/ viernes 6 de mayo de 2022

Café Fausto | Juan Pablo de Ávila y sus ojos que cantan

Ya no recuerdo cuándo lo conocí, creo que fue a finales de la década de los ochenta en el Café Excélsior donde nos reuníamos a conversar con muchos amigos y el Maestro Desiderio Macías Silva siempre presente, tal vez fue en los pasillos de la Casa de la Cultura o en el Café de Los Artesanos.

Llega a mi memoria las noches en la Casa de Greda, otro punto de reunión dedicado a la cultura alternativa, o expresiones artísticas independientes, los días en que junto con mi amigo poeta Netzahualcóyotl Álvarez hacía la revista Proletra en la que llegué a colaborar con poemas, o en la década de los noventa con el mediodía de cada sábado en que nos reuníamos a beber cerveza en algún bar del centro de la ciudad varios buenos amigos antes de la hora de la comida mientras conversábamos de literatura y política.

Lo cierto es que a lo largo de todos esos años disfruté del privilegio de la amistad del talentoso poeta Juan Pablo de Ávila que hace diez años falleció dejando para Aguascalientes un enorme legado con su obra literaria y un ejemplo de congruencia ideológica desde la izquierda.

El poeta Juan Pablo de Ávila Amador nació en esta ciudad en 1963, estudió Investigación Educativa de la Universidad Autónoma de Aguascalientes. Se desempeñó como profesor de Historia en secundaria y preparatoria por muchos años siendo muy querido por sus alumnos por su compromiso con la enseñanza.

Como poeta recibió en 1997 el Premio de Poesía “Ramón López Velarde” de la Universidad Autónoma de Zacatecas y el Instituto Zacatecano.

Entre sus obras publicadas están “Estos ojos que maúllan debajo de la cama”, que fue un colectivo de poesía en el que también participaron Jesús Rasgado Gómez, Netzahualcóyotl Álvarez Cardona y Óscar Romero, “Ciudad en los ojos”, “A hielo abierto, Palabras prestadas”, “Corazón en el ojo”, “Iba por ahí con los ojos metidos en las miradas rotas”. Recordamos también su dirección de revistas independientes y coordinación de suplementos culturales.

Por eso en la noche del pasado miércoles fue un acierto y un regalo para todos los aguascalentenses que se presentará la antología de su obra poética “Ojos para escribir el mundo” con una selección realizada por Horacio Warpola y José Luis Justes Amador publicado por la editorial queretana Herring Publishers.

Esta publicación no hubiera sido posible sin el impulso de Eva Terán Fuentes, Eugenia Solís Terán, Netzahualcóyotl Álvarez y Mario de Ávila quienes apoyaron decididamente para que esta edición fuera una realidad.

El libro se presentó en la casa que fuera en vida de Juan Pablo de Ávila en el barrio de San Marcos en un evento muy concurrido que era más una reunión de entrañables amigos que recordamos al poeta y al ser humano. Una velada inolvidable.

El libro, realizado con una sobria y cuidada edición contiene una selección de su obra publicada, algunos textos inéditos y dibujos del autor quien recurría a este recurso en su proceso creativo.

En su texto “Ojos de gato negro” incluido en el libro a modo de presentación, Eva Terán explica que “los escritos expuestos en esta antología, son una pincelada de la personalidad de este Gato Negro, que veía en la escritura una gran oportunidad para la concientización y la transformación social”.

Por su parte, los antologadores en su texto de presentación señalan en la complejidad de realizar la labor de selección que “como los verdaderos poetas toda su obra, la editada y la inédita, es en realidad un solo poema ideal que se escribe y reescribe en los poemas concretos. Cada poema del corpus resuena en los demás, cada libro es, en cierto modo, una reescritura de lo anterior y, aunque parezca extraño, de los posteriores”.

Poeta que expresaba su postura ideológica a través de sus poemas en los que buscaba la experimentación en el lenguaje y la palabra, Juan Pablo de Ávila es un autor que debe de ser leído y sugiero, también analizado por los académicos para reconocer sus aportaciones a la literatura.

En breve conversación telefónica con mi amigo Mario de Ávila, hermano de Juan Pablo comentó de la importancia de publicar y difundir su obra para que las nuevas generaciones conozcan su propuesta literaria, pero también como la oportunidad de dejar constancia y como homenaje a su ejemplo de congruencia ideológica como escritor siempre comprometido con las luchas populares.

“Desde niño fue una persona comprometida en apoyar al débil y luchar contra los poderosos”, comentó Mario quien en su texto de presentación del libro comenta que una descripción cercana a Juan Pablo está en la canción “El Necio” de Silvio Rodríguez que es una declaración de principios de una persona que desde la izquierda está dispuesta a morir como siempre ha vivido.

“Ser consecuente era una de sus características principales, como persona y como escritor, como artista plástico también”, comenta Mario.

Los invito a leer esta nueva antología de Juan Pablo de Ávila, un poeta que desde su mirada, desde sus ojos, cantaba al mundo.

Ya no recuerdo cuándo lo conocí, creo que fue a finales de la década de los ochenta en el Café Excélsior donde nos reuníamos a conversar con muchos amigos y el Maestro Desiderio Macías Silva siempre presente, tal vez fue en los pasillos de la Casa de la Cultura o en el Café de Los Artesanos.

Llega a mi memoria las noches en la Casa de Greda, otro punto de reunión dedicado a la cultura alternativa, o expresiones artísticas independientes, los días en que junto con mi amigo poeta Netzahualcóyotl Álvarez hacía la revista Proletra en la que llegué a colaborar con poemas, o en la década de los noventa con el mediodía de cada sábado en que nos reuníamos a beber cerveza en algún bar del centro de la ciudad varios buenos amigos antes de la hora de la comida mientras conversábamos de literatura y política.

Lo cierto es que a lo largo de todos esos años disfruté del privilegio de la amistad del talentoso poeta Juan Pablo de Ávila que hace diez años falleció dejando para Aguascalientes un enorme legado con su obra literaria y un ejemplo de congruencia ideológica desde la izquierda.

El poeta Juan Pablo de Ávila Amador nació en esta ciudad en 1963, estudió Investigación Educativa de la Universidad Autónoma de Aguascalientes. Se desempeñó como profesor de Historia en secundaria y preparatoria por muchos años siendo muy querido por sus alumnos por su compromiso con la enseñanza.

Como poeta recibió en 1997 el Premio de Poesía “Ramón López Velarde” de la Universidad Autónoma de Zacatecas y el Instituto Zacatecano.

Entre sus obras publicadas están “Estos ojos que maúllan debajo de la cama”, que fue un colectivo de poesía en el que también participaron Jesús Rasgado Gómez, Netzahualcóyotl Álvarez Cardona y Óscar Romero, “Ciudad en los ojos”, “A hielo abierto, Palabras prestadas”, “Corazón en el ojo”, “Iba por ahí con los ojos metidos en las miradas rotas”. Recordamos también su dirección de revistas independientes y coordinación de suplementos culturales.

Por eso en la noche del pasado miércoles fue un acierto y un regalo para todos los aguascalentenses que se presentará la antología de su obra poética “Ojos para escribir el mundo” con una selección realizada por Horacio Warpola y José Luis Justes Amador publicado por la editorial queretana Herring Publishers.

Esta publicación no hubiera sido posible sin el impulso de Eva Terán Fuentes, Eugenia Solís Terán, Netzahualcóyotl Álvarez y Mario de Ávila quienes apoyaron decididamente para que esta edición fuera una realidad.

El libro se presentó en la casa que fuera en vida de Juan Pablo de Ávila en el barrio de San Marcos en un evento muy concurrido que era más una reunión de entrañables amigos que recordamos al poeta y al ser humano. Una velada inolvidable.

El libro, realizado con una sobria y cuidada edición contiene una selección de su obra publicada, algunos textos inéditos y dibujos del autor quien recurría a este recurso en su proceso creativo.

En su texto “Ojos de gato negro” incluido en el libro a modo de presentación, Eva Terán explica que “los escritos expuestos en esta antología, son una pincelada de la personalidad de este Gato Negro, que veía en la escritura una gran oportunidad para la concientización y la transformación social”.

Por su parte, los antologadores en su texto de presentación señalan en la complejidad de realizar la labor de selección que “como los verdaderos poetas toda su obra, la editada y la inédita, es en realidad un solo poema ideal que se escribe y reescribe en los poemas concretos. Cada poema del corpus resuena en los demás, cada libro es, en cierto modo, una reescritura de lo anterior y, aunque parezca extraño, de los posteriores”.

Poeta que expresaba su postura ideológica a través de sus poemas en los que buscaba la experimentación en el lenguaje y la palabra, Juan Pablo de Ávila es un autor que debe de ser leído y sugiero, también analizado por los académicos para reconocer sus aportaciones a la literatura.

En breve conversación telefónica con mi amigo Mario de Ávila, hermano de Juan Pablo comentó de la importancia de publicar y difundir su obra para que las nuevas generaciones conozcan su propuesta literaria, pero también como la oportunidad de dejar constancia y como homenaje a su ejemplo de congruencia ideológica como escritor siempre comprometido con las luchas populares.

“Desde niño fue una persona comprometida en apoyar al débil y luchar contra los poderosos”, comentó Mario quien en su texto de presentación del libro comenta que una descripción cercana a Juan Pablo está en la canción “El Necio” de Silvio Rodríguez que es una declaración de principios de una persona que desde la izquierda está dispuesta a morir como siempre ha vivido.

“Ser consecuente era una de sus características principales, como persona y como escritor, como artista plástico también”, comenta Mario.

Los invito a leer esta nueva antología de Juan Pablo de Ávila, un poeta que desde su mirada, desde sus ojos, cantaba al mundo.