EL TEMA TABÚ
En Aguascalientes las fotomultas son un tema tabú, ya que es sumamente impopular, no solo porque un sector importante de la población lo considera un mecanismo recaudatorio, sino porque en el imaginario colectivo implementar este tipo de medidas tiene un alto costo político; muchas personas recuerdan que a la entonces alcaldesa Lorena Martínez implementarlas le impactó negativamente en su popularidad popularidad –un factor que, a decir de algunos, terminó por jugarle en contra en las elecciones estatales de 2016, en las que perdió la gubernatura–; en consecuencia, la mayoría de los gobernantes municipales y políticos le rehuyen, sin embargo, poner en orden el tráfico vehicular resulta inaplazable, pues aunque las estadísticas oficiales son difusas, las muertes por accidentes de tránsito van a la alza en el municipio capital y un común denominador son las altas velocidades que alcanzan los automovilistas.
CANDIDATOS LE REHUYEN
A pesar de ello, el tema ha pasado de noche para la mayoría de los candidatos: uno de los pocos que lo ha abordado es el panista Leo Montañez, quien se limitó a generalidades, como señalar que habrá cero tolerancia en contra de quienes infringen las normas de vialidad, pero sus palabras distan mucho de ser un plan de trabajo elaborado. Del resto de los abanderados solo silencio, incluso cuando hay candidatos que en el pasado ya enfrentaron este problema en carne propia, como Gabriel Arellano, quien durante su administración impulsó –al menos en el de discurso– una política de cero tolerancia contra los infractores viales, una trama que culminó con la polémica compra de arañas inmovilizadoras de vehículos, las cuales nunca se utilizaron y cuyo paradero fue calificado como desconocido por los alcaldes que lo relevaron en el cargo.
VIALIDAD EN EL OLVIDO
Lo cierto es que la Policía Vial es una de las peor evaluadas por los aguascalentenses, además de los accidentes de tránsito, para la población ha resultado notorio que la sincronización de los semáforos ha quedado en el olvido, que en el centro y otros puntos de la ciudad hay una invasión de líneas amarillas y zonas exclusivas para discapacitados sin que los agentes pongan orden, que el operativo alcoholímetro se ha averiado y los conductores embriagados han perdido el temor de circular por las calles. Pero ni en eso ha reparado los extraviados candidatos de la oposición, quienes se aferran a colgarse del tema del agua como única narrativa, convirtiendo las campañas en una narrativa monotemática que no termina por enganchar a la población, situación que en el equipo del puntero deben ver con gusto, pues tras dos semanas de campaña, las encuestas marcan mínimos acomodos en las preferencias electorales.
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