/ viernes 1 de abril de 2022

Café Fausto | Nuestra querida poeta Dolores Castro

Era este miércoles pasado cuando salía del Archivo Histórico del Estado de participar en la inauguración de la exposición Literario – Fotográfica que organizamos varios amigos en homenaje al poeta Desiderio Macías Silva en el primer centenario de su nacimiento cuando leí desde mi celular en Facebook un mensaje de mi amiga poeta Roxana Elvridge- Thomas informando de la muerte de nuestra querida maestra, la poeta aguascalentense Dolores Castro Varela.

Fue una noticia muy triste que impactó desde las primeras horas a toda la comunidad artística y cultural de México y en especial a los escritores, porque Dolores Castro fue una mujer que dio grandes aportes a la literatura a través de sus poemas y que generosa formó varias generaciones de escritores y periodistas compartiendo conocimientos y experiencia.

A Dolores Castro la conocí en 1991 cuando presentó en esta ciudad la edición realizada por el ICA de su libro “Obras completas”. Amable y dispuesta a conversar con los jóvenes hablamos por varios minutos sobre la que era entonces mi experiencia como tallerista y lo que sería un año después mi primer poemario publicado.

Desde entonces hubo un vínculo indirecto en el que conocí y traté a muchos de sus alumnos y pude reunirme con ella algunas ocasiones más. Siempre me quedará la sensación de que me faltó tratarla más por lo mucho que pude haber aprendido de la maestra.

Nacida en Aguascalientes el 12 de abril de 1923, Dolores Castro estudio Derecho y Literatura Española, así como Estilística e Historia del Arte en España. Fue fundadora de Radio UNAM y jefa de redacción de las revistas literarias “Barcos de Papel” y “Poesía de América”. Dedicó gran parte de su vida a la docencia.

Es autora de unos veinte libros de poemas siendo sus más recientes títulos “Sombra domesticada”, y “Algo le duele al aire/ Something Pains the Wind”. También escribió novela y ensayos.

Afortunadamente en vida se le reconoció su legado de diversas maneras, una que en lo personal felicito el esfuerzo y resultados es el Premio Dolores Castro de Poesía, Narrativa y Ensayo escrito por Mujeres que organiza desde hace casi once años el Ayuntamiento de Aguascalientes a través del IMAC.

En todos estos años mi amiga Rocío Castro Fernández es quien ha organizado y hecho realidad este premio que en un principio fue solamente de poesía y narrativa y con los años añadieron ensayo, dramaturgia e ilustración de los que al paso de las diferentes ediciones de este certamen se han publicado libros con las obras premiadas.

Talentosa, comprometida con la cultura y de una honesta sinceridad, mi amiga Castro Fernández a quien conozco desde nuestros años de estudiantes universitarios, ha realizado una labor importante de promoción cultural y fomento a la lectura. En esos años de organizar el premio tuvo el privilegio de tratar y conocer a Dolores Castro quien solamente faltó a tres ediciones de entrega de los reconocimientos a las ganadoras.

En una breve conversación, Castro Fernández me comentó que Dolores Castro era una mujer con un irresignable sentido de justicia, era de una rebeldía amorosa que no aceptaba ceder a los abusos y no se permitía ser alguna vez abusadora. Al tratarla, recuerda Rocío, su compañía generaba una sensación de esperanza nacida de la bondad, con una autenticidad por la que se puede vivir y sobrevivir.

“Es de esas mujeres que amas sin siquiera darte cuenta”, reflexionó y retomo su primer pensamiento sobre la poeta al cuestionarla que precisamente respondió al preguntarse “¿cómo se puede decir que ha muerto una poeta? Una persona excepcional, en vías de extinción, alguien irrepetible”.

Coincido con la acertada reflexión de Rocío Castro y añado que el mejor homenaje para mantenerla viva es recordarla, leerla. Y precisamente, el martes 29 de marzo y este pasado miércoles mi amiga Isabel Rosales, talentosa colega comunicóloga y actriz, en una rara coincidencia montó con las actrices Iris Artemisa, Alejandra Ruiz y Cynthia Viridiana una lectura dramatizada con fragmentos de obras ganadoras del Premio Dolores Castro en Épica Café Teatro que desafortunadamente se realizó exactamente en las fechas de su deceso.

Asistí a la segunda función y considero que es una puesta en escena bien lograda, con una selección acertada de textos y que en gran medida es un bello e inesperado homenaje póstumo a la poeta al mostrar la obra de artistas ganadoras del premio que lleva su nombre.

Sugiero que esta experiencia no se limite a solamente dos funciones, es una bien lograda y muy bella propuesta, deberían abrirse nuevas fechas para continuar con este homenaje a Dolores Castro y además posteriormente se haga una lectura dramatizada con la obra de la maestra.

Era este miércoles pasado cuando salía del Archivo Histórico del Estado de participar en la inauguración de la exposición Literario – Fotográfica que organizamos varios amigos en homenaje al poeta Desiderio Macías Silva en el primer centenario de su nacimiento cuando leí desde mi celular en Facebook un mensaje de mi amiga poeta Roxana Elvridge- Thomas informando de la muerte de nuestra querida maestra, la poeta aguascalentense Dolores Castro Varela.

Fue una noticia muy triste que impactó desde las primeras horas a toda la comunidad artística y cultural de México y en especial a los escritores, porque Dolores Castro fue una mujer que dio grandes aportes a la literatura a través de sus poemas y que generosa formó varias generaciones de escritores y periodistas compartiendo conocimientos y experiencia.

A Dolores Castro la conocí en 1991 cuando presentó en esta ciudad la edición realizada por el ICA de su libro “Obras completas”. Amable y dispuesta a conversar con los jóvenes hablamos por varios minutos sobre la que era entonces mi experiencia como tallerista y lo que sería un año después mi primer poemario publicado.

Desde entonces hubo un vínculo indirecto en el que conocí y traté a muchos de sus alumnos y pude reunirme con ella algunas ocasiones más. Siempre me quedará la sensación de que me faltó tratarla más por lo mucho que pude haber aprendido de la maestra.

Nacida en Aguascalientes el 12 de abril de 1923, Dolores Castro estudio Derecho y Literatura Española, así como Estilística e Historia del Arte en España. Fue fundadora de Radio UNAM y jefa de redacción de las revistas literarias “Barcos de Papel” y “Poesía de América”. Dedicó gran parte de su vida a la docencia.

Es autora de unos veinte libros de poemas siendo sus más recientes títulos “Sombra domesticada”, y “Algo le duele al aire/ Something Pains the Wind”. También escribió novela y ensayos.

Afortunadamente en vida se le reconoció su legado de diversas maneras, una que en lo personal felicito el esfuerzo y resultados es el Premio Dolores Castro de Poesía, Narrativa y Ensayo escrito por Mujeres que organiza desde hace casi once años el Ayuntamiento de Aguascalientes a través del IMAC.

En todos estos años mi amiga Rocío Castro Fernández es quien ha organizado y hecho realidad este premio que en un principio fue solamente de poesía y narrativa y con los años añadieron ensayo, dramaturgia e ilustración de los que al paso de las diferentes ediciones de este certamen se han publicado libros con las obras premiadas.

Talentosa, comprometida con la cultura y de una honesta sinceridad, mi amiga Castro Fernández a quien conozco desde nuestros años de estudiantes universitarios, ha realizado una labor importante de promoción cultural y fomento a la lectura. En esos años de organizar el premio tuvo el privilegio de tratar y conocer a Dolores Castro quien solamente faltó a tres ediciones de entrega de los reconocimientos a las ganadoras.

En una breve conversación, Castro Fernández me comentó que Dolores Castro era una mujer con un irresignable sentido de justicia, era de una rebeldía amorosa que no aceptaba ceder a los abusos y no se permitía ser alguna vez abusadora. Al tratarla, recuerda Rocío, su compañía generaba una sensación de esperanza nacida de la bondad, con una autenticidad por la que se puede vivir y sobrevivir.

“Es de esas mujeres que amas sin siquiera darte cuenta”, reflexionó y retomo su primer pensamiento sobre la poeta al cuestionarla que precisamente respondió al preguntarse “¿cómo se puede decir que ha muerto una poeta? Una persona excepcional, en vías de extinción, alguien irrepetible”.

Coincido con la acertada reflexión de Rocío Castro y añado que el mejor homenaje para mantenerla viva es recordarla, leerla. Y precisamente, el martes 29 de marzo y este pasado miércoles mi amiga Isabel Rosales, talentosa colega comunicóloga y actriz, en una rara coincidencia montó con las actrices Iris Artemisa, Alejandra Ruiz y Cynthia Viridiana una lectura dramatizada con fragmentos de obras ganadoras del Premio Dolores Castro en Épica Café Teatro que desafortunadamente se realizó exactamente en las fechas de su deceso.

Asistí a la segunda función y considero que es una puesta en escena bien lograda, con una selección acertada de textos y que en gran medida es un bello e inesperado homenaje póstumo a la poeta al mostrar la obra de artistas ganadoras del premio que lleva su nombre.

Sugiero que esta experiencia no se limite a solamente dos funciones, es una bien lograda y muy bella propuesta, deberían abrirse nuevas fechas para continuar con este homenaje a Dolores Castro y además posteriormente se haga una lectura dramatizada con la obra de la maestra.