ciudadanos. En fin, que nos sorprendió el agua casi el 24 de junio, “el mero día de san Juan”. Tiremos la basura en donde debemos y veremos que todo es mejor, para ¡Que viva México!