/ viernes 27 de mayo de 2022

Café Fausto | Los poetas vs la derecha y sus extremos

Con un poco de sentido del humor diré que el título de esta columna me recuerda más al nombre de una de esas películas mexicanas de aventuras que proyectaban como matinée en algunos cines como “El Santo vs las Momias de Guanajuato” o “Chabelo y Pepito contra los monstruos”, sí, puede sonar banal y torpe, pero el tema de esta columna no lo es, reconozco que elijo este título un poco para llamar la atención del lector. Añado en esta confesión que mi interés por este tema, la poesía como arma de resistencia política surgió prácticamente desde que tenía quince años y decidí ser socialista, entonces leía a algunos poetas españoles de la Generación del 27 y a varios de Nuestra América, aunque creció mi interés a mayor profundidad en Aguascalientes durante los primeros años de este ya no tan nuevo siglo.

Fue cuando me hice amigo del poeta chileno Gonzalo Millán y su esposa María Inés Zaldívar quien generosamente firmó como tutora para mi proyecto de beca de Residencia Artística en Chile del FONCA que gané en 2006 con lo que desarrollé una investigación sobre los poetas de la Generación NN de Chile los cuales fueron jóvenes valientes en periodo de dictadura y esa investigación derivó en la elaboración de mi antología “El árbol de los libres. Poetas de la Generación NN de Chile” publicada por Ediciones Arlequín, así como mi libro de poemas “Cementerio General” publicado varios años después con una beca del CECA de Jalisco.

Para estos trabajos y luego para mi tesis de maestría en Literaturas Comparadas en la Universidad de Guadalajara me dediqué por varios años a leer sobre las diferentes generaciones de poetas que enfrentaron a gobiernos autoritarios de derecha y de extrema derecha en Nuestra América.

La derecha y también la extrema derecha en el poder se caracterizan por su tendencia a la censura, la represión y la imposición de una doble moral. En muchos casos la opción de los poderosos es acercar a los creadores de arte a su postura ideológica y muchos de ellos para evitar la censura se amoldan al modelo de gobierno impuesto por esas personas.

Sin embargo, no todos los creadores, en este caso, escritores y en especial por el tema, no todos los poetas toman el camino sencillo, ellos con dignidad y decoro eligen la creación como arma de resistencia a los gobiernos represores.

Recuerdo un fragmento de “El hombre en busca de sentido” de Viktor Frankl quien exponía que muchos judíos presos que iban en nauseabundos vagones de carga rumbo a los campos de concentración nazis miraban entre las rendijas el paisaje y esa efímera imagen bella del camino los liberaba del infierno. Un poco así es la poesía como acto de resistencia y liberación ante los gobiernos represores e injustos de la derecha y la extrema derecha. Ese arte se vuelve a veces también un arma detonadora de rebeldía popular.

Así, en especial en la segunda mitad del siglo XX, pudimos ver cómo en Nuestra América existieron gobiernos represores alentados e impulsados por el gobierno estadounidense como fue el caso de Argentina (1976-1983), Uruguay (1973-1985), Paraguay (1949-1989), Brasil (1964- 1985), Bolivia (1971-1982), Perú (1968-1980), Ecuador (1972-1979), Panamá (1968-1989) y Chile (1973-1990), entre otros.

Los poetas de estos países fueron perseguidos y reprimidos, por lo que en algunos de los casos mostraron su repulsa a esos regímenes a través de su obra.

De esta manera, por ejemplo, en Argentina, los poetas que coincidieron en tiempo y temática durante el régimen militar de ese país fueron denominados “Generación de la Dictadura”; en Uruguay, los poetas que realizaron su obra cuando ahí gobernaban los militares se denominó “Generación de la Resistencia”. Por su parte, en Perú fue el “Movimiento Hora Zero”, estos últimos más dedicados a buscar la vanguardia en el lenguaje y mostrar la violencia de la guerra contra el grupo revolucionario Sendero Luminoso. En Chile también se gestó un movimiento conformado por jóvenes creadores que sucedieron a la “Generación Diezmada” o de la “Diáspora”, que fueron quienes se exiliaron a diferentes países luego del golpe militar. A ese grupo de jóvenes poetas posteriores a los mencionados se les denominó en Chile como la “Generación NN”.

Todos estos diferentes grupos literarios en América Latina crearon obra y la difundieron a pesar de vivir la persecución en la mayoría de los casos en el exilio o en la marginalidad dentro de sus países. Los textos en su mayoría reflejan de manera explícita o implícita los horrores y la pesadilla de vivir en esos regímenes represores.

Leer a estos poetas nos permite comprender mejor nuestro pasado común, nos permite entender mejor nuestro presente, porque la literatura además de belleza aporta información fundamental y clara de su tiempo y de la colectividad. Leer esta poesía nos permite tomar la mejor decisión para transformar nuestro entorno y decidir nuestro futuro.

Con un poco de sentido del humor diré que el título de esta columna me recuerda más al nombre de una de esas películas mexicanas de aventuras que proyectaban como matinée en algunos cines como “El Santo vs las Momias de Guanajuato” o “Chabelo y Pepito contra los monstruos”, sí, puede sonar banal y torpe, pero el tema de esta columna no lo es, reconozco que elijo este título un poco para llamar la atención del lector. Añado en esta confesión que mi interés por este tema, la poesía como arma de resistencia política surgió prácticamente desde que tenía quince años y decidí ser socialista, entonces leía a algunos poetas españoles de la Generación del 27 y a varios de Nuestra América, aunque creció mi interés a mayor profundidad en Aguascalientes durante los primeros años de este ya no tan nuevo siglo.

Fue cuando me hice amigo del poeta chileno Gonzalo Millán y su esposa María Inés Zaldívar quien generosamente firmó como tutora para mi proyecto de beca de Residencia Artística en Chile del FONCA que gané en 2006 con lo que desarrollé una investigación sobre los poetas de la Generación NN de Chile los cuales fueron jóvenes valientes en periodo de dictadura y esa investigación derivó en la elaboración de mi antología “El árbol de los libres. Poetas de la Generación NN de Chile” publicada por Ediciones Arlequín, así como mi libro de poemas “Cementerio General” publicado varios años después con una beca del CECA de Jalisco.

Para estos trabajos y luego para mi tesis de maestría en Literaturas Comparadas en la Universidad de Guadalajara me dediqué por varios años a leer sobre las diferentes generaciones de poetas que enfrentaron a gobiernos autoritarios de derecha y de extrema derecha en Nuestra América.

La derecha y también la extrema derecha en el poder se caracterizan por su tendencia a la censura, la represión y la imposición de una doble moral. En muchos casos la opción de los poderosos es acercar a los creadores de arte a su postura ideológica y muchos de ellos para evitar la censura se amoldan al modelo de gobierno impuesto por esas personas.

Sin embargo, no todos los creadores, en este caso, escritores y en especial por el tema, no todos los poetas toman el camino sencillo, ellos con dignidad y decoro eligen la creación como arma de resistencia a los gobiernos represores.

Recuerdo un fragmento de “El hombre en busca de sentido” de Viktor Frankl quien exponía que muchos judíos presos que iban en nauseabundos vagones de carga rumbo a los campos de concentración nazis miraban entre las rendijas el paisaje y esa efímera imagen bella del camino los liberaba del infierno. Un poco así es la poesía como acto de resistencia y liberación ante los gobiernos represores e injustos de la derecha y la extrema derecha. Ese arte se vuelve a veces también un arma detonadora de rebeldía popular.

Así, en especial en la segunda mitad del siglo XX, pudimos ver cómo en Nuestra América existieron gobiernos represores alentados e impulsados por el gobierno estadounidense como fue el caso de Argentina (1976-1983), Uruguay (1973-1985), Paraguay (1949-1989), Brasil (1964- 1985), Bolivia (1971-1982), Perú (1968-1980), Ecuador (1972-1979), Panamá (1968-1989) y Chile (1973-1990), entre otros.

Los poetas de estos países fueron perseguidos y reprimidos, por lo que en algunos de los casos mostraron su repulsa a esos regímenes a través de su obra.

De esta manera, por ejemplo, en Argentina, los poetas que coincidieron en tiempo y temática durante el régimen militar de ese país fueron denominados “Generación de la Dictadura”; en Uruguay, los poetas que realizaron su obra cuando ahí gobernaban los militares se denominó “Generación de la Resistencia”. Por su parte, en Perú fue el “Movimiento Hora Zero”, estos últimos más dedicados a buscar la vanguardia en el lenguaje y mostrar la violencia de la guerra contra el grupo revolucionario Sendero Luminoso. En Chile también se gestó un movimiento conformado por jóvenes creadores que sucedieron a la “Generación Diezmada” o de la “Diáspora”, que fueron quienes se exiliaron a diferentes países luego del golpe militar. A ese grupo de jóvenes poetas posteriores a los mencionados se les denominó en Chile como la “Generación NN”.

Todos estos diferentes grupos literarios en América Latina crearon obra y la difundieron a pesar de vivir la persecución en la mayoría de los casos en el exilio o en la marginalidad dentro de sus países. Los textos en su mayoría reflejan de manera explícita o implícita los horrores y la pesadilla de vivir en esos regímenes represores.

Leer a estos poetas nos permite comprender mejor nuestro pasado común, nos permite entender mejor nuestro presente, porque la literatura además de belleza aporta información fundamental y clara de su tiempo y de la colectividad. Leer esta poesía nos permite tomar la mejor decisión para transformar nuestro entorno y decidir nuestro futuro.