/ martes 7 de junio de 2022

El Ágora | La cumbre de los amigos de América

Como es de dominio público esta semana se llevará a cabo la novena edición de “La Cumbre de las Américas”, es aquí donde los jefes de Estado de todos los países de nuestro continente se deben de reunir para analizar y debatir sobre los problemas y desafíos que se presentan en las distintas regiones de América, para lograr una integración hemisférica que nos permita buscar soluciones en conjunto.

El Continente Americano se encuentra conformado por 35 países soberanos. Todos ellos países son sin duda Nuestra América como acertadamente lo definió y describió José Martí en su ensayo del mismo nombre. Un territorio que antes no tuvo fronteras y que en el fondo nos unen profundos lazos culturales y coincidencia en nuestros procesos históricos en nuestra lucha por la libertad.

El inconveniente con la novena edición de este foro es que el anfitrión (Estados Unidos), se tomó la libertad de decidir a quién invitar y excluyó a Cuba, Nicaragua y Venezuela de participar en la Cumbre, por lo que en respuesta a esto nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que si se excluía a estos tres países él no asistiría al evento.

De entrada, reconozco la dignidad y entereza de nuestro Presidente de la República al manifestarse con fraterna congruencia a favor de nuestra unidad continental que es en gran medida un pensamiento que han acariciado los más representativos líderes liberales y libertadores de nuestro continente.

Podríamos ver desde muchas perspectivas este asunto, pero nos concentraremos en ver que la decisión del Presidente de Estado Unidos es simplemente discriminatoria, incluso el Departamento de Estado del país vecino por un comunicado expresó que estaban comprometidos con un proceso inclusivo y la diversidad que existe en nuestro hemisferio, principalmente con la voces indígenas o con los grupos históricamente marginados, pero con la acción de excluir a algunos países de participar en esa importante reunión están haciendo todo lo contrario.

Desde el inicio del siglo XX y gracias a las múltiples intervenciones económicas y militares de Estados Unidos a los países de nuestra Latinoamérica, muchos gobiernos anti democráticos e incluso autoritarios asumieron deshonrosamente su condición de neo colonias de los estadounidenses y agachaban la cabeza ante ellos por cualquier orden.

Recordemos los más vergonzosos episodios de los gobiernos posrevolucionarios de derecha en México y más con el periodo neoliberal en el que los presidentes eran duros y represores con el pueblo, mientras que se mostraban serviles y aduladores con los gobiernos estadounidenses. Era incluso penoso ver a los más recientes mandatarios mexicanos hacer el ridículo al servir a los intereses de Estados Unidos y dar la espalda o alejarse de los proyectos progresistas de nuestro continente para evitar el enojo de nuestro vecino del Norte.

Sin embargo, previo a la edición de esta reunión López Obrador con dignidad y sentido soberano marcó la diferencia al expresar que no asistiría si había países excluidos, anunciando que enviaría a un representante, cuestionando que si “va a ser cumbre de las Américas o va a ser cumbre de los amigos de América”.

La decisión de nuestro presidente desencadenó que otros países como Bolivia, Guatemala, Argentina, Chile decidieran no asistir a una cumbre en la que se excluya a países soberanos, por lo que la reacción de Estados Unidos fue permitir que Cuba asista, pero continuaron excluyendo a Venezuela y Nicaragua.

El día de ayer Andrés Manuel confirmo que él no asistirá a “La Cumbre de las Américas” y que el canciller Marcelo Ebrard se presentará en su representación, además mencionó que lo hace por la necesidad que existe de cambiar la política que Estados Unidos impone desde hace mucho tiempo.

Que no asista el presidente a este foro no tendrá consecuencias para México, porque nuestro país estará representado, pero lo que importa es el mensaje que le da a la comunidad internacional de que México y los países de América somos soberanos y que debemos de ser tratados como iguales, ya no somos colonias de países europeos, mucho menos somos de Estados Unidos.

Como es de dominio público esta semana se llevará a cabo la novena edición de “La Cumbre de las Américas”, es aquí donde los jefes de Estado de todos los países de nuestro continente se deben de reunir para analizar y debatir sobre los problemas y desafíos que se presentan en las distintas regiones de América, para lograr una integración hemisférica que nos permita buscar soluciones en conjunto.

El Continente Americano se encuentra conformado por 35 países soberanos. Todos ellos países son sin duda Nuestra América como acertadamente lo definió y describió José Martí en su ensayo del mismo nombre. Un territorio que antes no tuvo fronteras y que en el fondo nos unen profundos lazos culturales y coincidencia en nuestros procesos históricos en nuestra lucha por la libertad.

El inconveniente con la novena edición de este foro es que el anfitrión (Estados Unidos), se tomó la libertad de decidir a quién invitar y excluyó a Cuba, Nicaragua y Venezuela de participar en la Cumbre, por lo que en respuesta a esto nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que si se excluía a estos tres países él no asistiría al evento.

De entrada, reconozco la dignidad y entereza de nuestro Presidente de la República al manifestarse con fraterna congruencia a favor de nuestra unidad continental que es en gran medida un pensamiento que han acariciado los más representativos líderes liberales y libertadores de nuestro continente.

Podríamos ver desde muchas perspectivas este asunto, pero nos concentraremos en ver que la decisión del Presidente de Estado Unidos es simplemente discriminatoria, incluso el Departamento de Estado del país vecino por un comunicado expresó que estaban comprometidos con un proceso inclusivo y la diversidad que existe en nuestro hemisferio, principalmente con la voces indígenas o con los grupos históricamente marginados, pero con la acción de excluir a algunos países de participar en esa importante reunión están haciendo todo lo contrario.

Desde el inicio del siglo XX y gracias a las múltiples intervenciones económicas y militares de Estados Unidos a los países de nuestra Latinoamérica, muchos gobiernos anti democráticos e incluso autoritarios asumieron deshonrosamente su condición de neo colonias de los estadounidenses y agachaban la cabeza ante ellos por cualquier orden.

Recordemos los más vergonzosos episodios de los gobiernos posrevolucionarios de derecha en México y más con el periodo neoliberal en el que los presidentes eran duros y represores con el pueblo, mientras que se mostraban serviles y aduladores con los gobiernos estadounidenses. Era incluso penoso ver a los más recientes mandatarios mexicanos hacer el ridículo al servir a los intereses de Estados Unidos y dar la espalda o alejarse de los proyectos progresistas de nuestro continente para evitar el enojo de nuestro vecino del Norte.

Sin embargo, previo a la edición de esta reunión López Obrador con dignidad y sentido soberano marcó la diferencia al expresar que no asistiría si había países excluidos, anunciando que enviaría a un representante, cuestionando que si “va a ser cumbre de las Américas o va a ser cumbre de los amigos de América”.

La decisión de nuestro presidente desencadenó que otros países como Bolivia, Guatemala, Argentina, Chile decidieran no asistir a una cumbre en la que se excluya a países soberanos, por lo que la reacción de Estados Unidos fue permitir que Cuba asista, pero continuaron excluyendo a Venezuela y Nicaragua.

El día de ayer Andrés Manuel confirmo que él no asistirá a “La Cumbre de las Américas” y que el canciller Marcelo Ebrard se presentará en su representación, además mencionó que lo hace por la necesidad que existe de cambiar la política que Estados Unidos impone desde hace mucho tiempo.

Que no asista el presidente a este foro no tendrá consecuencias para México, porque nuestro país estará representado, pero lo que importa es el mensaje que le da a la comunidad internacional de que México y los países de América somos soberanos y que debemos de ser tratados como iguales, ya no somos colonias de países europeos, mucho menos somos de Estados Unidos.