/ miércoles 1 de junio de 2022

El Espectador | Otro de los pendientes de Zoé

Cualquiera pensaría que los cartuchos de impresión son un objeto del pasado en esta era digital, lo cierto es que muchas empresas y dependencias todavía necesitan el papel y la tinta para funcionar todos los días. Es el caso, por ejemplo, del Instituto Mexicano del Seguro Social, que encabeza Zoé Robledo, el político de las Doc Martens. Uno de los retos más terrenales del IMSS tiene que ver con la compra de consumibles de impresión, más allá de los medicamentos y la contratación de doctores y doctoras, la atención de millones de pacientes a diario depende también de los tratamientos que se dictan mediante recetas generadas a partir de estas adquisiciones.

Y es en este asunto que parece menor, que pasa desapercibido, que se han detectado negocios que llaman la atención de los observadores a detalle, pues una serie de empresas vigiladas desde sexenios anteriores mantienen sus nexos de trabajo al interior del IMSS, con todo y su nueva administración. Hablamos de firmas como Valmar Digital Micro, Ofivillanely, TCA Empresarial y Cibertoner, que al tener como común denominador la oferta de tóners fabricados por Lexmark, han prevalecido con múltiples contrataciones durante el gobierno actual.

A mediados de mayo la organización Proyecto sobre Organización, Desarrollo, Educación e Investigación (Poder), expuso a la primera de ellas por conseguir 580 contratos de 2012 a 2018 por 899.5 millones de pesos y sobrecostos de 194 millones de pesos, negocio que no fue suficiente para impedirle que el 21 de febrero pasado se quedara con un contrato por 8.7 millones de pesos para el suministro de la delegación Nayarit, y tomando en cuenta que cada cartucho se pagó en seis mil 690 pesos.

Sobre esta empresa nacida en Jalisco también resalta que, durante 2020 fue la única de tres interesadas en pasar las evaluaciones realizadas en Yucatán, por lo que a pesar de que cada cartucho se cotizaba en ocho mil 579 pesos se quedó con un nuevo convenio por 35 millones de pesos.

En lo que va de este mandato, Valmar Digital Micro ha tenido presencia por sí sola en ubicaciones del IMSS Aguascalientes, Baja California, Quintana Roo, Querétaro, Tlaxcala y Zacatecas, sólo por mencionar algunas, sin embargo, junto con las otras tres compañías han expandido la proveeduría de la marca americana de Allen Waugerman por Hidalgo, Sinaloa y Nayarit.

El caso de Ofivillanely no es menos particular, ya que por sí sola tendría 23.2 millones de pesos en sobrecostos por adquisiciones equivalentes a 108.4 millones de pesos, celebradas de 2012 a 2017, donde los picos se registran durante el periodo en que Enrique Peña Nieto ocupó los Pinos, principalmente en ubicaciones como Michoacán, Veracruz Sur y Puebla.

Este año ha continuado con la firma de acuerdos, uno de ellos hasta por 16.2 millones de pesos, obtenido tras ganarle a Valmar Digital Micro, que a pesar de proponer tóners Lexmark igual que la elegida, los cotizaba 177 pesos más caros. Entre las curiosidades sobre la licitación LA-050GYR032-E12-2022 destaca que los proveedores no fueron visitados por las autoridades, tal como se aprecia desde el resumen de la convocatoria publicada en el Diario Oficial de la Federación.

Dentro de las empresas que acumularon más contratos entre 2008 y 2019 se cuenta a TCA Empresarial con mil 231 a cambio de 440.7 millones de pesos, dentro de los que se estiman ganancias por 87.6 millones de pesos como presunto resultado de los precios inflados, siendo uno de sus principales contratos con la delegación Michoacán.

Algunos tienen los ojos puestos en tecnología del mundo real que todavía no puede dejarse de lado al observarse muy lejos todavía la digitalización de la medicina en México. Y en los gastos que se desprenden de este atraso. Dirán algunos: Nos conformamos con que nos atienda un médico y haya medicinas, lo demás no importa. Pero sí importa ante el tamaño y la importancia del IMSS.

Cualquiera pensaría que los cartuchos de impresión son un objeto del pasado en esta era digital, lo cierto es que muchas empresas y dependencias todavía necesitan el papel y la tinta para funcionar todos los días. Es el caso, por ejemplo, del Instituto Mexicano del Seguro Social, que encabeza Zoé Robledo, el político de las Doc Martens. Uno de los retos más terrenales del IMSS tiene que ver con la compra de consumibles de impresión, más allá de los medicamentos y la contratación de doctores y doctoras, la atención de millones de pacientes a diario depende también de los tratamientos que se dictan mediante recetas generadas a partir de estas adquisiciones.

Y es en este asunto que parece menor, que pasa desapercibido, que se han detectado negocios que llaman la atención de los observadores a detalle, pues una serie de empresas vigiladas desde sexenios anteriores mantienen sus nexos de trabajo al interior del IMSS, con todo y su nueva administración. Hablamos de firmas como Valmar Digital Micro, Ofivillanely, TCA Empresarial y Cibertoner, que al tener como común denominador la oferta de tóners fabricados por Lexmark, han prevalecido con múltiples contrataciones durante el gobierno actual.

A mediados de mayo la organización Proyecto sobre Organización, Desarrollo, Educación e Investigación (Poder), expuso a la primera de ellas por conseguir 580 contratos de 2012 a 2018 por 899.5 millones de pesos y sobrecostos de 194 millones de pesos, negocio que no fue suficiente para impedirle que el 21 de febrero pasado se quedara con un contrato por 8.7 millones de pesos para el suministro de la delegación Nayarit, y tomando en cuenta que cada cartucho se pagó en seis mil 690 pesos.

Sobre esta empresa nacida en Jalisco también resalta que, durante 2020 fue la única de tres interesadas en pasar las evaluaciones realizadas en Yucatán, por lo que a pesar de que cada cartucho se cotizaba en ocho mil 579 pesos se quedó con un nuevo convenio por 35 millones de pesos.

En lo que va de este mandato, Valmar Digital Micro ha tenido presencia por sí sola en ubicaciones del IMSS Aguascalientes, Baja California, Quintana Roo, Querétaro, Tlaxcala y Zacatecas, sólo por mencionar algunas, sin embargo, junto con las otras tres compañías han expandido la proveeduría de la marca americana de Allen Waugerman por Hidalgo, Sinaloa y Nayarit.

El caso de Ofivillanely no es menos particular, ya que por sí sola tendría 23.2 millones de pesos en sobrecostos por adquisiciones equivalentes a 108.4 millones de pesos, celebradas de 2012 a 2017, donde los picos se registran durante el periodo en que Enrique Peña Nieto ocupó los Pinos, principalmente en ubicaciones como Michoacán, Veracruz Sur y Puebla.

Este año ha continuado con la firma de acuerdos, uno de ellos hasta por 16.2 millones de pesos, obtenido tras ganarle a Valmar Digital Micro, que a pesar de proponer tóners Lexmark igual que la elegida, los cotizaba 177 pesos más caros. Entre las curiosidades sobre la licitación LA-050GYR032-E12-2022 destaca que los proveedores no fueron visitados por las autoridades, tal como se aprecia desde el resumen de la convocatoria publicada en el Diario Oficial de la Federación.

Dentro de las empresas que acumularon más contratos entre 2008 y 2019 se cuenta a TCA Empresarial con mil 231 a cambio de 440.7 millones de pesos, dentro de los que se estiman ganancias por 87.6 millones de pesos como presunto resultado de los precios inflados, siendo uno de sus principales contratos con la delegación Michoacán.

Algunos tienen los ojos puestos en tecnología del mundo real que todavía no puede dejarse de lado al observarse muy lejos todavía la digitalización de la medicina en México. Y en los gastos que se desprenden de este atraso. Dirán algunos: Nos conformamos con que nos atienda un médico y haya medicinas, lo demás no importa. Pero sí importa ante el tamaño y la importancia del IMSS.