/ martes 11 de enero de 2022

El Ágora | Respeto al Covid

En las últimas semanas hemos podido apreciar un aumento muy significativo en los casos de Covid-19 en México, y los expertos argumentan que claramente tiene que ver con la nueva variante denomina Ómicron, sabemos que el factor más importante para que tengamos esta situación es que ya no estamos respetando la sana distancia entre otras reglas de prevención sanitaria para evitar los contagios.

Aguascalientes permanece en color amarillo, según el semáforo epidemiológico, los contagios suben exponencialmente con el riesgo de que muchas personas de la tercera edad o con comorbilidades pudieran tener un cuadro clínico agravado. Este escenario nos lleva a apreciar de nueva cuenta que el gobierno del estado vuelve a llegar tarde a la implementación de medidas contra el virus.

Desde el mes de octubre el gobierno federal comenzó con la aplicación nuevas medidas para intentar controlar la propagación del virus, y en Aguascalientes como ya es costumbre se decretó que las nuevas medidas comenzarían hasta el 10 de enero, en las cuales durante dos semanas estaremos en confinamiento y con nuevas restricciones, pero vemos que seguimos actuando en respuesta al virus, nunca previniendo el escenario catastrófico.

A la fecha de elaboración de esta columna, México registra 4 millones de casos y 300 mil muertes. Es fácil mencionar números o decir datos, lo verdaderamente difícil es lo que sufrieron esas 300 mil personas que desafortunadamente fallecieron y sus familias.

Pensemos en las personas que han quedado con lesiones permanentes, ciudadanos que literalmente el Covid-19 les cambió la vida, y claramente que no fue para bien. También hemos visto o sabido de un centenar de casos, en los que negocios nuevos o empresas ya consolidadas han quebrado en consecuencia del confinamiento que hemos vivido por casi dos años.

Pienso que el cierre temporal de negocios ya sea de manera parcial o total no serían tan frecuentes si en este caso no se dieran las medidas emergentes a causa del incremento de contagios por la falta de disciplina en la colectividad en la implementación de las medidas de prevención.

Tenemos que hacer una reflexión como sociedad, y pensar qué queremos para México, qué queremos para nuestras familias, ya que, si continuamos con las mismas prácticas, solo causaremos que la crisis económica, sanitaria y de salud mental siga aumentando de manera exponencial.

Los invito a unirnos, a respetar la sana distancia, a respetar las indicaciones que nos da la autoridad sanitaria, porque realmente estamos llegando de nuevo a la encrucijada en la que los gobiernos municipales, estatales e incluso el federal, tengan que tomar de nuevo medidas muy restrictivas, y esto se traducen en un probable cierre de negocios para evitar las grandes aglomeraciones de gente.

Aún recuerdo el principio de la pandemia en México, cuando en marzo del año 2020 las calles se veían vacías, cuando todos o la mayoría le teníamos miedo o pánico al Covid-19. Poco a poco ese miedo se ha ido perdiendo, y aplaudo eso, no podemos vivir y desarrollarnos como seres humanos con un miedo constante a infectarnos por un virus, pero la falta de miedo se ha traducido en una falta de conciencia social y por ende en cuidados preventivos.

La mortalidad claramente está a la baja, y no es porque Ómicron sea débil, es debido a que la gran mayoría de los mexicanos decidió vacunarse. Debemos de reconocer la gran gestión internacional que hizo y sigue haciendo el gobierno federal para conseguir las vacunas para ser distribuidas a la población de manera gratuita a todo el pueblo de México. La salud es un derecho y definitivamente se está cumpliendo esta responsabilidad gubernamental con la distribución y la aplicación de las vacunas.

Debemos de cambiar el pensamiento colectivo que hoy tenemos la mayoría de los mexicanos, y esa falta de conciencia social se transforme, primeramente, en un respeto a la enfermedad que hoy le provoca tanto dolor al pueblo, porque francamente no es conveniente regresar al confinamiento porque afecta económicamente, pero lo más importante es que también afecta al desarrollo social y a la salud mental.

Sabemos que, a causa de la enorme desigualdad económica heredada especialmente por los gobiernos del periodo neoliberal, millones de mexicanos no pueden darse el lujo de confinarse pues deben de salir a la calle cada día en busca del sustento de sus familias, sabemos también que otra gran cantidad de personas carecen de los servicios básicos con los cuales puedan cubrir de manera adecuada las medidas sanitarias requeridas. Es por esto que esta pandemia es un enorme reto primero para el heroico pueblo trabajador que debe de salir a laborar cuidando su salud y segundo para el gobierno federal de la Cuarta Transformación que impulsa acciones en contra de esa desigualdad en medio de esta inédita situación sanitaria, de ahí la importancia de que cada persona ponga de su parte en aplicar cotidianamente las medidas de prevención contra el contagio.

Si nos unimos, hemos visto que podemos lograr grandes cosas, como terminar con un régimen neoliberal, como enviar ayuda de toda la república en una catástrofe natural. Creo que si algo identifica al pueblo mexicano es la solidaridad que tenemos en los momentos difíciles, y créanme que uno de esos momentos está por llegar.

Les propongo que regresemos al respeto de la sana distancia, a seguir los lineamientos salubridad, para que en este año 2022, ya no veamos el cierre de más negocios, pero lo más importante es que el número de muertes con Covid-19 deje de crecer, y que ya no sufran más personas y sus familias.

En las últimas semanas hemos podido apreciar un aumento muy significativo en los casos de Covid-19 en México, y los expertos argumentan que claramente tiene que ver con la nueva variante denomina Ómicron, sabemos que el factor más importante para que tengamos esta situación es que ya no estamos respetando la sana distancia entre otras reglas de prevención sanitaria para evitar los contagios.

Aguascalientes permanece en color amarillo, según el semáforo epidemiológico, los contagios suben exponencialmente con el riesgo de que muchas personas de la tercera edad o con comorbilidades pudieran tener un cuadro clínico agravado. Este escenario nos lleva a apreciar de nueva cuenta que el gobierno del estado vuelve a llegar tarde a la implementación de medidas contra el virus.

Desde el mes de octubre el gobierno federal comenzó con la aplicación nuevas medidas para intentar controlar la propagación del virus, y en Aguascalientes como ya es costumbre se decretó que las nuevas medidas comenzarían hasta el 10 de enero, en las cuales durante dos semanas estaremos en confinamiento y con nuevas restricciones, pero vemos que seguimos actuando en respuesta al virus, nunca previniendo el escenario catastrófico.

A la fecha de elaboración de esta columna, México registra 4 millones de casos y 300 mil muertes. Es fácil mencionar números o decir datos, lo verdaderamente difícil es lo que sufrieron esas 300 mil personas que desafortunadamente fallecieron y sus familias.

Pensemos en las personas que han quedado con lesiones permanentes, ciudadanos que literalmente el Covid-19 les cambió la vida, y claramente que no fue para bien. También hemos visto o sabido de un centenar de casos, en los que negocios nuevos o empresas ya consolidadas han quebrado en consecuencia del confinamiento que hemos vivido por casi dos años.

Pienso que el cierre temporal de negocios ya sea de manera parcial o total no serían tan frecuentes si en este caso no se dieran las medidas emergentes a causa del incremento de contagios por la falta de disciplina en la colectividad en la implementación de las medidas de prevención.

Tenemos que hacer una reflexión como sociedad, y pensar qué queremos para México, qué queremos para nuestras familias, ya que, si continuamos con las mismas prácticas, solo causaremos que la crisis económica, sanitaria y de salud mental siga aumentando de manera exponencial.

Los invito a unirnos, a respetar la sana distancia, a respetar las indicaciones que nos da la autoridad sanitaria, porque realmente estamos llegando de nuevo a la encrucijada en la que los gobiernos municipales, estatales e incluso el federal, tengan que tomar de nuevo medidas muy restrictivas, y esto se traducen en un probable cierre de negocios para evitar las grandes aglomeraciones de gente.

Aún recuerdo el principio de la pandemia en México, cuando en marzo del año 2020 las calles se veían vacías, cuando todos o la mayoría le teníamos miedo o pánico al Covid-19. Poco a poco ese miedo se ha ido perdiendo, y aplaudo eso, no podemos vivir y desarrollarnos como seres humanos con un miedo constante a infectarnos por un virus, pero la falta de miedo se ha traducido en una falta de conciencia social y por ende en cuidados preventivos.

La mortalidad claramente está a la baja, y no es porque Ómicron sea débil, es debido a que la gran mayoría de los mexicanos decidió vacunarse. Debemos de reconocer la gran gestión internacional que hizo y sigue haciendo el gobierno federal para conseguir las vacunas para ser distribuidas a la población de manera gratuita a todo el pueblo de México. La salud es un derecho y definitivamente se está cumpliendo esta responsabilidad gubernamental con la distribución y la aplicación de las vacunas.

Debemos de cambiar el pensamiento colectivo que hoy tenemos la mayoría de los mexicanos, y esa falta de conciencia social se transforme, primeramente, en un respeto a la enfermedad que hoy le provoca tanto dolor al pueblo, porque francamente no es conveniente regresar al confinamiento porque afecta económicamente, pero lo más importante es que también afecta al desarrollo social y a la salud mental.

Sabemos que, a causa de la enorme desigualdad económica heredada especialmente por los gobiernos del periodo neoliberal, millones de mexicanos no pueden darse el lujo de confinarse pues deben de salir a la calle cada día en busca del sustento de sus familias, sabemos también que otra gran cantidad de personas carecen de los servicios básicos con los cuales puedan cubrir de manera adecuada las medidas sanitarias requeridas. Es por esto que esta pandemia es un enorme reto primero para el heroico pueblo trabajador que debe de salir a laborar cuidando su salud y segundo para el gobierno federal de la Cuarta Transformación que impulsa acciones en contra de esa desigualdad en medio de esta inédita situación sanitaria, de ahí la importancia de que cada persona ponga de su parte en aplicar cotidianamente las medidas de prevención contra el contagio.

Si nos unimos, hemos visto que podemos lograr grandes cosas, como terminar con un régimen neoliberal, como enviar ayuda de toda la república en una catástrofe natural. Creo que si algo identifica al pueblo mexicano es la solidaridad que tenemos en los momentos difíciles, y créanme que uno de esos momentos está por llegar.

Les propongo que regresemos al respeto de la sana distancia, a seguir los lineamientos salubridad, para que en este año 2022, ya no veamos el cierre de más negocios, pero lo más importante es que el número de muertes con Covid-19 deje de crecer, y que ya no sufran más personas y sus familias.